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Un panorama estadístico sobre el desarrollo sociodemográfico, económico y ambiental de los países de la región presenta el Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe 2019, informe anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dado a conocer hoy.
Esta publicación, que se encuentra disponible en el sitio de la CEPAL en internet, constituye una referencia para quienes deseen contar con datos estadísticos descriptivos comparables entre países y en el tiempo. La presente edición contiene información disponible hasta mediados de diciembre de 2019.
El Anuario Estadístico 2019 se organiza en tres capítulos. En el primero se presentan aspectos demográficos y sociales que incluyen indicadores de población, trabajo, educación, salud, vivienda y servicios básicos, pobreza y distribución del ingreso y género. Según estos datos, la población de América Latina y el Caribe superó los 648 millones de habitantes al año 2019, con el 81% viviendo en áreas urbanas y una esperanza de vida al nacer de 75,2 años.
En 2018, la tasa de mortalidad neonatal promedio para América Latina y el Caribe se situó en 9,1 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos. Este promedio es el resultado de una amplia heterogeneidad entre los países, donde algunos tienen una tasa de mortalidad neonatal equivalente a la mitad del promedio regional, en tanto otros presentan una tasa tres veces superior al promedio regional.
El informe señala que la participación en el sistema educativo disminuye apreciablemente a medida que los niños y jóvenes avanzan en su trayectoria educativa en la educación formal. Mientras la asistencia a un establecimiento educativo es casi universal para las niñas y niños de 7 a 12 años, esta desciende a un entorno del 80% entre los jóvenes de 13 a 19 años de edad y alcanza apenas el 40% entre las personas de 20 a 24 años. Es en este último grupo dónde la situación es más heterogénea según el nivel de ingresos del hogar, ya que las tasas de asistencia entre los jóvenes del quintil de mayores ingresos duplican las que se registran entre los jóvenes del quintil más bajo.
Las desigualdades de género son evidentes en los patrones de inserción laboral y educativa. El porcentaje de jóvenes de 15 a 24 años que no asisten a centros escolares ni tampoco participan en el mercado laboral es inferior al 10% entre los hombres y se eleva hasta casi el 26% entre las mujeres. Dos de cada 3 mujeres que no estudian ni están empleadas se encuentran en esta situación por estar a cargo del trabajo de cuidados en el hogar. En comparación, entre los hombres, este motivo afecta sólo a uno de cada 9 jóvenes.
El segundo capítulo presenta información económica referida a cuentas nacionales, balanza de pagos, comercio exterior e índices de precios, entre otros. El Anuario muestra que en 2018 el PIB promedio anual regional por habitante a precios corrientes de mercado fue de 8.383 dólares, con valores similares entre América Latina y el Caribe.
Por su parte, el balance en cuenta corriente tuvo un saldo negativo de poco más de 125.600 millones de dólares (2,4% del PIB regional).
En cuanto al comercio intrarregional, en 2018 las exportaciones intrarregionales respecto de las exportaciones totales alcanzaron un 15,4%, mientras que las importaciones intrarregionales respecto de las importaciones totales fueron de un 15,7%. Por su parte, el índice de relación de precios de intercambio en la región (con base en 2010), tuvo un aumento del 2,7% en 2018 para América Latina respecto del nivel del año 2017.
El tercer capítulo ofrece estadísticas e indicadores ambientales de la región. Destacan métricas sobre condiciones físicas, cobertura terrestre, ecosistemas, biodiversidad, calidad ambiental, tierra, recursos energéticos, hídricos y biológicos, emisiones al aire, desastres, asentamientos humanos, regulación y gobernanza ambiental.
En solo un año, la proporción de aguas marinas protegidas respecto del total de zonas económicas exclusivas de los países de América Latina y el Caribe tuvo un incremento del 50% al pasar de 13,4% en 2017 al 20,1% en 2018, gracias a las acciones de protección en la Patagonia chilena. Con esto, nuestra región logró dar cumplimiento a la meta 11 del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Aichi, así como la meta 14.5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) respecto de conservar al año 2020 por lo menos el 10% de las zonas costeras y marinas. Sin embargo, preocupa la heterogeneidad entre los países de la región, pues solo 8 de los 33 Estados Miembros de la CEPAL han logrado el cumplimiento del umbral del 10%.
En cuanto al impacto de los desastres de gran escala en la región, su costo económico se estima en más de 4 mil millones de dólares durante el año 2018. En los últimos 50 años, el 70% del costo económico acumulado como consecuencia de los desastres correspondió a desastres relacionados con cambio climático (hidrológicos, meteorológicos y climatológicos), por ejemplo, huracanes, inundaciones y sequías.
El Anuario Estadístico se publica en versión impresa y electrónica con algunas diferencias. En la versión impresa se incluye una selección de cuadros y gráficos orientados a brindar un resumen de la información estadística desde la perspectiva regional. La versión electrónica, en tanto, incluye un mayor número de cuadros que brindan información más detallada y sobre un período histórico mucho más amplio, así como un capítulo adicional donde se explican los aspectos metodológicos y las referencias a las fuentes de los datos. Esta información forma parte del conjunto de estadísticas disponibles en CEPALSTAT, la plataforma que da acceso a toda la información estadística actualizada de los países de la región recolectada, sistematizada y publicada por la CEPAL, la cual se encuentra actualmente en un proceso de actualización tecnológica y funcional.
Dado que la mayor parte de la información proviene de las oficinas nacionales de estadística, bancos centrales, organismos internacionales y otras instituciones oficiales, la CEPAL invita a los usuarios a prestar atención a las fuentes y notas técnicas que se presentan en este trabajo. Los datos se obtienen a partir de metodologías y estándares internacionales con el fin de asegurar la mayor comparabilidad posible entre los países, por lo que estas cifras pueden no coincidir necesariamente con los datos nacionales.