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El 9 de noviembre de 2022, en el marco de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Buenos Aires, Argentina, se realizó el evento paralelo “Políticas de cooperación para el desarrollo feministas,” organizado por la Alianza Estratégica entre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).
El evento paralelo contó con la participación de José Manuel Salazar, Secretario Ejecutivo de la CEPAL; Christine Toetzke, Directora General para Asia, Sudeste y Este de Europa, Medio Oriente y Latinoamérica del BMZ; Nadine Gasman, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres de México; Pilar Cancela Rodríguez, Secretaria de Estado de la Cooperación Internacional de España; Laura Gil, Vicecanciller De Colombia; Luz Vidal, Subsecretaria de la Mujer y Equidad de Género de Chile; Natalia Gherardi, Experta de la Red UNIDAS, y Lucy Garrido, miembro de Articulación Feminista Marcosur.
Ana Güezmes, Directora de la División de Género de la CEPAL, estuvo a cargo de la moderación del evento. Asistieron alrededor de 100 participantes de representantes de gobiernos, de la sociedad civil, de organizaciones y redes de mujeres y feministas y de la academia.
Los Estados miembros de la CEPAL han asumido compromisos en las reuniones de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe desde un enfoque multiescalar para la superación de las desigualdades de género a través de un multilateralismo fortalecido. En la Agenda Regional de Género, se han comprometido a promover la cooperación regional, sur-sur, e internacional en el ámbito financiero, tecnológico y de capacidades para avanzar hacia la igualdad de género y la garantía de los derechos de las mujeres. Asimismo, se han comprometido a que la posición de los países de la región en los debates internacionales sobre políticas macroeconómicas y acuerdos comerciales, de inversión y financieros incorporen los compromisos de la Agenda Regional de Género y su vínculo con Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y velar por que las normas internacionales en esta materia estén alineadas con los derechos humanos de las mujeres.
A su vez, varios países, tanto en Europa, como en América del Norte y América Latina y el Caribe, han avanzado en la formulación de políticas de cooperación para el desarrollo y políticas exteriores feministas en los últimos años. En América Latina y el Caribe, México fue el primer país en sumarse a esta reorientación de políticas, seguido por Chile con su actual gobierno. Asimismo, el gobierno alemán, en su actual legislatura, se comprometió con una política exterior y de desarrollo feminista desde los ministerios que se ocupan de los ámbitos de la política de cooperación al desarrollo y exterior; el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) y el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores (AA) respectivamente, con el fin de promover el desarrollo sostenible y la paz a nivel global. En 2021, España lanzó su “Política exterior feminista: impulsando la igualdad en la acción exterior española,” en la que el país busca promover los derechos de las mujeres y niñas en su diversidad a través de su actuar internacional.
En este contexto, el compromiso de la nueva dirección del BMZ con una política de cooperación para el desarrollo feminista es un importante impulso en el camino hacia la igualdad de género, que no sólo puede contribuir a acercarse al Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 (igualdad de género) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, sino que también tiene el potencial de rediseñar de forma transformadora la cooperación y las relaciones internacionales de Alemania con América Latina y el Caribe. En este sentido, como socios estratégicos, CEPAL y Alemania están desarrollando conjuntamente la medida “Criterios de éxito para una política de cooperación al desarrollo feminista específica para América Latina y el Caribe”. Esta tiene como objetivo proporcionar al BMZ con información proveniente de América Latina y el Caribe sobre los criterios de éxito que deberá incluir una nueva política de cooperación para el desarrollo feminista hacia esta región. Esto se conseguirá a través de intercambios, diálogos políticos y de expertos y expertas de la región y los socios de la cooperación europea, como Alemania y España.
El enfoque feminista cuestiona estructuras de poder, incluida la estructura del financiamiento y de los programas de cooperación tradicionales para avanzar hacia el logro de los objetivos de la Agenda 2030 y la Agenda Regional de Género. Sin embargo, las crisis actuales están poniendo a prueba la reorientación de políticas feministas, mismas que apenas están comenzando su diseño o implementación en términos conceptuales y estructurales. A nivel global, mujeres, jóvenes y niñas se ven afectadas de forma desproporcionada por las consecuencias directas e indirectas de la crisis prolongada derivada de pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), el agravamiento de la situación económica y social como consecuencia de las crisis internacionales en los sectores de la energía, la alimentación y las finanzas, consecuencias de la guerra en Ucrania y los crecientes desafíos globales por el cambio climático mundial, los desastres y la crisis de los cuidados.
Ante la necesidad de respuestas transformadoras que aborden las múltiples crisis, incluida la crisis de los cuidados, la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe es una ocasión idónea para promover un primer debate sobre políticas de cooperación que contribuyan a transitar hacia una sociedad del cuidado, en el marco de un nuevo estilo de desarrollo que impulse la igualdad de género en la dimensión económica, social y ambiental del desarrollo sostenible.
