Los arreglos residenciales de las personas mayores pueden tener consecuencias importantes sobre su salud, situación económica y bienestar. Si bien algunas personas mayores viven solas, otras viven con sus cónyuges o parejas, o con sus hijos o nietos en hogares multigeneracionales. Es importante comprender las modalidades y tendencias de sus arreglos residencialesen el marco de las iniciativas mundiales encaminadas a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el Objetivo 1 de poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo, el Objetivo 2 de poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y el Objetivo 3 de garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades. En el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, aprobado en 2002, se indicó que los arreglos residencialesde las personas mayores eran un tema que requería mayor investigación y atención[1].
En un nuevo conjunto de datos sobre los arreglos residenciales de las personas mayores de laDivisión de Población de las Naciones Unidas, titulado United Nations Database on the Living Arrangements of Older Persons 2018, se presenta una compilación de indicadores sobre la composición de los hogares y los arreglos residenciales de las personas de 60 años o más, que se estimaron a partir de datos tabulados y microdatos de listas de hogares de los censos y las encuestas de hogares[2]. Entre otras fuentes de datos, se utilizaron muestras de microdatos de los censos y encuestas provenientes de Integrated Public Use Microdata Series, International (IPUMS-I), los microdatos de listas de hogaresde encuestas demográficas y de salud (EDS), así como los datos tabulados del Demographic Yearbook de las Naciones Unidas y de encuestas sobre la fuerza de trabajo de la Unión Europea. Las estimaciones se basan en 672 fuentes de datos específicas de 147 países o zonas, que representan aproximadamente el 97% de las personas de 60 años o más a nivel mundial, con fechas de referencia que van de 1960 a 2016. En este artículo se resumen las conclusiones principales sobre las modalidades y tendencias de los arreglos residenciales y convivencia de las personas de 65 años o más en distintas partes del mundo[3].
A nivel mundial, las personas mayores viven en hogares cuyo tamaño medio presenta grandes variaciones, de 2 a 12 personas por unidad familiar
Según las estimaciones más recientes, en los países de Europa y América del Norte, las personas mayores tienden a vivir en hogares relativamente pequeños, compuestos por menos de tres personas por unidad familiar[4]. Por ejemplo, el tamaño medio de esos hogares era de 1,9 personas en Francia, Suiza y el Reino Unido y de 2,1 personas en los Estados Unidos. Algunos países de Asia oriental y América Latina también presentaban valores bajos: en la República de Corea y la Argentina, los hogares en que vivía una persona mayor estaban formados por una media de apenas 2,4 personas.
Al otro extremo, en gran parte de Asia meridional y África, los hogares con personas mayores estaban formados, como promedio, por más de seis personas. El mayor tamaño medio de los hogares con personas de edad se observó en el Senegal y Gambia, con una media respectiva de 12,1 y 12,6 personas, seguidos por el Afganistán, con 9,4 personas por unidad familiar.
La convivencia de las personas mayores con sus hijos o con miembros de la familia ampliada es más común en África, Asia y América Latina y el Caribe, mientras que en Europa y América del Norte la mayoría de las personas mayores viven de manera independiente (solas o únicamente con su cónyuge)[5]
Los datos disponibles de 137 países o zonas indican que la mayoría de las personas mayores vivían con sus hijos o con miembros de la familia ampliada en África, Asia y América Latina y el Caribe, mientras que en Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelandia el arreglo más común en materia de vivienda consistía en vivir únicamente con su cónyuge, seguido de vivir solas[6].
Por ejemplo, en Estonia, el 37% de las personas de 65 años o más vivían solas, en comparación conmenos del 1% en el Afganistán (véase el gráfico 1). Las personas mayores también tenían grandes probabilidades de vivir solas en Finlandia (36%), los Países Bajos (35,4%), Noruega (34,7%), Suiza (35,2%) y Santo Tomé y Príncipe (34,4%), el único país africano con una proporción tan elevada de personas mayores que viven solas. También se encontraron proporciones más pequeñas de personas mayores que viven solas en África y Asia, donde el Afganistán, el Pakistán, Gambia, Guinea y el Senegal ocuparon los últimos lugares a nivel mundial[7].
