Preliminary Overview of the Economies of Latin America and the Caribbean 2013
Desde sus orígenes, los Sistemas de Pagos Transnacionales (SPT) dentro y fuera de la región se establecieron principalmente para promover un mayor comercio intrarregional; pero al mismo tiempo, también se han propuesto promover una mayor integración financiera mediante una cooperación más estrecha entre los bancos centrales. Dicha cooperación se ha fundado en la necesidad de coadyuvar a generar mayores ahorros de divisas, especialmente en tiempos de escasez, y a mejorar el acceso a los mercados financieros internacionales.
A los fines de estimular el comercio intrarregional, los SPT vigentes en América Latina y el Caribe han canalizado sus esfuerzos, por un lado, promoviendo el ahorro de divisas en las operaciones comerciales entre los países miembros de los convenios de pagos; y por otro, procurando reducir los costos de las transacciones involucradas en tal comercio.
Para cumplir con dichos objetivos, los SPT vigentes en la región utilizan una diversidad de instrumentos que contemplan en sus esquemas de funcionamiento, entre otros, sistemas de compensación multilaterales, uso de monedas locales y uso de unidades de cuenta común.
En esta publicación se examina la forma en que la financiación de la deuda externa ha evolucionado en las últimas tres décadas. Se remonta 30 años y se analiza la trayectoria de la región de América Latina y el Caribe desde la singular perspectiva del acceso a los mercados financieros internacionales. Como el título indica, esta trayectoria ha sido una montaña rusa, con muchos altibajos, y momentos de angustia y pánico.
Los acontecimientos de las últimas tres décadas, tal como se describen en este libro, indican que un acceso más amplio y más barato a los mercados internacionales de capital puede ser fundamental en el largo proceso de lograr el crecimiento sostenible con igualdad, mediante la ampliación de las opciones de financiamiento de la inversión y las iniciativas sociales. A pesar de la experiencia adquirida y los progresos realizados durante este período, aún quedan muchos desafíos. El acceso al financiamiento externo de la deuda no es universal y, a pesar del aumento de la resiliencia, la vulnerabilidad a las conmociones financieras externas sigue siendo una amenaza. Además, los avances económicos y financieros de los últimos 30 años, y en particular de la última década, no han producido cambios en la estructura productiva de la región. Los cambios estructurales deben estar en el centro de un proceso de crecimiento a largo plazo para que la igualdad sea una realidad.
(18 October, 2013) After a decade of relatively strong growth, Latin America is facing headwinds associated with declining trade, a moderation in commodity prices and increasing uncertainty over external financial conditions.
The document Latin American Economic Outlook 2014: Logistics and competitiveness for development, jointly produced by the OECD Development Centre, the Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC) and CAF - Development Bank of Latin America, was released during the XXIII Ibero-American summit in Panama City. Weak economic performance in the euro area, the slowdown in some emerging economies and uncertainty over U.S. monetary and fiscal policy are also weighing on Latin America's weaker outlook.
"Latin America can still achieve sustainable and inclusive growth, but the window is narrowing," said OECD Secretary General, Ángel Gurría.
"To meet the new challenges and opportunities posed by an increasingly interconnected global economy, countries across the region need to boost
competitiveness, through economic diversification, improved logistics performance and a move up the value chain towards higher value-added
activities," said.
Alicia Bárcena, ECLAC Executive Secretary, said that "it is necessary to adopt reforms to enhance productivity and reinforce the capacity of governments to respond to the demands of an ‘emerging middle class,' while redoubling their efforts to reduce the levels of poverty and inequality."
The Latin American Economic Outlook says technological innovation and economic diversification will be key to boosting productivity and potential growth, which remain low when compared to other regions. Latin America's contribution to global GDP growth has remained virtually unchanged (i.e., between 7% and 9%) since the early-1990s, while that of emerging Asia has more than doubled in the same period.
Many Latin America economies remain heavily focused on natural resources - commodities make up 60% of the region's goods exports, up from 40% at the beginning to the last decade.
