El Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina revela cómo viven los hogares pobres de la región
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El Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM-AL), ofrece una medición más completa del bienestar y constituye una base sólida para diseñar políticas públicas que reduzcan desigualdades y promuevan un desarrollo inclusivo.

La pobreza en América Latina no solo se refleja en los ingresos. Muchas familias enfrentan múltiples carencias que afectan su bienestar y oportunidades de desarrollo. Falta de agua, vivienda digna, acceso a salud, educación y empleo de calidad son algunas de las carencias que enfrentan millones de personas. Para comprender estas dimensiones, la CEPAL elaboró el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM-AL), una herramienta que permite medir de manera integral la pobreza en la región.
En colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), este índice se presentó en abril de 2025, en un evento que contó además con la participación del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial.
Cuatro dimensiones, 12 indicadores
El IPM-AL se construye a partir de 12 indicadores, distribuidos en cuatro dimensiones:
- Vivienda: condiciones precarias de la vivienda, hacinamiento y falta de acceso a Internet.
- Salud: falta de acceso a agua, saneamiento adecuado y carencia de seguro de salud.
- Educación: inasistencia o rezago escolar de niños y adolescentes, bajo logro educativo de adultos y analfabetismo.
- Empleo y pensiones: falta de inserción laboral, empleo precario y pensión inadecuada para personas mayores de 65 años.
Cada indicador tiene el mismo peso (1/12), lo que permite evaluar de manera equilibrada las privaciones que enfrentan los hogares y orientar políticas públicas integrales.
Identificando la pobreza multidimensional
Una persona se considera pobre multidimensionalmente si enfrenta privaciones en al menos un tercio de los indicadores. Esto permite detectar hogares afectados por carencias en más de un ámbito del bienestar y analizar desigualdades en ámbitos del bienestar distintos al ingreso.
Una herramienta para políticas efectivas
El IPM-AL puede ser utilizado para el diseño de estrategias integradas de reducción de pobreza y el seguimiento de avances en desarrollo humano. Gracias a su enfoque multidimensional, permite identificar hogares afectados por múltiples carencias y diseñar programas que mejoren su acceso a servicios básicos y a oportunidades de desarrollo, contribuyendo de esta manera a construir sociedades más justas e inclusivas.
Resultados destacados para América Latina
Entre 2014 y 2024, la pobreza multidimensional en la región cayó de 34,4% a 20,9%, impulsada por la disminución de casi todas las privaciones incluidas en el IPM-AL. La caída más pronunciada se registró en el acceso a Internet, seguida por el logro educativo de los adultos, el saneamiento y el hacinamiento.
Durante este período, la pobreza multidimensional fue sistemáticamente más alta entre las personas que residen en zonas rurales, en niñas, niños y adolescentes, y en los quintiles más pobres de la distribución del ingreso.
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