La mayoría de los países de América Latina y el Caribe ocupan puestos intermedios, que van desde las proporciones moderadamente elevadas de personas mayores que viven solas en la Argentina y el Uruguay (del 21,2% y el 26,7%, respectivamente) hasta valores más típicos de esa región, del 14,6% en el Brasil, el 14,4% en el Ecuador, el 14,6% en el Perú y el 12,6% en México.
Gráfico 1
Porcentaje de personas de 65 años o más que viven solas, datos más recientes
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Naciones Unidas, “United Nations Database on the Living Arrangements of Older Persons 2018” (POP/DB/PD/LAOP/2018), 2018 [en línea].
Las mujeres mayores tienen más probabilidades de vivir solas que los hombres mayores
En los 135 países sobre los que se dispone de datos desglosados por sexo, las mujeres tenían más probabilidades de vivir solas que los hombres. Las razones que explican la proporción más elevada de mujeres que viven solas son: i) su mayor esperanza de vida; ii) la mayor prevalencia de la viudez entre las mujeres, y iii) la mayor probabilidad, en el caso de los hombres, de que vuelvan a casarse después de enviudar o divorciarse.
Las mayores brechas de género entre las personas que viven solas se encontraron en Europa. En 20 países de Europa se apreciaban diferencias de más de 20 puntos porcentuales en la proporción de personas que viven solas entre las mujeres de 65 años o más en comparación con los hombres del mismo grupo de edad. Los países que presentaban las mayores diferencias entre mujeres y hombres eran Serbia (44,8 puntos porcentuales más en el caso de las mujeres), Austria (29 puntos porcentuales), Suiza (28 puntos porcentuales), Francia (25,6 puntos porcentuales), los Países Bajos (25,6 puntos porcentuales) y Hungría (25,3 puntos porcentuales), que tenían una proporción más baja de hombres que de mujeres en la población de personas de edad en comparación con otros países desarrollados.
Contrariamente a las constataciones típicas, en unos 22 países de África, el Caribe y Centroamérica, vivir solos era más común entre los hombres mayores que entre las mujeres mayores. Las proporciones más elevadas de hombres que vivían solos se encontraron en Santo Tomé y Príncipe (38,5%), Jamaica (21,7%), Guyana (19,5%), Panamá (16,6%), Botswana (16,2%),la República Dominicana (13,8%), Ghana (12,2%), Haití (11,5%) y Namibia (9,0%).
Las modalidades de corresidencia con hijos mayores o menores varían según la región y el sexo
En los 98 países sobre los que se disponía de datos que permitieran determinar la edad de los hijos que corresidían con personas mayores, la proporción de personas mayores que vivían con hijos menores de 20 años iba de menos del 1% en el conjunto de los países de Europa y los Estados Unidos a más del 10% en la mayoría de los países de África. En muchos casos esta situación puede estar vinculada con familias generalmente más numerosas debido a los elevados niveles de fecundidad de esta región, en comparación con otras regiones de menor fecundidad y familias generalmente menos numerosas.
En América Latina y el Caribe, la proporción de personas mayores que viven con hijos de más de 20 años iba del 31% en Puerto Rico y el Uruguay a más del 60% en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela (República Bolivariana de), mientras que la proporción de personas mayores que vivían con hijos de menos de 20 años era inferior al 5% en la mayoría de los países.
A nivel mundial, los hombres mayores tenían más probabilidades de vivir con hijos menores de 20 años, mientras que las mujeres mayores tenían más probabilidades de vivir con hijos mayores de esa edad. Esas diferencias por sexo pueden explicarse en gran medida por la típica diferencia de edad entre los cónyuges y por el período de vida reproductiva de las mujeres. Puesto que en casi todos los países la reproducción es poco común para las mujeres de más de 45 años, no suelen encontrarse mujeres de más de 65 años que tengan hijos menores de 20 años. En cambio, dado que en promedio los cónyuges suelen ser mayores que las cónyuges, tienen más probabilidades de convivir con hijos menores de 20 años cuando alcanzan una edad avanzada.
