En el contexto actual, la educación técnico profesional adquiere importancia crucial para el desarrollo social y económico de Chile. Sin embargo éste ha sido un sector postergado producto de la escasa valoración individual, social y económica de las potencialidades de las carreras técnicas. El dilema ahora es cómo compatibilizamos y adecuamos a las necesidades reales del entorno para que la educación y la formación profesional inicial para jóvenes responda mejor a las necesidades del mercado de trabajo y logrando incluir a las mujeres en el mundo laboral con igualdad de posibilidades y respondiendo a sus capacidades.