El Secretario Ejecutivo de la CEPAL aseguró en la apertura que América Latina y el Caribe está atravesando una profunda crisis del desarrollo que afecta a millones de personas en la región y para la cual se deben encontrar soluciones realistas y pragmáticas. La región experimenta una serie de brechas económicas, sociales y ambientales que afectan particularmente a las poblaciones más pobres y excluidas de la región. En el centro de esas desigualdades está la persistente desigualdad de género y los obstáculos para la autonomía de las mujeres en toda su diversidad. Además, enfatizó que estas brechas se han profundizado por la pandemia del COVID-19, la pandemia en la sombra, que es la violencia de género contra mujeres y niñas, y la crisis invisible de los cuidados.
Para responder a estos retos, Salazar argumentó que las acciones nacionales por sí solas no serán suficientes. En cambio, se requiere abordar la dimensión transnacional de las desigualdades de género y corregir las asimetrías a través de la cooperación regional e internacional. Así, el Secretario Ejecutivo hizo un llamado a propiciar políticas de cooperación que permitan avanzar en soluciones globales, regionales, nacionales y locales para acelerar el camino a la igualdad sustantiva, garantizar el ejercicio de derechos de las mujeres en los hechos y eliminar toda forma de discriminación y violencia por razones de género.
Salazar celebró que cada vez más la igualdad de género y el principio de no discriminación se ha resaltado en la agenda multilateral global de desarrollo, en la Agenda 2030 con sus vertientes de financiación para el desarrollo, la nueva agenda urbana, la agenda ambiental y la respuesta al cambio climático. Resaltó asimismo que algunos países en América Latina, Europa y otras regiones están yendo más allá, avanzando en propuestas transformadoras con políticas de cooperación congruente con los principios del feminismo. El Secretario Ejecutivo de la CEPAL señaló que, en América Latina y el Caribe, este nuevo paradigma de cooperación debería ayudar a erradicar los cuatro nudos estructurales de la desigualdad de género. Estos son la desigualdad socioeconómica y la pobreza; los patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos; la división sexual del trabajo, y la injusta organización social del cuidado, y la concentración del poder y las relaciones de jerarquía en el ámbito político.
En sus palabras introductorias, Christine Toetzke mencionó que, para Alemania, el propósito de las políticas feministas de desarrollo es crear sociedades de personas libres e iguales, donde todas las personas tengan igual oportunidad de participación en la vida económica, social y política.
El evento continuó en el marco de dos paneles. El primero abordó los desafíos y prioridades para promover la cooperación al desarrollo feminista para avanzar hacia la igualdad de género y la garantía de los derechos de las mujeres. Este estuvo a cargo de las representantes de Colombia, Alemania, México y la Red Unidas. La Vicecanciller de Colombia inició su intervención mencionando los retos que presentan para las políticas feministas de cooperación internacional el crecimiento de los grupos anti derechos de las mujeres y los movimientos conservadores. Enfatizó que Colombia, bajo direcciones del Presidente Petro y el Canciller Leyva, ha decidido lanzar una política exterior feminista con tres características: pacifista, interseccional y participativa. Gil mencionó también que la Cancillería de Colombia ha mandatado a todas sus embajadas y misiones en el extranjero a transversalizar la perspectiva de género en todos los acuerdos, documentos y declaraciones internacionales de los que formen parte. Esta instrucción abarca áreas no tradicionalmente consideradas parte de la diplomacia, como el desarme y la respuesta al cambio climático.
La Directora General del BMZ tomó la palabra a continuación para anunciar que Alemania plantea incrementar para el año 2025 la proporción de Ayuda Oficial para el Desarrollo que dedica a la igualdad de género en un 93 por ciento. Al mismo tiempo, comunicó que la estrategia feminista alemana de cooperación internacional estará basada en tres elementos: los derechos de las mujeres, su representación sustantiva y su acceso a recursos económicos y financieros. Por último, Toetzke identificó el propósito de visibilizar el trabajo de cuidados e integrarlos plena y dignamente en los sistemas económicos.
En su intervención, la Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres de México, convocó a proporcionar financiamiento al Fondo Regional de Apoyo a Organizaciones y Movimientos de Mujeres y Feministas. Señaló que en su primer año de existencia, el Fondo ya ha recibido 250 solicitudes, mismas que fueron financiadas con recursos de México y ONU Mujeres. Gasman subrayó en sus palabras que México fue el primer país de América Latina y el Caribe en adoptar esta política exterior feminista, sumándose a los esfuerzos de otros países como Suecia, Canadá, España, Francia y Noruega, a los que ahora se suman también Chile y Colombia. Como ejemplo del trabajo realizado en este ámbito, mencionó la resolución conjunta que México y Argentina presentaron en 2021 en el contexto del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la importancia del trabajo de cuidados. Además, habló sobre el trabajo conjunto que las Secretarías de Economía, Hacienda y Cultura de México realizan para capacitar a pequeñas empresarias en materia de comercio internacional. Asimismo, México se encuentra en proceso de crear su Sistema Nacional de Cuidados.
