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El 29 de octubre de 2024 se conmemora el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2023. Esta fecha busca visibilizar la centralidad del cuidado en nuestras sociedades como un bien público, reconociendo su rol esencial para la sostenibilidad de la vida y del planeta, y su contribución clave para el bienestar y la prosperidad de las personas, las sociedades, el desarrollo sostenible y la igualdad. A medida que las demandas globales, regionales y en cada país por los cuidados crecen, la CEPAL reafirma su compromiso con los países de la región para el diseño e implementación de políticas y sistemas integrales de cuidados capaces de garantizar los derechos, tanto a quienes reciben cuidados, como a quienes los brindan, así como a ejercer el autocuidado sobre la base de los principios de igualdad, universalidad y corresponsabilidad social y de género y, por lo tanto, como una responsabilidad que debe ser compartida por las personas de todos los sectores de la sociedad, las familias, las comunidades, las empresas y el Estado.
América Latina y el Caribe enfrenta tres trampas del desarrollo: una trampa de baja capacidad para crecer; una de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y una tercera de bajas capacidades institucionales y débil gobernanza, incluida una persistente crisis de los cuidados. Esta crisis se caracteriza por una demanda creciente de cuidados exacerbada por el envejecimiento poblacional y los efectos del cambio climático que supera ampliamente el número de personas, servicios e infraestructura para cuidar. Este contexto vuelve urgente la reorganización social de los cuidados, para evitar la profundización de las desigualdades producto de la división sexual del trabajo, donde las mujeres continúan asumiendo la mayor parte del trabajo de cuidados, principalmente no remunerado o en condiciones de precariedad, y se aprecia un déficit significativo de políticas públicas para garantizar el acceso a cuidados y apoyos a quienes lo requieren.
La CEPAL ha planteado la necesidad de un cambio paradigmático: avanzar en la construcción de la sociedad del cuidado, que ubica en el centro la sostenibilidad de la vida y del planeta. Esto supone una transformación profunda en las dimensiones social, económica y ambiental del desarrollo, ya que reconoce el papel de los cuidados para la sostenibilidad de la vida y del planeta, y considera la ecodependencia (dependencia humana respecto de la naturaleza), la interdependencia entre las personas y el cuidado como una necesidad, un trabajo esencial y un derecho. Configura además un sector con el potencial de dinamizar las economías. La propuesta se nutre de los aportes de la economía y movimientos feministas, del enfoque del buen vivir propuesto por los pueblos indígenas y afrodescendientes de la región, de la salud pública, así como del diálogo multilateral y constructivo con los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y los organismos internacionales.
En los últimos años, el debate en torno al cuidado ha ganado una relevancia creciente en los ámbitos global, regional, nacional y local. La proclamación del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo mediante la resolución de la Asamblea General (A/RES/77/317), y la aprobación en octubre de 2023 de la resolución del Consejo de Derechos Humanos titulada la “Importancia de los cuidados y el apoyo desde una perspectiva de derechos humanos”, marcaron un hito en este camino. Ambas resoluciones subrayan la necesidad de redistribuir el trabajo de cuidados, reconociendo su importancia en la promoción de la igualdad de género y los derechos humanos.
El año 2024 ha sido especialmente significativo en este esfuerzo global en las Naciones Unidas. Bajo la presidencia de Chile en el ECOSOC se aprobó la resolución “Promoción de sistemas de cuidados y apoyo para el desarrollo social” (E/CN.5/2024/L.5), la primera de su tipo en este foro intergubernamental. Esta resolución destaca el papel fundamental de los sistemas de cuidado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y garantizar el bienestar social, económico y ambiental de nuestras sociedades. Diversos actores han coincidido en que la reorganización del trabajo de cuidados es esencial para alcanzar los ODS. El documento “Transformar los sistemas de cuidados en el contexto de los ODS y Nuestra Agenda Común”, de las Naciones Unidas, plantea opciones de políticas y estrategias que pueden adaptarse al contexto de las diferentes realidades y territorios.
