Pasar al contenido principal
Disponible enEspañol

CEPAL participa del Congreso de Economía Social y Solidaria de Chile 2024

21 de noviembre de 2024|Nota informativa

Entre el 23 y el 24 de octubre de 2024 se llevó a cabo el Congreso de Economía Social y Solidaria de Chile, organizado por la Red Universitaria de Economía Social y Solidaria de Chile (RUESS), como una forma de conocer, debatir y proyectar la realidad de la economía social y solidaria en el país. En el evento, Felipe Correa, investigador de la CEPAL, intervino en el panel “Constituciones, leyes y políticas de economía social y solidaria”, en el que presentó un diagnóstico del estado de la economía social y solidaria en América Latina y el Caribe. 

Tras repasar algunas de las instituciones presentes en la región, Correa explicó que el desarrollo de la economía social y solidaria está estrechamente vinculado a la existencia de un marco institucional sólido. Países como Argentina, Ecuador y Uruguay poseen institucionalidades nacionales sólidas que apoyan al sector con programas y fondos específicos para el sector.

En cuanto a legislación, Correa destacó países como Colombia, Costa Rica, México y Uruguay, los cuales han definido legalmente el concepto de ESS, facilitando su consolidación. Un ejemplo de interés es el caso de Costa Rica, donde la ESS está definida no mediante una ley, sino mediante un decreto ministerial, lo que permite abrir una vía complementaria de acción.

Según un reciente estudio publicado por la CEPAL para el caso de Chile, se estima que anualmente se constituyen alrededor de 25.000 organizaciones y empresas de economía social y solidaria en el país, lo que equivale al 10% de las empresas convencionales constituidas en el país cada año. De las organizaciones y empresas de la ESS, la gran mayoría corresponden a organizaciones comunitarias.

Para concluir, Correa propuso una serie de estrategias para fomentar la ESS en Chile: establecer una primera definición de economía social y solidaria vía decreto ministerial que permita ir delineando una política para el sector, y fomentar la colaboración y el diálogo entre las distintas formas jurídicas que componen la ESS, por ejemplo, a través de una Mesa Nacional de Economía Social. Esto permitiría a Chile aprovechar su potencial y acercarse a los niveles de participación y desarrollo observados en otros países de la región.