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“Es necesario fortalecer la producción estadística para visibilizar los nudos de la desigualdad de género y construir más políticas públicas transformadoras para avanzar hacia la sociedad del cuidado, un nuevo estilo de desarrollo que priorice la sostenibilidad de la vida”. Estas fueron algunas de las palabras de la Directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, Ana Güezmes, en la inauguración del “XXIII Encuentro Internacional de Estadísticas de Género (EIEG). El cuidado en el centro de desarrollo: oportunidades y desafíos estadísticos”, organizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Instituto Nacional de las Mujeres de México (INMUJERES), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).
El encuentro se realizó entre el 5 y el 7 de octubre en la ciudad de Aguascalientes, México, y contó con la participación de especialistas ojo, relevar a MAM, ONEs y especialistas en estadísticas de toda la región. Fue, también, una oportunidad para anunciar la publicación “Romper el silencio estadístico para alcanzar la igualdad de género en 2030”, el primer documento conjunto de dos conferencias regionales de la CEPAL – la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe y la Conferencia Estadística de las Américas –, que contiene algunas experiencias de países de la región en la transversalización de la perspectiva de género en los sistemas de información. Este documento da a conocer la situación actual de la producción estadística regional con enfoque de género, los factores que han sido clave para avanzar en estos desarrollos e incluye algunas experiencias que pueden considerarse como prácticas promisorias. Es un trabajo conjunto que plantea, entre varios temas, nuevos desafíos acerca de qué medir para avanzar hacia la sociedad del cuidado, identificando los tipos de información necesaria para la implementación de políticas públicas que permitan visibilizar y valorar los aportes del trabajo de cuidado.
En este sentido, recordó Ana Güezmes, América Latina y el Caribe cuenta con una serie de mecanismos regionales para identificar los desafíos y las prioridades regionales y subregionales en relación con la igualdad de género y la autonomía de las mujeres, así como para la promoción del desarrollo estadístico de los países. Por un lado, durante 45 años la Conferencia Regional sobre la Mujer ha resaltado la importancia de contar con información estadística oportuna que permita guiar el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de las políticas públicas para garantizar el cumplimiento de los compromisos planteados en la Agenda Regional de Género. Por otro lado, la Conferencia Estadística de las Américas reconoce que la producción de indicadores de género como indispensable para el diseño adecuado de políticas, planes y programas de desarrollo. “El trabajo conjunto de ambos foros intergubernamentales ha impulsado y facilitado la construcción de espacios clave para el desarrollo de sistemas de información con perspectiva de género”.
Durante sus intervenciones a lo largo de todo el Encuentro Internacional, Ana Güezmes señaló que la región cuenta con evidencia de cómo incorporar la perspectiva de género en la producción y análisis de la información estadística, y esas estadísticas están siendo base de políticas públicas y presupuestos orientadas al logro de la igualdad de género en los hechos: la igualdad de resultados. Por ejemplo, actualmente al menos 23 países de la región que han realizado al menos una medición sobre uso del tiempo, 10 han valorizado económicamente el trabajo no remunerado de los hogares y 5 han calculado la cuenta satélite de trabajo no remunerado de los hogares. Esa información producida está contribuyendo al desarrollo de políticas que respondan a las demandas de cuidados de los hogares y de políticas que “incorporan la medición multidimensional de la pobreza –incluida la pobreza de tiempo”. La Directora también hizo hincapié en los avances de la región en cuanto a la “mejora de nuestros registros sobre violencia contra las mujeres y en la transversalización de la perspectiva de género en la producción estadística”. En esa línea, agregó Güezmes, es necesario seguir fortaleciendo la producción estadística para visibilizar los nudos de la desigualdad de género y construir más políticas públicas transformadoras para avanzar hacia la sociedad del cuidado, un nuevo estilo de desarrollo que priorice la sostenibilidad de la vida.
La Directora de la División de Asuntos de género celebró los logros alcanzados en la región en materia de estadísticas de género que permiten, entre otras, medir el tiempo que dedican las mujeres al trabajo de cuidados. Estos tiempos de crisis estructurales que han desencadenado en la región la crisis social y económica más grande, agregó, profundizaron los nudos estructurales lo que ha llevado a que haya evolucionado la manera de pensar y producir estadísticas. “La crisis nos ha permitido mirar cómo las mujeres han estado en la primera línea de respuesta a la pandemia y nos ha mostrado que lo que realmente importa es la vida, los tiempos, los cuidados”, dijo. En ese sentido, agregó que la pandemia también abrió la posibilidad de ampliar los campos de trabajo y reflexión, como ha sido medir el impacto que el aislamiento y luego el distanciamiento han tenido sobre la sociedad en general, y en particular sobre las mujeres y las niñas.
