Description
Existe una amplia evidencia empírica para Argentina que indica que los jóvenes experimentan, en promedio, mayores tasas de desempleo y mayor precariedad laboral que los adultos. Sin embargo, más escasos son los estudios económicos que focalizan sobre la inestabilidad laboral de los jóvenes analizando la intensidad de la misma, sus características y la posible heterogeneidad al interior de este amplio conjunto de individuos. Los objetivos de este estudio son: (1) determinar el grado en que la dimensión joven-adulto explica diferenciales de rotación laboral y los canales a través de los cuales ello sucede, (2) evaluar en qué medida la rotación ocupacional de diferentes grupos de jóvenes se corresponde con una carrera laboral ascendente o con una elevada inestabilidad de tipo involuntaria y (3) estudiar el impacto que las condiciones socioeconómicas del hogar tienen sobre la inestabilidad laboral de los jóvenes y las vías a través de las cuales esta transmisión se verifica. La fuente de información utilizada son los paneles de cuatro ondas consecutivas construidos a partir de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de Argentina. La herramienta econométrica utilizada son los modelos de duración a partir de los cuales es posible estimar la probabilidad condicional de que un determinado episodio de empleo finalice dado que ha durado hasta ese momento. Los resultados obtenidos sugieren que los jóvenes, en promedio, exhiben una intermitencia ocupacional más elevada que los adultos debido, en parte, a que se insertan en puestos más precarios, de menor calificación y en actividades que exhiben menor estabilidad. Sin embargo, este panorama general promedia situaciones altamente heterogéneas al interior del conjunto de jóvenes. En particular, los adolescentes, los que desertaron del nivel medio y los que provienen de hogares de menores ingresos experimentan un tipo de rotación laboral más precaria, caracterizada por frecuentes tránsitos entre puestos no registrados, la inactividad y el desempleo. Por el contrario, aquellos jóvenes de nivel educativo más alto exhiben una mayor estabilidad en la ocupación y mayores probabilidades de experimentar dinámicas laborales más virtuosas.