La biodiversidad, un término dado por la contracción de la frase “diversidad biológica”, se refiere a la naturaleza con toda su complejidad, es decir, a la enorme variedad de vida sobre la Tierra fruto de miles de millones de años de procesos naturales y, cada vez más, por la influencia del ser humano.
“Biodiversidad” suele usarse para englobar o referirnos a todos los niveles en que esa diversidad se expresa, se estructura y convive. Abarca desde la variedad y combinaciones de genes que hay en una misma población, la interacción que existe entre los individuos de esa población con su hábitat, es decir, entre individuos y poblaciones de otras especies y su entorno, intercaladas con otras comunidades que tienen gradientes en las condiciones climáticas y geográficas, que juntas conforman un ecosistema. Por ejemplo, si pensamos en un bosque de montaña, hay especies y comunidades distintas en los bordes de los ríos, en la cima y en la base de la montaña. A su vez, también los ecosistemas tienen variaciones, gradientes y distribuciones espacio-temporales y están relacionados con otros ecosistemas a través de paisajes, especies migratorias, ciclos de nutrientes, etc.