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Resumen Las recientes transformaciones de las políticas y los aparatos gubernamentales, conjuntamente con los nuevos objetivos de equidad y sustentabilidad ambiental que ahora se asocian al logro de un desarrollo sustentable, han provocado una verdadera crisis estructural en los organismos públicos y grandes cambios en los papeles tradicionalmente asumidos por el Estado. En este contexto, también la gestión de los recursos hídricos ha resultado afectada. Incluso se podría decir que el creciente interés que concita el tema ambiental, más que beneficiar, parecería haber erosionado la capacidad de gestión del ambiente y, por ende, de los recursos naturales. En materia de ordenamiento ambiental, la gestión de los recursos hídricos ocupa un lugar preponderante. En efecto, si se lograra manejar integralmente estos recursos en sus cuencas de captación y mantener a la vez la calidad del agua, es probable que en algunos casos fuera posible controlar más de la mitad de los problemas ambientales ocasionados por el hombre. De hecho, sin embargo, en la mayoría de los países de la región la gestión para el uso múltiple del agua no ha sido implantada o se realiza en forma deficiente. La incapacidad de algunos organismos para actuar coordinadamente y manejar el agua en forma integral fue recientemente puesta en evidencia por la aparición y rápida propagación de la epidemia de cólera. Resulta evidente que un país que no sea capaz de manejar bien ni siquiera uno de sus recursos naturales, especialmente el agua, menos podrá ocuparse del medio ambiente en forma integral". Lo que ha sucedido en la región es que se han adoptado principios de gestión integral sin haber dado previamente los pasos necesarios para manejar en buena forma por lo menos uno de los recursos. Los países actualmente dedicados a practicar una gestión ambiental integral cuentan por lo menos con 50 a 100 años de experiencia en el manejo de recursos naturales individuales —suelos, aguas o bosques—, así como con servicios públicos eficientes para estos efectos. Luego, en la región, el primer paso debe ser lograr una adecuada gestión de cada recurso y, en especial, del agua. En este trabajo se analiza específicamente cómo se realiza y cómo se puede mejorar la gestión de los recursos hídricos para su manejo integral, haciendo hincapié en que lo realmente importante es dar un tratamiento integral al sistema hídrico y a sus cuencas de captación y evacuación, sin considerar el hecho de que el aparato de gestión propiamente tal sea o no integrado. Es indudable que para ser más eficiente y eficaz un sistema de gestión debe estructurarse en función del sistema natural sobre el que está destinado a actuar y reflejar sus características. Para facilitar este análisis se ha utilizado un enfoque sistémico. El marco conceptual propuesto se basa en una clasificación de la gestión en cuatro niveles: científico-ambiental, económico-productivo, técnico-normativo y político-social, asociando cada uno de ellos a los diversos ámbitos de gestión."