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Integrar la propiedad intelectual en las políticas de desarrollo productivo: reflexiones desde el seminario de la OMPI

15 de noviembre de 2024|Nota informativa

Líderes empresariales y funcionarios gubernamentales discutieron sobre cómo la propiedad intelectual puede conformar un motor clave de crecimiento y el éxito de las pymes.

El pasado 5 de noviembre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) participó en los Diálogos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), enfocados en el uso estratégico de la Propiedad Intelectual (PI) para Impulsar el crecimiento económico de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en América Latina y el Caribe. Durante el evento, se discutió sobre cómo, a través de políticas públicas integrales, se puede hacer un uso eficiente de la propiedad intelectual

En la presentación de apertura del encuentro, Nicolo Gligo, oficial de Asuntos Económicos de la CEPAL, señaló la necesidad de integrar la propiedad intelectual en las políticas de desarrollo productivo, en el marco de la nueva visión de la CEPAL para dichas políticas. Para ello, comenzó destacando los principales mensajes del recientemente lanzado Panorama de las Políticas de Desarrollo Productivo. En dicha publicación se evidencia que existe un estancamiento de la productividad y se establece que, el incremento de la productividad, debe ser abordado desde distintos ámbitos de política, tales como las de ciencia, tecnología e innovación, la transformación digital, el acceso a financiamiento, la internacionalización y la promoción de inversiones, entre otras,  con una gobernanza integral y una orientación territorial.

Gligo destacó que el primer paso es identificar el papel estratégico de la PI en la operación de las empresas y en las múltiples áreas de políticas de desarrollo productivo. Así, por ejemplo, “las empresas suelen preguntar sobre el sistema de propiedad intelectual de un país antes de decidir invertir, ya que la madurez del sistema de protección de PI puede ser un factor determinante”, explicó Gligo. Además, señaló que las políticas públicas deben considerar cierta especificidad sectorial y mencionó los 14 sectores impulsores que la CEPAL ha propuesto para que los países de la región establezcan sus prioridades productivas.

Como señaló Gligo estas oportunidades también vienen dadas por las capacidades y los recursos de las propias empresas. Es así como se pueden diferenciar  dos tipos de estrategias: defensivas y proactivas. Las estrategias defensivas corresponden a acciones básicas como  el registro de marca, el dominio web y la protección de patentes. Por otro lado, las estrategias proactivas, típicamente adoptadas por empresas de mayor tamaño, buscan aprovechar la propiedad intelectual para consolidar mercados, generar ingresos o expandirse internacionalmente.

Teniendo todo esto en consideración, Gligo mencionó que los gobiernos tienen la oportunidad de pasar de un enfoque meramente proteccionista a uno más ambicioso, que movilice recursos y actores en favor de la innovación y la productividad. “En lugar de pensar sobre cómo podemos proteger la investigación y el desarrollo, el objetivo debería ser maximizar la innovación y la difusión tecnológica para la mejora de la productividad”.

A modo de cierre, Gligo planteó que es necesario establecer objetivos ambiciosos que permitan la colaboración entre actores clave —como el sector público, la academia y las empresas— para mejorar la gobernanza y generar políticas que impulsen el desarrollo productivo desde múltiples sectores de la economía.