El primer panel concluyó con la participación de una experta de la Red Unidas, la cual es una iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania (AA) que reúne mujeres feministas de América Latina y mujeres feministas y movimientos de mujeres de Alemania para promover el diálogo y el intercambio. Natalia Gherardi relató el avance de los movimientos de mujeres y los grupos feministas en Argentina, en particular, y en América Latina y el Caribe más ampliamente a partir de 2015, con los reclamos de “ni una menos”. Desde su punto de vista, la agenda que inició por exigir la prevención y el compromiso para poner fin a los feminicidios, comenzó a ampliarse y complejizarse, conectando las violencias extremas con las violencias cotidianas que experimentan las mujeres latinoamericanas y caribeñas. A pesar de los avances logrados en años recientes en materia de derechos y autonomías de las mujeres, advirtió que hay riesgos de retrocesos y problemas de implementación que hay que seguir tomando en cuenta.
El segundo panel versó sobre los desafíos y oportunidades para incrementar el financiamiento y las alianzas para acelerar el cumplimiento de los compromisos de la Agenda Regional de Género y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este segmento estuvo a cargo de las representantes de Articulación Feminista Marcosur, Chile y España.
Lucy Garrido destacó en su intervención la importancia del Fondo Regional de Apoyo a Organizaciones y Movimientos de Mujeres y Feministas, explicando que la existencia del mismo se logró gracias al trabajo conjunto de los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil y las redes feministas de América Latina y el Caribe. Al igual que Gasman, la integrante de Articulación Feminista Marcosur convocó a los gobiernos de la región y a sus socios a financiar las actividades de dicho Fondo.
A las palabras de Garrido les siguió la participación de la Subsecretaria de la Mujer y Equidad de Género de Chile. Luz Vidal argumentó que se deben superar los modelos de cooperación tradicionales, pues, para avanzar en materia de igualdad de género, es necesaria la cooperación internacional. Igualmente, señaló que uno de los ejes claves para avanzar en la igualdad de género es la corresponsabilidad de los cuidados, la cual no solo debe redistribuirse a nivel familiar, sino también a nivel país con mayor participación del Estado y a nivel internacional. La Subsecretaría elogió el lanzamiento por parte de México y ONU Mujeres de la Alianza Global por los Cuidados, misma que cuenta con más de 50 integrantes, entre ellos Chile y Alemania. Este espacio reconoce la posibilidad de avanzar colectivamente para poner en el centro de la implementación de la agenda global feminista a los cuidados. Asimismo, dedicó el resto de su tiempo a hablar de los retos particulares de las mujeres rurales. Entre ellos, identificó la falta de acceso a la propiedad, a tecnologías productivas apropiadas, al transporte y al control sobre el manejo de su tiempo.
La última intervención del evento estuvo a cargo de la Secretaria de Estado de la Cooperación Internacional de España. Pilar Cancela comenzó advirtiendo la necesidad de estar alerta, pues las recesiones económicas y las situaciones de crisis históricamente han sido instrumentalizadas para retroceder en las conquistas en derechos, especialmente de las mujeres.
Además, explicó que la política feminista de cooperación internacional española se concibe como una política de Estado que forma parte de la manera en la que este país comprende el desarrollo sostenible. Consideró que la política de desarrollo internacional tiene que estar empapada de una perspectiva de género integral y transversal. América Latina y el Caribe, desde hace más de 40 años, es la región donde España tiene establecida una infraestructura de cooperación más consolidada y donde ha trabajado de una manera participativa y multilateral. Importantemente, la Secretaria aprovechó el encuentro para informar a las y los participantes sobre la nueva reforma, en ese momento en proceso de ser aprobada en el Congreso, que compromete a España a dedicar el 0.07 por ciento de su Producto Nacional Bruto a la Ayuda Oficial para el Desarrollo y que rediseña su sistema de cooperación. Por último, señaló lo importante que es el fortalecimiento permanente de los lazos entre el gobierno y la sociedad civil organizada y aseguró que se requiere de un cambio civilizatorio, un cambio profundo en el modelo de desarrollo, pero también un cambio en el sistema de valores que ponga en el centro el bienestar, la vida, las relaciones de eco-dependencia, la interdependencia y el cuidado.
La Directora de la División de Género de la CEPAL, Ana Güezmes, concluyó el evento mencionando que la región requiere de un cambio estructural para avanzar hacia la sociedad del cuidado como propone la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, pero este tiene que poseer un sentido de urgencia, pues se necesita resolver la respuesta a la crisis climática, la crisis financiera y la crisis de cuidados, sin dejar a nadie atrás y con la autonomía de las mujeres y la igualdad de género en el centro. Un cambio de época como plantea el feminismo, con una profunda transformación de la organización de la sociedad enfocada en la sostenibilidad de vida, el desarrollo y la paz.