El cambio digital es considerado —del mismo modo que el cambio climático— un desafío principal en el futuro cercano de la región de América Latina y el Caribe (ALC). Para que estos países puedan transformar el cambio digital en una oportunidad, y al mismo tiempo vincularlo al logro de los ODS, es esencial intervenir en su configuración.
Desde la perspectiva de los países, el cambio digital puede ofrecer una oportunidad para diseñar administraciones y servicios estatales más eficientes y efectivos. También puede contribuir a la modernización de la economía y la sociedad, así como a la diversificación económica en los países o al aumento del comercio y la integración regional y subregional. Por otro lado, la digitalización progresiva de la economía y la sociedad conlleva el riesgo de excluir a grandes sectores de la sociedad, sobre todo a los grupos vulnerables, como las personas de bajos ingresos, poco cualificados, mujeres y personas mayores, o exacerbar las condiciones de vida ya precarias por la eliminación de puestos de trabajo debido a la creciente automatización.
El Programa CEPAL-BMZ/giz apoya al fortalecimiento de las capacidades de los países seleccionados de la región, con el fin de que puedan aprovechar en forma amplia e inclusiva el cambio digital. Se parte de un enfoque convergente que considera por lo menos las siguientes áreas sustanciales para generar un cambio digital inclusivo:
1. Industria 4.0 (infraestructura, tecnologías digitales, tipos de empresas, modelos de negocios, entre otros).
2. Inclusión social e igualdad de género (protección social, educación, formación y más).
3. Industria 4.0 y sus impactos en los mercados laborales («trabajo del futuro»).
Todas estas transformaciones se tienen que crear en el marco de la necesidad futura de aumentar la productividad y competitividad de los sectores productivos.
Esto significa, en concreto, mejorar la inclusión social y laboral, reducir la desigualdad de género, promover el empleo y trabajo decente para hombres y mujeres, y apoyar a la creación de estrategias digitales de mayor productividad y generación de trabajo que incorporen las capacidades de las mujeres.
Para fortalecer estas capacidades, se desarrollan actualmente casos piloto en Argentina, Chile, Costa Rica, México y República Dominicana.