Description
La inseguridad alimentaria y el hambre en América Latina y el Caribe están estrechamente asociados a la pobreza extrema, pero no se confunden con ella. Una alimentación insuficiente para el desarrollo de una vida normal e inadecuada desde el punto de vista nutricional, afecta no sólo a quienes viven en condiciones de extrema pobreza sino también a estratos más amplios y grupos que residen en determinadas zonas o regiones en cada país. Entre las carencias que enfrenta la población en pobreza extrema, la falta de acceso a alimentos es, por sus consecuencias, la más grave y urgente de erradicar. El reconocimiento de la importancia de eliminar las situaciones más extremas de hambre se expresa en que el primer objetivo de desarrollo de la Declaración del Milenio es la erradicación del hambre en el planeta. Respecto de este objetivo se establecen metas específicas, otorgándosele así la misma prioridad que a la mitigación de la pobreza.
La insuficiencia permanente de alimentos en cantidad y calidad adecuados para satisfacer las necesidades energéticas de toda la población (subnutrición); encuentra su manifestación más grave en la desnutrición infantil. De las dos formas que asume: el bajo peso y la cortedad de talla con respecto a la edad, el retardo del crecimiento es particularmente importante en los países de la región, debido tanto a su mayor incidencia como a la irreversibilidad de sus efectos negativos sobre el desarrollo de los individuos y de la sociedad.
A partir de la Conferencia Internacional sobre Nutrición (Roma, 1992); y la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Roma, 1996);, la preocupación por la seguridad alimentaria y el hambre se ha manifestado más claramente en formulaciones de políticas nacionales de seguridad alimentaria y nutricional.
En los países centroamericanos son varias las instancias que han respaldado estas iniciativas, entre las que cabe destacar el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (COMISCA); y la Comisión Regional de Asuntos Sociales (CRAS);, creados en 1991; el Subsistema de Integración Social del Sistema de Integración Centroamericana (SISCA/SICA);, constituido en 1993; la XIV Cumbre de Presidentes Centroamericanos (Guatemala, 1993);, que ratificó la Iniciativa Regional de Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN);, propiciada por el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP/OPS);; la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, donde los países de la región concurrieron al compromiso de "...consagrar nuestra voluntad política y nuestra dedicación común y nacional a conseguir seguridad alimentaria para todos y erradicar el hambre de todos los países, con el objetivo inmediato de reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015"; y los mandatos de la XXII Cumbre Iberoamericana de Presidentes, de diciembre de 2002, que incluyen la adopción de un Marco Estratégico elaborado por el Consejo Agropecuario de Centroamérica (CAC); para enfrentar la situación de inseguridad alimentaria y nutricional asociada a las condiciones de sequía y cambio climático.
El principal desafío ha sido otorgar alta prioridad a la seguridad alimentaria en la agenda política de los países. Las interrogantes que trata de abordar este documento plantean en qué medida los objetivos tendientes a mitigar el hambre se están alcanzando y cuáles son las causas y consecuencias particulares que caracterizan al fenómeno en los países centroamericanos.
Con el propósito de encontrar respuestas a estas interrogantes, a principios de 2003 la Oficina Regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA); y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); establecieron un acuerdo de cooperación trienal que incluye la elaboración de un capítulo especial sobre el hambre, la desnutrición y la pobreza en el Panorama social de América Latina, 2002-2003, además tres informes anuales que analizan el tema en grupos de países. Atendida la gravedad del problema, el primer grupo de países considerados lo integran los países centroamericanos y Panamá.