The report presented today encourages countries to use their natural wealth as a foundation for transitioning to production processes that use
technology and knowledge. It also advocates that Latin American economies diversify exports, particularly toward the services sector, which
offers greater opportunities over the medium and long-term future. Deepening the regional market would offer additional room for the services sector to grow and diversification to flourish.
"Further investment in transport infrastructure, and better logistics performance in general, is needed", said Enrique García, President and Chief
Executive Officer of CAF.
"Latin America's production structure is more sensitive to logistics than that of the OECD countries. The share of time-sensitive exports in Latin America is three times that of the OECD countries, which underlines the importance of improving logistics to strengthen overall economic performance", added.
Transport infrastructure remains deficient, with an urgent need for investment in roads, railways, ports and airports. Investing 5.2% of regional
GDP per year in infrastructure projects would help Latin America close the infrastructure gap with other emerging regions and could increase GDP growth by an estimated 2 percentage points per year.
Much can also be done in the short term to improve the transport of goods and services using existing infrastructure, through integrated logistics policies, modern storage facilities, efficient customs and certification procedures, and promoting competition in transport.
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(18 de octubre, 2013) Después de una década de un crecimiento relativamente fuerte, América Latina experimenta actualmente vientos en contra, como una menor demanda externa, la moderación de los precios de las materias primas y la incertidumbre creciente acerca de las condiciones financieras externas.
Así lo explica el documento Perspectivas Económicas de América Latina 2014: Logísticas y Competitividad para el Desarrollo, publicado de manera conjunta por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que fue presentado hoy durante la XXIII Cumbre Iberoamericana, en Ciudad de Panamá.
Según el informe, factores como un débil desempeño económico en la zona euro, la desaceleración de algunas economías emergentes, y la incertidumbre sobre la política monetaria y de presupuesto de Estados Unidos influyen en que las perspectivas de América Latina sean más débiles.
"América Latina todavía puede alcanzar un crecimiento sostenible e incluyente, pero la ventana de oportunidades se está cerrando", aseguró el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría.
"Para poder afrontar los nuevos retos y oportunidades que se derivan de una economía global cada vez más interconectada, los países de la región deben aumentar la competitividad mediante la diversificación de la economía, un major desempeño logístico y posicionarse dentro de las cadenas de valor hacia actividades de mayor valor agregado", dijo.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, manifestó que "es necesario adoptar reformas destinadas a mejorar la productividad y a reforzar la capacidad de los gobiernos para dar respuesta a las exigencias de una ‘emergente clase media', mientras multiplican sus esfuerzos para reducir los niveles de pobreza y la desigualdad".
El documento afirma que la innovación tecnológica y la diversificación económica serán esenciales para estimular la productividad y el crecimiento potencial, que continúa siendo bajo en comparación con otras regiones. La contribución de América Latina al crecimiento del PIB global no ha sufrido variaciones (entre 7% y 9%) desde principios de 1990, mientras que la de los países emergentes de Asia se ha multiplicado por dos durante el mismo periodo.
Muchas economías de América Latina se mantienen muy focalizadas en los recursos naturales. Las materias primas representan 60% de las exportaciones de bienes de la región, mientras que a principios de la década pasada representaban 40%.
El estudio sugiere a los países que usen sus riquezas naturales como una plataforma para efectuar la transición hacia procesos de producción basados en la tecnología y el conocimiento.
Así mismo, aboga por que las economías de América Latina diversifiquen las exportaciones, en especial del sector servicios, que ofrece más oportunidades a mediano y largo plazo. La profundización del mercado regional se traduciría en mayores oportunidades de crecimiento para el sector servicios y en una mayor diversificación para fortalecer las economías.
Las infraestructuras en transporte siguen siendo deficientes y la inversión en carreteras, vías férreas, puertos y aeropuertos es debe ser una prioridad. Destinar el 5.2% del PIB anual a proyectos de infraestructura contribuiría a que América Latina redujera el margen que existe con otras regiones emergentes y podría aumentar el crecimiento del PIB en aproximadamente 2 puntos porcentuales anuales.
