Description
Introducción La emergencia de los nuevos paradigmas tecno-organizativos y la consolidación del proceso de globalización de los mercados ha aumentado el rol que los agentes económicos asignan a las actividades innovativas en la búsqueda de mayor competitividad (Bianchi y Miller 1994, Coriat 1993). La visión predominante en la teoría económica hasta la crisis de los '70, sostenía que la gran empresa era el agente clave en el proceso de innovación (Schumpeter 1942 y Galbraith 1957). Esta concepción se correspondía con el modelo de produccción fordista caracterizado por la estandarización de la producción, los procesos de automatización rígida, la relevancia de las economías de escala y el predominio de la firma grande. Las actividades innovativas se centraban fundamentalmente en la creación de nuevos productos y procesos, efectuados en laboratorios de investigación y desarrollo que requerían, como condición de eficiencia, la presencia de economías de escala en la producción. La innovación era concebida como una actividad que se desarrollaba en áreas específicas, con responsabilidades claras y objetivos predeterminados ex-ante. Esta estructura de funcionamiento del proceso innovativo era funcional al modelo de demanda que favorecía la estandarización de la producción. El proceso innovativo era desarrollado predominantemente por firmas que tenían un dominio oligopólico del mercado a partir del cual obtenían ganancias extraordinarias con las que financiaban las actividades de I&D. En ese marco, el rol de las Pymes en el proceso innovativo se limitaba a cubrir los nichos de mercado dejados por las grandes empresas. Con la crisis del modelo industrial de postguerra y el estancamiento de la demanda, las nuevas tecnologías de organización flexible de la producción adquieren una creciente relevancia en la competitividad de las firmas. La emergencia de los nuevos paradigmas tecno-organizativos producen transformaciones en la organización de la producción que tienen impactos importantes en las actividades innovativas. En efecto, la creciente importancia que comienzan a asumir los factores no precio de la competitividad (calidad, servicios de venta, adaptación al cliente, capacidad de diseño, etc), la segmentación de los mercados y el acortamiento del ciclo de vida de los productos, replantea el proceso innovativo e involucra nuevos agentes y modalidades operativas. Para el desarrollo de procesos innovativos adquiere una creciente importancia la formación de redes, la cooperación empresarial y el conjunto de interfases que se van formando entre los agentes e instituciones involucrados (universidades, centros de servicio empresarial, centros de investigación, etc.). Las transformaciones producidas en la organización de la producción y en el funcionamiento de la demanda han modificado tanto las modalidades de los procesos de innovación como los contenidos de los mismos. Así, la mayor importancia de las estrategias de diferenciación de producto y de segmentación de la demanda, las mejoras incrementales de productos y procesos, el desarrollo de nuevas modalidades de organización y vinculación con el mercado y las crecientes exigencias de calidad constituyen aspectos claves de la actual organización de la producción. En este contexto, además de la creación de nuevos productos y procesos, las actividades innovativas involucran acciones de naturaleza más amplia e incluyen también las actividades orientadas al desarrollo de la calidad y las mejoras y desarrollos acumulativos de tipo incremental que, en el curso del tiempo, son incorporados a los productos, a los procesos productivos, a las modalidades de organización y de comercialización. A su vez, los conocimientos firm-specific y los procesos informales de aprendizaje e interacción (learning by doing, by using, by interacting, by producing) al interior de la firma comienzan a ser consideradas fuentes relevantes en el desarrollo de las actividades innovativas. En este contexto, se revalorizan en los mercados los resultados de las actividades innovativas realizadas por las Pymes. En este sentido, se pone en discusión el rol único y central de las empresas grandes en la producción de innovaciones y se jerarquizan los aportes de las empresas de menor tamaño en los procesos de innovación. En el caso argentino, las nuevas condiciones macroeconómicas y regulatorias que enfrentan las firmas desde principios de los noventa (apertura externa, reformas estructurales, consolidación del proceso de integración Mercosur, ajuste fiscal, apreciación de la moneda nacional, globalización y generalización de los procesos de desregulación) cuestionan los ejes básicos del sendero madurativo que las empresas, en especial Pymes, habían venido transitando previamente. Las condiciones económicas que fueron claves en la etapa fundacional de la mayor parte de las Pymes han dejado de estar presentes en los últimos años. Si bien la mayor parte de las respuestas de las Pymes frente a este nuevo escenario han sido defensivas, diversos trabajos han evidenciado nuevas lineas estratégicas más activas, aunque aún se encuentran en una etapa embrionaria. En esta dirección, se puede observar que las Pymes aumentaron el grado de inserción externa (Gatto 1995, Moori-Koenig y Yoguel 1995), las cooperaciones con otras empresas (Yoguel 1995) y el desarrollo de actividades innovativas en la búsqueda de competitividad (Boscherini y Yoguel 1995). En ese marco, dado que la experiencia internacional muestra que hay una asociación estrecha entre la capacidad exportadora de las firmas y el desarrollo de actividades innovativas por parte de las mismas, se consideró relevante investigar el grado de avance de las actividades innovativas realizadas por las Pymes exportadoras argentinas para evaluar su impacto sobre la competitividad de las mismas. Por ese conjunto de razones, el objetivo de este trabajo es analizar la capacidad innovativa de las Pymes, entendida como la potencialidad de idear, planear y realizar innovaciones a partir del uso de los conocimientos tecnológicos y organizativos formales e informales presentes en la firma y/o contratados externamente en el mercado. El desarrollo de esta capacidad constituye un instrumento competitivo clave a partir del cual las firmas pueden desarrollar y mejorar productos y procesos, realizar cambios organizacionales y nuevas formas de vinculación con el mercado e implementar sistemas de calidad. Se parte de la idea de que el desarrollo de actividades innovativas en las firmas depende de: i) las "competencias estáticas" instaladas en las empresas, ii) de su acumulación dinámica a través de procesos permanentes de aprendizaje y iii) de la cultura organizacional de cada empresa. El trabajo está estructurado en cinco secciones. En la primera, se presenta un modelo análitico para analizar los procesos innovativos en las empresas y examinar las características específicas que asume en las Pymes. En esta sección, se plantean las hipótesis para el estudio empírico de la capacidad innovativa de las Pymes. En la segunda sección, se discuten algunos de los problemas de medición de las actividades innovativas en las Pymes y se presenta un indicador de su capacidad innovativa. Este indicador intenta incorporar los rasgos específicos bajo los cuales se manifiestan estas actividades innovativas en las Pymes, los que no son habitualmente contemplados por los indicadores tradicionales (gastos en I&D, patentes) usados hasta el presente. En la tercera sección, se ilustran los resultados del trabajo de campo efectuado con 64 Pymes exportadoras argentinas y se verifican empíricamente las hipótesis planteadas (1). Las empresas estudiadas fueron seleccionadas a partir de una base de datos de exportadores Pymes de la CEPAL de Buenos Aires, que da cuenta de alrededor de un cuarto de las exportaciones Pymes argentinas (2). Finalmente, en las últimas dos secciones se presenta el Apéndice estadístico y metodólogico.""