Comunicado de imprensa
Los océanos cubren casi tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. Albergan al animal más grande del que se haya tenido noticia en el planeta, la ballena azul, así como a miles y miles de millones de los microorganismos más diminutos que existen. De las costas de arena a las profundidades insondables del mar, los océanos y litorales sustentan un rico entramado de vida del que dependen las comunidades humanas. Los productos pesqueros representan más del 15% del consumo de proteínas de origen animal en el mundo. Los ecosistemas de los océanos y las zonas costeras ofrecen servicios inestimables, desde atraer el turismo hasta proteger de las tormentas. Los minúsculos organismos vegetales fotosintetizadores conocidos como fitoplancton aportan el 50% del oxígeno de la Tierra.
Sin embargo, a pesar de su importancia, los humanos no hemos cuidado bien de la biodiversidad marina, a la que se dedica el Día Internacional de la Diversidad Biológica de este año. La sobreexplotación comercial de los bancos de peces del mundo alcanza niveles preocupantes. Muchas especies han quedado reducidas a una mínima parte de su población original. Se han agotado más de la mitad de los bancos de peces del mundo y otro tercio se ha visto diezmado. Se estima que entre el 30% y el 35% de los principales ecosistemas marinos, como las praderas marinas, los manglares y los arrecifes de coral, han sido destruidos. Los restos de plásticos continúan matando la flora y la fauna marinas y la contaminación procedente de tierra firme está creando zonas de aguas costeras que prácticamente carecen de oxígeno. Añadido a todo esto, el incremento del uso de combustibles fósiles repercute en el clima mundial y aumenta la temperatura de la superficie del mar, el nivel de las aguas y la acidez de los océanos, con consecuencias que apenas estamos comenzando a apreciar.
Pero hay esperanza. Un estudio científico realizado en 2011 demostró que, a pesar de todo el daño ocasionado a la vida salvaje y los hábitats marinos en los siglos pasados, entre un 10% y un 50% de las poblaciones y los ecosistemas consiguieron recuperarse en cierta medida al disminuir o desaparecer las amenazas humanas. Sin embargo, si los comparamos con los de tierra firme, donde casi un 15% de la superficie tiene algún tipo de protección, poco más de un 1% de los ecosistemas marinos están protegidos.
Últimamente se están realizando algunos avances, particularmente con el establecimiento de amplias reservas marinas y la documentación de zonas de valor ecológico o biológico en alta mar y las profundidades marinas. En este Día Internacional de la Diversidad Biológica, con la mirada puesta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) del mes de junio, debemos reafirmar nuestro compromiso de seguir hacia delante.
Río+20 debe impulsarnos a mejorar la ordenación y conservación de los océanos mediante iniciativas desde las Naciones Unidas, los gobiernos y otros asociados para poner freno a la pesca excesiva, ampliar las zonas marinas protegidas y reducir la contaminación de los océanos y los efectos del cambio climático. Si tomamos medidas a nivel nacional, regional y mundial, como la de aumentar la cooperación internacional, podemos cumplir la Meta de Aichi para la Diversidad Biológica de conservar el 10% de las zonas marinas y costeras para 2020, un paso crucial en la protección de la biodiversidad marina para el futuro que deseamos.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas