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La edición 2014 del Boletín informa acerca de dos hechos internacionales que esperamos contribuyan a una mayor protección de los derechos humanos de las personas mayores en el mundo y en nuestra región. El primero de ellos es el nombramiento de la primera Experta Independiente para el disfrute pleno de los derechos humanos de las personas mayores. El otro hito en materia de derechos humanos que tuvo lugar este año fue la celebración del Segundo Foro Internacional sobre los Derechos Humanos de las Personas Mayores, organizado en conjunto con el Gobierno del Distrito Federal de la Ciudad de México, a través de su Secretaría de Desarrollo Social. Esta actividad impulsa una mayor visibilización de los asuntos de las personas mayores en la agenda internacional.
Siguiendo los últimos avances internacionales para incrementar la protección de los derechos humanos de las personas mayores en el mundo, en este número del Boletín Envejecimiento y desarrollo brinda un panorama del tercer ciclo de evaluación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, en el marco del cual se pidió a los Estados miembros que sugirieran un tema específico para el examen, y se los consultó sobre la forma en que este proceso podría contribuir de mejor manera a promover la integración social y la participación amplia de las personas mayores en el desarrollo.
También se destacan algunas buenas prácticas de los países en materia de envejecimiento. En esa línea, se dedica una nota a una iniciativa desarrollada por el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP-PAMI) de la Argentina, el programa Formador de Formadores, que se lleva adelante a través de un convenio con la CEPAL. Y en otro artículo se comenta una acción de capacitación de las trabajadoras del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (IAAM) de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal de la Ciudad de México. Por último, se profundiza el análisis sobre el tema de la autonomía, en la medida que su ausencia habilita prácticas discriminatorias y de abuso contra las personas mayores.