Nota informativa
30 de septiembre, 2016
La estructura productiva de los países condiciona no sólo la desigualdad de ingresos y riqueza, sino interactúa con las desigualdades de género, étnico raciales y territoriales en las áreas rurales, comentó Hubo Beteta durante la presentación del Informe Desarrollo Rural 2016: Fomentando la Transformación Rural Inclusiva del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
“Estas desigualdades y la estructura económica se potencian simultáneamente para generar procesos acumulativos en el tiempo que llegan a constituir núcleos duros de pobreza, desigualdad, degradación ambiental y vulnerabilidad persistente y tenaz que coexisten hoy con áreas rurales de gran dinamismo y transformación”, dijo director de la Sede Subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La CEPAL y el FIDA, agregó Beteta, coinciden en que se debe avanzar en tres frentes para alcanzar el desarrollo: el cambio estructural, la convergencia de productividad y el cierre de brechas de desigualdad. Para ellos es importante contar con políticas industriales rurales que doten de mayores capacidades y competitividad a sectores existentes y que promuevan la diversificación con incorporación de tecnología amigable al medio ambiente para contribuir a un renovado empuje ambiental en la región.
El Presidente del FIDA, Kanayo Nwanze, afirmó que “El cambio no puede ser impuesto desde afuera: debe ser cultivado desde adentro. Cada árbol, cada planta debe estar firmemente enraizada en su propio suelo para florecer. Y es lo mismo para las naciones.”. El presidente Nwanze enfatizó la necesidad de impulsar políticas de desarrollo rural basadas en evidencia empírica.
Por su parte, el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Miguel Ruiz Cabañas, indicó que México ha realizado innovaciones en su estrategia de combate a la pobreza rural y resaltó la solidez de sus instituciones estadísticas y de evaluación de la política pública.
El Director de la subsede de la CEPAL en México, también explicó que la política macroeconómica “deja huella” en la estructura económica y afecta las trayectorias de crecimiento de largo plazo, especialmente mediante el monto, la composición y el destino de la inversión.
“Por eso la pregunta de continuar avanzando en la agenda de trasformación rural con inclusión en un contexto de poco crecimiento y ajuste fiscal es sumamente importante: los niveles de inversión rural y el tipo de ajuste en esta parte (contractiva) del ciclo determinarán las trayectorias de crecimiento en el mediano plazo. El tipo de ajuste importa.
“Concordamos con el FIDA en que será muy difícil que se repita el patrón de transformación estructural, donde una mano de obra poco calificada abandonaba la agricultura para incorporarse a trabajos más calificados y mejor pagados en la industria. Ante estas trayectorias, el papel de un Estado Activo –Desarrollista- parece esencial”, afirmó Beteta.