En el corto plazo se puede trabajar para mejorar el transporte de bienes y servicios mediante el uso de infraestructuras ya existentes, de políticas de logística integrada, de instalaciones de almacenamiento modernas, de regímenes aduaneros eficaces, y de la promoción de la competencia en el sector del transporte.
Enrique García, Presidente y Consejero Delegado de CAF, dijo que "es necesario que se lleve a cabo una inversión adicional en las infraestructuras de transporte y mejorar el desempeño de la logística en general".
"La estructura productiva de América Latina es más sensible a la logística que la de los países de la OCDE. La parte de exportaciones sensibles al tiempo en América Latina es tres veces la de los países de la OCDE, lo cual pone de relieve la importancia de mejorar la logística para fortalecer el desempeño económico en su conjunto", añadió.
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En el presente trabajo se revisa la evolución de la volatilidad nominal y real en América Latina y el Caribe entre 1980 y 2011, encontrándose que si bien la volatilidad nominal se ha reducido significativamente durante el período, la región continúa experimentando volatilidad real. Debido a la percepción de los hacedores de política de la región acerca de las ventajas de reducir la volatilidad real, no sólo por sus efectos directos sobre el bienestar, sino también sobre el crecimiento económico. Adicionalmente, mostraremos intentos recientes de las autoridades monetarias en América Latina y el Caribe por actuar en forma contracíclica frente al shock externo recibido durante la reciente crisis financiera internacional. Por último, recogemos el estado actual del debate acerca de las herramientas macroprudenciales que pueden complementar otras acciones de política pro-estabilidad real en la región.
This report examines how the access of Latin American and Caribbean countries to external debt financing has evolved in the three decades since the debt crisis of 1982. In these thirty years, as the global financial environment evolved and structural shifts took place in the region, the market for Latin American and Caribbean tradable debt opened, deepened and broadened, developing from an unsecuritized loan market in the 1980s to a robust and improved securitized bond market by the end of the period. The study highlights how bond financing today is very different from what it was in the 1980s and 1990s and how access to external bond financing has become more widespread and less costly. Through the analysis of the forces behind the evolution of spreads, issuance and credit ratings, the report shows that by the end of 2012, debt spreads had declined considerably from the high levels prevalent in the late 1990s and early 2000s; the composition of debt issuance had shifted from sovereigns to the corporate sector and to local markets; debt was issued on a broader range of currencies; credit quality had improved substantially; and Latin American and Caribbean external debt attracted a larger and more diversified investor base. From 1982 to 2012, several countries in the region moved from facing a shortage of funds to learning how best to manage available financing options. Access to external debt financing is not universal, however, and despite increased resilience, vulnerability to external financial shocks can still be a threat.
The current survey provides an overview of the economic performance for 2011 and the outlook for 2012 of the Bahamas, Barbados, Belize, Guyana, Jamaica, Suriname and Trinidad and Tobago, and of the eight member countries of the Eastern Caribbean Currency Union (ECCU), namely Antigua and Barbuda, Dominica, Grenada, Saint Kitts and Nevis, Saint Lucia, St Vincent and the Grenadines, Anguilla and Montserrat. The introduction summarizes the economic performance of the Caribbean in 2011 and the growth outcomes for 2012. Section A examines the current global economic difficulties and the challenges posed for the Caribbean economies. Section B examines growth performance of the subregion. Section C examines fiscal policy and the public debt, while section D examines monetary policy including issues of inflation and domestic credit. Section E examines the balance of payments and the external sector while section F examines the economic performance for 2012 and provides some recommendations in light of current economic challenges. The next section presents country briefs for the Bahamas, Barbados, Belize, Guyana, Jamaica, Suriname and Trinidad and Tobago, together with a group assessment of the eight member countries of the Eastern Caribbean Currency Union (ECCU). Annex 1 describes the policies implemented to cope with ongoing global challenges while Annex 2 provides a statistical appendix.