Ana Güezmes también recordó que en noviembre se realizará en Argentina la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, cuyo tema principal será “La sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”. Al respecto, dijo, la Conferencia “es una oportunidad para redefinir lo que es posible y avanzar en nuevos pactos políticos, sociales para avanzar hacia la sociedad del cuidado. Avanzar hacia una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad requiere reflexionar acerca de cuáles son los sistemas de información que necesitamos para alcanzar la sociedad del cuidado”.
En ese sentido, puntualizó que las estadísticas deben ser la base de políticas públicas y presupuestos orientadas al logro de la igualdad de género en los hechos: la igualdad de resultados e hizo un llamado a que las oficinas de estadística y los mecanismos para el adelanto de las mujeres “logren establecer un diálogo continuo y sumen esfuerzos para revolucionar la forma en que se produce y analiza la información, teniendo presente la creciente demanda de estadísticas de género”.
A lo largo de sus intervenciones Ana Güezmes también hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia una recuperación transformadora que permita superar la desigualdad de género, para lo cual “se necesitan pactos fiscales, sociales, culturales y ambientales que permitan avanzar hacia una sociedad del cuidado, un cambio de paradigma que ponga la vida en el centro y nos conduzca hacia sociedades más justas, sostenibles e igualitarias, con Estados presentes y orientados al fortalecimiento de la protección social. La sociedad del cuidado es el horizonte, pero también el camino para una distribución equitativa del poder, los recursos, el tiempo y el trabajo entre mujeres y hombres”.
La sociedad del cuidado, explicó, es una propuesta que debe ser entendida como una respuesta global, regional, nacional y local, con un horizonte colectivo, multiescalar e interseccional que inste a políticas públicas trasformadoras y al cambio cultural para garantizar el cuidado. En esta línea, se hace fundamental un esquema de gobernanza política y gestión intersectorial que contribuya con la creación de sistemas de información diseñados con perspectiva de género y que ponga a los cuidados y el tiempo como componentes centrales del bienestar. “Construir un sistema de información para la sociedad del cuidado requiere diálogos e intercambios, implica reconocer que los datos son producto del contexto en el que fueron producidos, así como las decisiones tomadas a lo largo de su recopilación, procesamiento, análisis y presentación”.
Finalmente, Ana Güezmes compartió también a algunos avances en el marco de la Alianza Global de los Cuidados, en el marco de la cual “acordamos promover la generación de datos y evidencias y crear una red de participación activa en el intercambio de experiencias y mejores prácticas en materia de cuidados. Como parte de este compromiso, en alianza con el ONU Mujeres, INMUJERES y el INEGI y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE) y en Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE) “queremos impulsar una plataforma regional para debatir y compartir nuestras experiencias en estadísticas para la sociedad del cuidado con especial atención en las necesidades de información a nivel subnacional y georreferenciadas”.
Reunión sobre uso del tiempo y trabajo no remunerado
Previo al Encuentro Internacional se realizó la “20a Reunión Internacional de Especialistas sobre Uso de Tiempo y el Trabajo no Remunerado”, que contó con la participación de expertas y expertos de toda la región. En ese marco, Ana Güezmes reconoció que las mediciones sobre el uso del tiempo y trabajo no remunerado han permitido repensar la forma de medir el bienestar de las personas y transitar hacia sociedades más juntas e igualitarias. “Para seguir fomentándolas es necesario avanzar hacia una mayor comparabilidad de los indicadores, generar datos con mayor calidad y con mayor frecuencia, así como impulsar el uso de las mediciones de uso del tiempo y trabajo no remunerado para la realización de políticas públicas y, de esta manera, avanzar hacia la sociedad del cuidado”.
El avance en las mediciones de uso del tiempo ha permitido mostrar que las mujeres dedican un 19,6% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado mientras que los hombres apenas un 7,3%. Es decir, ellas dedican a estas actividades casi el triple del tiempo que ellos. En al menos diez países en los que se ha medido, este aporte varía entre un 15,9% y un 27,6% del PIB. Es decir, que en algunos casos representa hasta más de un cuarto del PIB. El 74% de ese aporte lo realizan las mujeres.
Agregó Güezmes que las encuestas sobre el uso del tiempo han sido un instrumento de gran valor para colocar el tema del trabajo de cuidado no remunerado en la agenda de igualdad de las mujeres en la región y para apuntalar a políticas públicas para reconocer, redistribuir y reducir los cuidados. En ese sentido, hizo un llamado a seguir avanzando en la implementación de encuestas más robustas a nivel regional y avanzar hacia la comparabilidad y la armonización de las encuestas sobre el uso del tiempo en la región. También, agregó, es preciso promover la ampliación de la representatividad de las encuestas sobre el uso del tiempo y posibles desagregaciones para que la información pueda utilizarse para el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de políticas públicas a nivel subnacional y, en la medida de lo posible, asegurar la inclusión de variables que permitan el análisis de las interseccionalidades de las desigualdades y la discriminación.