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, en su 112a reunión de 2024, abordó el tema, lo que resultó en la resolución relativa al trabajo decente y la economía del cuidado. El Marco de las 5 R (Reconocer, Reducir, Redistribuir, Recompensar, Representar) para el trabajo de cuidados orienta la elaboración de estrategias integradas y coherentes que permiten formular y aplicar políticas y sistemas de cuidado en pro del trabajo decente y la igualdad de género.
En septiembre de 2024, el Pacto para el Futuro, aprobado en el marco de la Cumbre del Futuro, refuerza este compromiso, subrayando la importancia de “aumentar significativamente las inversiones para eliminar la brecha de género, incluso en la economía del cuidado y del apoyo”. Este pacto reconoce que las brechas de género y la pobreza están estrechamente vinculadas, y que invertir en sistemas de cuidado es una vía para reducir la desigualdad y promover el empoderamiento de las mujeres. En la ocasión, las comisiones regionales lanzaron su informe de política conjunto sobre "relaciones intergeneracionales, creando un mundo para todas las edades para que nadie quede atrás", que ofrece recomendaciones sobre los desafíos y oportunidades sociales y económicas que los cambios demográficos presentan para avanzar hacia sociedades multigeneracionales en las distintas regiones.
En este contexto, los países de América Latina y el Caribe han contribuido a impulsar estos avances, liderando un enfoque que reconoce el cuidado como un derecho, un bien público, un trabajo esencial y un sector económico, tanto en el sistema interamericano de derechos humanos, como a partir de los acuerdos adoptados en los organismos intergubernamentales de la CEPAL. Se destaca la Agenda Regional de Género, adoptada en las reuniones de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe desde 1977, donde el Consenso de Brasilia (2010) marcó un hito al reconocer por primera vez el derecho al cuidado en un acuerdo intergubernamental, como un derecho universal a lo largo del ciclo de vida, promoviendo la corresponsabilidad de género y social y la articulación de políticas sociales y económicas. En la Estrategia de Montevideo (2016) se avanza en compromisos para superar la división sexual del trabajo, en sinergia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En el Compromiso de Santiago (2020) se identifica la necesidad de establecer políticas contracíclicas que mitiguen los efectos de las crisis sobre las mujeres y la economía del cuidado como un sector clave para una recuperación sostenible. En el más reciente Compromiso de Buenos Aires (2022) se reconoce el cuidado como un derecho de las personas a cuidar, ser cuidadas y ejercer el autocuidado, y llama a superar la división sexual del trabajo, promoviendo una organización social justa de los cuidados en un marco de desarrollo que impulse la igualdad de género en las dimensiones económicas, sociales y ambientales. Establece un camino hacia una sociedad del cuidado, proponiendo acuerdos para una recuperación transformadora con igualdad de género y sostenibilidad. La Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe es organizada por la CEPAL, como Secretaría de la Conferencia y, desde 2020, en coordinación con ONU Mujeres.
