video
Seminario-taller “Impacto distributivo en las políticas públicas”
La política macroeconómica incide sobre el crecimiento y la distribución a través del modo en que combina el manejo de las variables que están (o podrían estar) bajo el control de las autoridades económicas, como la cantidad y el tipo de impuestos que se recaudan, el nivel y la composición del gasto público, las tasas de interés o el tipo de cambio, por citar algunas de las más importantes.
La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria para que la región pueda crecer más y repartir mejor, pero debe entenderse a la estabilización de manera amplia como un objetivo que vaya más allá de asegurar una inflación baja y estable y contemple, asimismo, la necesidad de reducir la inestabilidad real. Una importante lección emergente de esta crisis es la relevancia de que el diseño de la política macroeconómica contemple la necesidad de enfrentar las fluctuaciones asociadas a los ciclos económicos, evitando una excesiva variabilidad del nivel y de la calidad de los servicios que presta el Estado, así como de variables clave tales como el tipo de cambio real y de la tasa de interés. La posibilidad inédita en la historia de América Latina de poder llevar adelante estrategias de compensación de los efectos de la crisis realza la importancia de contar con la capacidad para implementar una administración macroeconómica contracíclica. Se trata, por otra parte, de un instrumento particularmente relevante para los grupos de menores recursos, cuya capacidad de gasto está restringida por su baja capacidad de ahorro y su limitado acceso al mercado financiero.
Por otro lado, aunque apuntar a una inflación baja y estable debe ser un objetivo prioritario de la política macroeconómica, no debe soslayarse el hecho de que la elección del régimen monetario y cambiario determina una variable tan importante como es el tipo de cambio, cuya incidencia sobre las decisiones de producción, inversión, demanda y financiamiento, justifican que no sea tratado como una variable “residual” para la política económica. Esto es especialmente relevante cuando, como se señaló anteriormente, la región se enfrenta a la necesidad de redefinir su perfil productivo.
En relación con la política fiscal, por el lado de los ingresos, la realidad de América Latina es que la mayoría de los países recauda poco y además recauda mal. Los gobiernos de la región necesitan no solo el desafío de incrementar la cantidad de recursos que se recauden sino también mejorar su incidencia sobre la distribución del ingreso aumentando la carga sobre los sectores más favorecidos. Pero además se espera que la estructura del gasto financiado con esos recursos pueda contribuir a la construcción de sociedades más cohesionadas, aumentando así la legitimidad de las políticas públicas y, por tanto, del pago de impuestos destinados a financiarlas. Pero, además, las demandas de más gasto público no se circunscriben al área social sino que pueden incluir otras áreas que, como la inversión pública o las políticas de fomento productivo, tienen una incidencia importante sobre la competitividad y sobre la definición del perfil productivo y, por lo tanto sobre la tasa de crecimiento y la manera en que se reparten sus frutos.
La necesidad de hacer frente a la crisis internacional más aguda de la que se tenga registro desde la “Gran Depresión”, colocó a los países de la región frente a la necesidad de impulsar medidas de diverso tipo a fin de amortiguar los efectos negativos sobre la actividad económica y la situación social. Esto ha revalorizado el rol del Estado y de las políticas activas pero desnudó, al mismo tiempo, las enormes diferencias existentes entre los países de la región en relación con la capacidad para llevar adelante estas políticas.
Más allá de la crisis, la necesidad de definir estrategias que permitan retomar un sendero de crecimiento sostenido plantea nuevos y más complejos desafíos. Para poder afrontarlos con éxito los países de América Latina deben impulsar una ampliación del espacio de las políticas públicas, habilitando los instrumentos que permitan enfrentar adecuadamente los objetivos planteados, garantizando la disponibilidad de los recursos que requiera el financiamiento de las iniciativas a poner en práctica y fortaleciendo a las instituciones que deben implementarlas.
En este contexto, el taller que se llevará a cabo los días 28 y 29 de abril en la CEPAL, organizado por la División de Desarrollo Económico con apoyo de la Cooperación Alemana (GTZ), se propone revisar los tópicos antes reseñados. En líneas generales, el objetivo del taller consiste en contribuir a la discusión acerca del aporte que la política macroeconómica puede hacer al fortalecimiento del vínculo entre crecimiento económico y equidad distributiva.
Como se observa en la agenda adjunta, este objetivo requerirá la consideración de múltiples tópicos, que van desde aquellos relacionados con la relación entre el desempeño macroeconómico y la distribución del ingreso hasta el impacto distributivo de las políticas sectoriales, pasando por temas como la política fiscal, el sistema impositivo, la evasión tributaria y su efecto sobre la equidad.
De esta forma se espera que el taller, a través de la generación del diálogo y debate entre los expertos participantes, contribuya a la identificación de los puntos críticos en estos temas, como así también permita la discusión de una agenda que contenga posibles líneas futuras de investigación en esta materia. Los debates y documentos resultantes serán insumos esenciales del próximo “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2010”.