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La Inversión Extranjera Directa (IED) está en el centro del plan de recuperación pospandemia, particularmente para promover la creación de empleos formales y reactivar la actividad económica, señaló hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante un seminario de alto nivel organizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México.
El encuentro, titulado Measuring quality in Foreign Direct Investment: challenges and opportunities (Medir la calidad en la Inversión Extranjera Directa: desafíos y oportunidades) convocó a destacados especialistas de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y la CEPAL, además de la Viceministra de Comercio Exterior del Ministerio de Economía de México, Luz María de la Mora; la Presidenta de la Junta de Directores del INEGI, Graciela Márquez; y altos representantes del Ministerio de Economía y del Banco de México (banco central).
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL fue la encargada de cerrar la reunión con un resumen de los temas tratados, entre los que destacó la importancia de la IED para promover cambios en la estructura productiva de las economías. “Los análisis realizados desde 1995 muestran que la IED en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe no ha impulsado cambios sustanciales en la estructura productiva de la región, porque esta no se ha interrelacionado con aquellas vinculadas a la producción en desarrollo”, remarcó.
“No hay evidencia que sugiera que la IED ha contribuido a cambiar el rumbo del modelo de desarrollo en la región, porque muchos flujos de entrada van a sectores donde las empresas transnacionales han tenido un papel destacado durante décadas”, agregó.
Alicia Bárcena explicó que en 2020, las entradas de IED en la región cayeron 34,7%, mientras que en el primer semestre de 2021 -considerando siete de los principales países receptores-, las entradas de IED se recuperaron de la caída del año pasado, pero esta recuperación no es suficiente para superar los impactos de la contracción.
“La CEPAL está especialmente interesada en analizar la calidad de la IED para entender su potencial de promover un cambio estructural progresivo a través de un gran impulso ambiental hacia la sostenibilidad. También creemos que los indicadores de calidad de la IED deben prestar atención a la dimensión sostenible”, declaró.
En ese sentido, destacó el proyecto conjunto que la CEPAL está realizando desde mediados de julio pasado con la Unidad de Inteligencia de la Economía Global del Ministerio de Economía de México para llevar a cabo análisis y medidas amplias de la calidad de la IED y su impacto en la economía.
Bárcena remarcó que un objetivo secundario de este proyecto es el diseño de un prototipo de referencia para las mediciones de la calidad de la IED en otros países de América Latina. “Esta colaboración nos permite entablar una amplia discusión entre los expertos en IED para enriquecer el concepto de calidad de la IED en México. El proyecto también se beneficiará de información altamente relevante de diversas fuentes administrativas que permiten calificar la calidad de los ingresos de IED”, puntualizó.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL comentó además que la CEPAL ha realizado diversos estudios sobre los impactos de las inversiones provenientes de países específicos. Por ejemplo, ha identificado que las inversiones de la Unión Europea han apoyado el crecimiento de industrias estratégicas, como el sector de las energías renovables en América Latina. También se ha constatado que las inversiones provenientes desde China han estado concentradas en las industrias extractivas y en la energía.
“Los resultados obtenidos por más de una década subrayan la necesidad de repensar el rol de la IED en la promoción de un crecimiento con mayor igualdad social y sostenibilidad ambiental. La pandemia resaltó esta necesidad, dado que los flujos de IED son escasos, y es más importante que nunca que estos apoyen actividades que permitan un desarrollo sostenible de largo plazo”, declaró.
“Necesitamos más iniciativas como la de INEGI en los países de América Latina y el Caribe. Con mejores datos podemos generar un mejor análisis y, por lo tanto, mejores recomendaciones de políticas para los países, de manera que puedan atraer IED que promueva sus objetivos de desarrollo y controlar al mismo tiempo aquellas inversiones que puedan ser dañinas para ellos”, remarcó Bárcena.