"Antes de pensar, observe", recomendaba don Raúl Prebisch en una de sus frases más emblemáticas. Esta idea, que representa un desafío para quienes interpretan la América Latina de su tiempo, mantiene gran vigencia hoy a la hora de enfrentar los problemas actuales de nuestra región.
Hasta la crisis de los años 30, el paradigma del pensamiento liberal había dominado los corazones y las mentes de los formuladores y gestores de las políticas económicas de América Latina. El protagonismo del Estado hasta la década del 70, con raíces en el pensamiento keynesiano y de Prebisch, había guiado el desarrollo en América Latina mediante el impulso de la diversificación productiva, la industrialización y, en algunos casos, la construcción de un mercado de trabajo organizado y de empleo con derechos. No obstante, la preocupación de Prebisch y la CEPAL por la distribución del ingreso, la reforma del sistema fiscal, la educación y la concentración de la tierra a menudo no encontró eco en las políticas efectivamente adoptadas en la región. Estos temas quedaron como asignaturas pendientes.
La crisis de la deuda de los años 80 rompe este modelo de crecimiento, generando un estancamiento del desarrollo y la regresión de los progresos alcanzados en el mercado laboral y en la lucha contra la pobreza. El PIB per cápita solo vuelve a los niveles de 1980 quince años más tarde y los índices de pobreza, 25 años más tarde.
Las políticas de ajuste estructural de los años 80 y 90, basadas en la reactivación política del pensamiento liberal, traen un nuevo orden a América Latina, ahora con el dólar como ancla monetaria, más la apertura comercial y financiera y la reducción del papel del Estado en la economía. Esta internacionalización supuso un desarme de los instrumentos de protección de las economías de la región frente a las crisis internacionales. Si la moneda está anclada al dólar y los flujos de capitales son libres, la política monetaria no tiene ningún grado de libertad. Y si la regla del juego es un ajuste fiscal, no hay ningún amortiguador de la transmisión de los choques externos a la economía interna. Esta trampa neoliberal es la que determina el crecimiento mediocre y la regresión social que avanza de los años 80 a los 90.
Se trata de un tema muy cercano a Prebisch, quien identificaba como uno de los principales problemas de las economías latinoamericanas su vulnerabilidad externa intrínseca. Desde su mirada, la propensión a importar debido a los aumentos del ingreso interno es mayor que la propensión a exportar debido a los aumentos del ingreso internacional. Así, la semilla del desequilibrio en la balanza de pagos siempre está presente, lo que solo podría cambiar con la industrialización. La propensión a importar se comporta así porque se copia los patrones de consumo de los países industrializados y no se produce tecnología de procesos internamente. Por ello, cuando crece el ingreso interno, aumentan las importaciones de bienes de consumo y bienes de capital.
Prebisch fue pionero en darse cuenta de la importancia de las asimetrías tecnológicas entre países, y cómo afectaban sus estructuras de producción. A través de ellas también resultaban afectados la balanza comercial y el crecimiento. Esa relación entre estructura productiva, tecnología y crecimiento, que hoy se discute ampliamente en la literatura, fue una preocupación central de su obra.
Hoy, cuando los precios de los productos básicos están muy por encima del promedio histórico, son muchos los que, sobre la base de los paradigmas de pensamiento de las universidades anglosajonas, defienden el concepto de ventajas comparativas estáticas, de que es mejor para la región explotar sus ventajas en la producción de productos básicos y materias primas que crear una estructura de producción más diversificada y con capacidad tecnológica para participar en mercados más dinámicos, que absorben innovaciones de productos y procesos.
Desde la perspectiva cepalina esto es un error, ya que el gran motor de la competencia internacional es la generación de asimetrías a través de las innovaciones de productos, procesos, insumos y sus fuentes y nuevos mercados.