Con el paso del tiempo, han aumentado las probabilidades de que las personas mayores de América Latina y el Caribe vivan solas o con sus cónyuges, en vez de vivir con la familia ampliada
La proporción de personas mayores que viven de manera independiente (solas o con sus cónyuges) ha aumentado en los países de América Latina y el Caribe. Se observaron importantes cambios de los arreglos residenciales de las personas mayores en el Uruguay, donde la proporción que vive de manera independiente aumentó del 24,3% en 1963 al 57,4% en 2011. El Perú también experimentó un cambio importante en los arreglos residenciales de las personas mayores: la proporción que vive de manera independiente casi se triplicó, del 13,2% en 1991 al 37,3% en 2011. Muchos otros países experimentaron un aumento de más de 10 puntos porcentuales en la proporción de personas mayores que viven de manera independiente, entre ellos, la Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), el Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, la República Dominicana, el Ecuador, Haití y México.
En sentido general, ha disminuido la prevalencia de personas mayores que comparten el hogar con la familia ampliada y ha aumentado la prevalencia de hogares nucleares. Los datos también indican que, si bien muchos países de la región experimentaron un descenso de la proporción de personas mayores que conviven con sus hijos, algunos países, como el Brasil, Haití, México, la República Dominicana y el Uruguay han experimentado aumentos en este tipo de arreglo en materia de vivienda.
Gráfico 2
América Latina y el Caribe (países seleccionados): distribución de las personas mayores por tipo de hogar
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Naciones Unidas, “United Nations Database on the Living Arrangements of Older Persons 2018” (POP/DB/PD/LAOP/2018), 2018 [en línea].
Nota: Para consultar la distribución de tendencias temporales de las personas mayores por tipo de hogar en países concretos, véase Naciones Unidas (2018). IPUMS: Integrated Public Use Microdata Series, International; EDS: encuestas demográficas y de salud; DYB: Demographic Yearbook de las Naciones Unidas.
Bibliografia
Naciones Unidas (2018), “United Nations Database on the Living Arrangements of Older Persons 2018” (POP/DB/PD/LAOP/2018) [en línea] https://population.un.org/LivingArrangements/index.html.
____ (2002), “Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, 2002”, Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (A/CONF.197/9), Madrid.
[1] Naciones Unidas (2002).
[2] La base de datos fue elaborada por Sara Hertog, Yumiko Kamiya, Mun Sim Lai e Ivan Prlincevic, de la División de Población, en colaboración con un equipo de investigadores del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigido por el Profesor Albert Esteve. Véase Naciones Unidas (2018).
[3] Aunque no hay ninguna definición sobre la edad en que se alcanza la condición de persona mayor, a efectos estadísticos, en el presente artículo se definen como mayores a las personas de 65 años o más.
[4] Las estimaciones más recientes se refieren a 2010 o años posteriores respecto de la mayoría de los países y del año 2000 a 2009 respecto de los países restantes.
[5] En los hogares de familia ampliada, todos los miembros están emparentados entre sí y uno o más de ellos no son miembros del mismo núcleo familiar.
[6] El “porcentaje de personas que viven solas” representa la estadística de más amplia disponibilidad en lo que se refiere a los arreglos residenciales de las personas mayores. En gran medida, el hecho de que se disponga de más datos sobre este tema es resultado indirecto de la forma en que suelen tabularse los datos sobre los hogares y sus miembros.
[7] La clasificación de los países se divide en “baja”, “intermedia” y “alta” según los percentiles, de la manera siguiente: por debajo del percentil 25, se aplicó la clasificación “baja”; entretanto, a los países que se encontraran por debajo del percentil 5 se les aplicó la clasificación “extremadamente baja”. A los países situados entre los percentiles 25 y 75 se les aplicó la clasificación “intermedia” y, a los que se encontraran por encima del percentil 75, la clasificación “alta”.