Nuestro desafío está en construir una nueva gobernanza de los recursos naturales que pueda financiar un cambio estructural productivo, ampliar la diversificación económica y la capacidad de innovación. Esto ya estaba en la mira de Prebisch, que nunca dejó de considerar la importancia del sector primario en la capacidad de generación de excedentes para construir economías con menor heterogeneidad estructural y tratar el problema de la desigualdad en sus raíces fundamentales.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva y
Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Columna publicada en:
* Los enlaces pueden haber cambiado desde su fecha de publicación y no son responsabilidad de la CEPAL.
La reciente crisis financiera ha puestode nuevo en el centro del debate mundial la necesidad de contar con una arquitectura financiera internacional adecuada para el mundo de hoy. Este debate abarca tanto al sistema monetario internacional como la regulación financiera y la banca multilateral de desarrollo. En este ensayo se analiza brevemente el papel de las instituciones regionales en la arquitectura financiera internacional, se revisan los cambios que han acontecido a nivel mundial y se reseña la evolución de la arquitectura financiera regional con la que cuenta América Latina y el Caribe y se analiza la posibilidad de utilizarla y fortalecerla para enfrentar la crisis en curso.
In this paper we explore trade finance as a transmission channel of adverse shocks to Central America. We analyze data on trade and trade finance flows, and show that they largely follow the same pattern in the region. A contraction of trade finance supply to Central America will affect trade exports negatively, and consequently impact economic growth and jobs. While until now the region has weathered the financial and European debt crises relatively well, shocks may come from a further contraction of lending in developed countries. The lending contraction can arise from losses from the recent financial crisis that have not yet been fully recognized on the balance sheets of financial institutions, from regulatory changes in raising capital requirements, and from further adverse shocks, such as the lack of a solution to the euro area sovereign debt crisis, or from all of the above. Finally, we put forward policy recommendations to mitigate the risk of transmission of shocks through trade finance to Central America.
En la sede del Banco Central de Venezuela se llevó a cabo el seminario: "Sistemas de pago: una perspectiva regional", con el objetivo de analizar y debatir los aspectos operativos y regulatorios de los diferentes sistemas de pago que se utilizan en América Latina y el Caribe.
El mismo convocó a representantes de la División de Financiamiento para el desarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), y el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), así como representantes del Banco Central de Argentina (BCRA).
Nelson Merentes, presidente del BCV, recalcó que "en América Latina hay sólo dos monedas convertibles globales: el dólar americano y el dólar canadiense, pese a la cantidad de países y habitantes con que cuenta el continente; mientras que en Europa se cuenta con el euro, la libra y el franco suizo; en Asia uno a nivel global, lo que da muestras del poco avance en materia de monedas convertibles a pesar del auge de economías como China, Rusia y otras naciones. Esto representa una tremenda oportunidad para implementar soluciones y mecanismos alternativos". "A tres años de la creación del SUCRE entre Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela y Nicaragua, este mecanismo ha seguido creciendo en capacidad y se trata de buscar nuevas formas de intercambio entre nuestras poblaciones y Estados, señaló Merentes.
Eudomar Tovar, primer vicepresidente gerente del BCV y presidente del Consejo Monetario Regional del SUCRE, explicó los objetivos, aspectos regulatorios y técnicos, así como las ventajas y desafíos de este sistema de compensación de pagos. Tovar señaló que "En los sistemas de pago de monedas locales, el SUCRE juega un papel importante porque nos permite ahorrar divisas y elimina costos transaccionales. Asimismo, permite incorporar a las pequeñas y medianas industrias y empresas asociativas, que pueden participar con costos disminuidos. Además, las operaciones son en tiempo real". "El SUCRE pasó de transacciones por 10 millones de sucres en 2010 a 1.251 millones de sucres al cierre de 2012 y en lo que va de 2013 ya se han materializado 603 operaciones por empresas que en 92% son privadas, 6,5 mixtas y sólo 1,3% públicas", expresó Tovar.
Ana Mercedes Castellanos, internacionalista, planificadora, docente y representante del SELA, expuso sobre los desarrollos recientes en materia monetaria y financiera regional, e insistió en que hay que aprovechar las experiencias exitosas en la región y fomentar el intercambio entre naciones. Recordó que en tiempos de crisis es cuando se impulsa la creatividad.
Miguel Rognoni, economista y representante de la ALADI, explicó en detalle el funcionamiento de este organismo que sustituyó a la Alalc en 1980 y se refirió a los convenios de pagos entre los 12 bancos centrales miembros.
Anabel Fazio, economista y representante del Banco Central de Argentina, presentó ejemplos prácticos de la evolución del sistema de pago en moneda local entre Brasil y Argentina (SML), que surgió hace cuatro años para fortalecer la integración entre las monedas el peso y el real como sistema de pago bilateral con concepción amplia, atractivo para las Pymes que cada día se incorporan a los intercambios entre ambas naciones.
Raúl Morales, del CEMLA, explicó con detalle cómo identificar los riesgos a los que se enfrenta un agente económico al participar de un sistema de pago y definió los pasos que se precisan para enfrentarlos de forma eficiente.
Esteban Pérez Caldentey, economista y Oficial de Asuntos Económicos de la División de Financiamiento para el Desarrollo de la CEPAL, disertó sobre la importancia y el impacto de los sistemas de pago en América Latina. Dejó como conclusión que son un mecanismo de cooperación financiera para dinamizar el comercio intrarregional; siendo América Latina una de las pocas regiones que ha logrado institucionalizar sistemas de pago de forma exitosa.
Fuente: SELA
Presentaciones
Esteban Pérez Caldentey
Oficial de Asuntos Económicos, División de Financiamiento para el Desarrollo de CEPAL
Importancia e impacto de los sistemas de pago en América Latina
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Sistema de pagos transnacionales vigentes en América Latina: ALADI, SML y SUCRE |
Esteban Pérez Caldentey, Daniel Titelman y Georgina Cipoletta Tomassian |
El debate fiscal en Estados Unidos se ha convertido en un tema recurrente que mantiene en vilo al mundo en general y a las economías de América Latina y el Caribe en particular. El acuerdo alcanzado hace unos días permite un breve respiro al evitar, por el momento, que la economía estadounidense caiga barranca abajo, metafóricamente hablando, arrastrada por el peso de su desequilibrio fiscal. La mala noticia es que esta solución no aleja de modo definitivo los problemas a resolver. La próxima ronda de negociaciones sobre los límites al endeudamiento (debt ceiling) y los recortes fiscales se augura complicada por la creciente brecha que separa a demócratas y republicanos.
Nuestra región ha seguido con atención las discusiones sobre el llamado "abismo fiscal", en virtud de las graves implicaciones que genera la incierta gobernabilidad fiscal en el país del norte. Se trata de no posponer más un pacto político que defina el nivel del endeudamiento, la estrategia de financiación vía emisión de dólares o activos en esta moneda, los ingresos y el gasto público.
La incertidumbre impone riesgos relevantes a nuestras economías. En primer lugar, introduce una mayor volatilidad en los mercados que complica el manejo de las políticas monetaria, cambiaria y financiera. Asimismo, esta incertidumbre desestabiliza decisiones de consumo, producción e inversiones afectando negativamente el crecimiento de la economía estadounidense en particular y de la economía mundial en general. Esto se traducirá en una disminución de los flujos comerciales internacionales con efectos negativos sobre las perspectivas de crecimiento de nuestra región.
América Latina y el Caribe, y especialmente México, América Central y el Caribe, están fuertemente vinculados a la economía estadounidense y son particularmente sensibles a la magnitud, el timing y el estilo que adopte la estrategia fiscal en Estados Unidos. Los países de América del Sur tampoco están exentos de los probables efectos negativos que esta situación puede implicar, ya que el menor nivel de actividad estadounidense y la mayor incertidumbre global pueden deprimir los precios de los productos básicos que estos países exportan y dificultar, a la vez, el acceso a los mercados financieros internacionales.
Volviendo a la metáfora, se puede decir que la economía estadounidense se apresta a atravesar en 2013 (y los años subsiguientes) un territorio plagado de abismos que, para resolverse, requerirán de una mayor voluntad y capacidad de arribar a consensos. Antes de mediados de año se pondrá de nuevo sobre la mesa la necesidad de aumentar el techo de endeudamiento del Tesoro que no hace mucho encendiera las alarmas sobre las complejas negociaciones entre los poderes ejecutivo y legislativo de la nación más rica del mundo, y los nocivos efectos que la demora en alcanzar un acuerdo podrían tener sobre distintos aspectos de la economía y las finanzas internacionales. Hoy nadie duda de la urgencia de implementar algún tipo de ajuste que frene el crecimiento insostenible de la deuda pública estadounidense y todo el mundo entiende que este déficit fiscal se ha venido acumulando especialmente desde los primeros años del nuevo siglo, en gran medida por los fuertes recortes de impuestos y al aumento del gasto militar. Además se ha incrementado recientemente por la fuerte recesión y la necesidad de tomar medidas compensatorias.
El impacto de las estrategias a seguir sobre el necesario ajuste y su impacto en el nivel de actividad no es insensible a la magnitud y el timing del ajuste ni tampoco a la estructura del mismo. Es decir, no da lo mismo si este se realiza sobre la base de un aumento de los impuestos al consumo en general o sobre los ingresos de los estratos más ricos de la población. Tampoco da lo mismo si se logra con un recorte de gastos de defensa o disminuyendo los gastos de la seguridad social y atención pública de la salud. A mayor sesgo distributivo regresivo del ajuste mayor será el impacto recesivo en la economía y el bienestar social.
Por ello es fundamental intentar minimizar el sesgo distributivo regresivo del ajuste. Es decir, evitar cortes en gastos sociales y en infraestructura productiva y social y más bien optar por disminuir gastos militares y/o aumentar proporcionalmente los impuestos sobre la renta especialmente de los que reciben mayores ingresos, coincidiendo por cierto con los planteamientos del Presidente Barack Obama.
Del mismo modo, a mayor incertidumbre y dificultad política para lograr consensos en el nivel del gasto y en el origen y disponibilidad de recursos para financiarlos, mayor será el costo del ajuste en términos de demanda interna, nivel de actividad, empleo y productividad.
En cualquier caso, dada la magnitud de la brecha fiscal y la imposibilidad de cerrarla en un plazo breve debido a las posiciones tan antagónicas e irreductibles, el mundo deberá repensar senderos para convivir con un déficit fiscal estructural estadounidense que algunas estimaciones ubican entre el 5% y el 6% del PIB. La financiación de este déficit implicará un continuo aumento de la oferta de activos financieros denominados en dólares, combinado con mayor demanda de estos activos por parte de las economías emergentes, incluyendo los países de nuestra región para evitar la apreciación de sus monedas. Un potente indicador es el nivel sin precedentes de acumulación de reservas internacionales por parte de los gobiernos de la región en años recientes y que ascienden a más de 800.000 millones de dólares. Pero está en riesgo este modelo de blindaje que se basa en el ahorro de nuestras sociedades y que ante la creciente devaluación del dólar pone en jaque los esfuerzos productivos y sociales en nuestra región. Al mismo tiempo este nivel de reservas le otorga a nuestra región mayor peso político frente a los debates fiscales y especialmente la autoridad para reclamar cordura a los actores políticos involucrados.
Por eso es preciso insistir en la necesidad de que los participantes de la discusión política sobre gobernabilidad fiscal en Estados Unidos asuman con responsabilidad el rol histórico que les toca cumplir, no solo en términos domésticos o locales sino respecto a sus implicaciones en la economía internacional. Es una llamada a que acerquen sus posiciones y se predispongan a generar consensos que permitan definir un sendero previsible de mediano plazo que evite costos políticos altos e irreversibles.
Alicia Bárcena
Secretaria Ejecutiva
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Columna publicada en:
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