Además, el tema del cuidado ha cobrado relevancia en las orientaciones de políticas públicas de otros órganos subsidiarios de la CEPAL, como la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, que en 2013 aprobó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo , en el cual se acuerda desarrollar políticas y servicios universales de cuidado basados en los más altos estándares de derechos humanos, con perspectiva de igualdad de género y generacional, promoviendo la corresponsabilidad entre el Estado, el sector privado, la sociedad civil, las familias y los hogares. Se incluye también el cuidado en los sistemas de protección social y destaca la importancia de maximizar la autonomía y dignidad de las personas mayores. Asimismo, en la Declaración de Asunción, aprobado en la Cuarta Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores (2017), se exhorta a los gobiernos a combatir la discriminación por edad y a proporcionar servicios de salud integral y cuidados, promoviendo el envejecimiento saludable. La Declaración de Santiago, aprobada en la Quinta Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores en América Latina y el Caribe (diciembre 2022), está orientada a garantizar los derechos humanos y la participación de las personas mayores como forma de avanzar hacia una sociedad del cuidado inclusiva y resiliente. Por otra parte, en la Agenda Regional de Desarrollo Social Inclusivo, aprobada en la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social Inclusivo de América Latina y el Caribe (2019), se incluyó como parte de sus líneas de acción la incorporación del cuidado en los sistemas de protección social, asegurando la accesibilidad de sus políticas para las personas que requieren y proveen cuidados, y visibilizando especialmente la situación de las personas jóvenes que están fuera de la escuela y del mercado de trabajo por dedicarse al cuidado. En la resolución 5 (V) aprobada en la Quinta Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe (2023) se reafirma la importancia de sistemas de protección social que aseguren la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad, y entre mujeres y hombres, como indispensables para una recuperación transformadora. En las Conclusiones y recomendaciones acordadas entre los Gobiernos reunidos en la Sexta Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible (abril de 2023), se reconoce la importancia de impulsar planes para una sociedad del cuidado con igualdad de género. La Conferencia Estadística de las Américas (CEA) ha adoptado una Guía para la transversalización de la perspectiva de género en la producción estadística. Se destaca la articulación entre la Conferencia Regional sobre la Mujer y la CEA, con instrumentos como la Clasificación de Actividades de Uso del Tiempo para América Latina y el Caribe (CAUTAL) y la Guía Metodológica sobre mediciones de Uso de Tiempo. Estos productos subrayan que la perspectiva de género debe ser central en la producción estadística y reflejan el liderazgo de la región en la creación de marcos conceptuales adoptados por los Estados Miembros.
De manera más reciente, en el párrafo 11 de la resolución 771(XL) del cuadragésimo período de sesiones de la CEPAL celebrado en Lima en octubre de 2024, se alentó la formulación e implementación de políticas públicas basadas en la recopilación de datos y de programas amplios que integren el desarrollo sostenible, en particular la transversalización de una perspectiva de género transformadora, para responder a las múltiples crisis, y reitera el llamado a incluir acciones que promuevan los sistemas integrales de cuidado, el trabajo decente y la plena, significativa e igualitaria participación de las mujeres en posiciones de liderazgo en sectores estratégicos de la economía para lograr una recuperación y un desarrollo sostenibles, inclusivos y resilientes Asimismo, en el capítulo V del documento titulado “América Latina y el Caribe ante las trampas del desarrollo: transformaciones indispensables y cómo gestionarlas”, presentado en dicho período de sesiones de la Comisión, se releva la necesidad de fortalecer el sector de los cuidados, reconociendo, redistribuyendo y reduciendo el trabajo no remunerado, y generando empleo de calidad que represente y remunere adecuadamente a quienes trabajan en él, con el objetivo de alcanzar la igualdad de género, mejorar el bienestar social y fomentar el crecimiento económico con empleo decente.
Además de contribuir directamente al bienestar y desarrollo sostenible, las políticas de cuidados tienen un impacto en términos de creación directa e indirecta de empleos de calidad, retornos al Estado en forma de impuestos y contribuciones a la seguridad social y mejoras productivas y sociales para toda la sociedad. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) creó un Simulador de inversiones en políticas de cuidados, una herramienta en línea que modela las oportunidades de inversión y los posibles beneficios de los permisos de parentalidad, así como también de los servicios de cuidado infantil y a largo plazo a personas que necesitan apoyo o cuidado diario para mantener su autonomía y bienestar. La colaboración entre la CEPAL y la OIT permitió actualizar la cobertura del simulador para 23 países de la región. De acuerdo con esta herramienta, la inversión en cuidados en la región podría generar aproximadamente 32 millones de empleos para 2035 en servicios de cuidado infantil y en cuidados de largo plazo, y estas cifras serían aún mayores si consideramos los efectos indirectos de la inversión.
La XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se celebrará en México en 2025 bajo el lema "Las transformaciones en los ámbitos político, económico, social, cultural y ambiental para impulsar la sociedad del cuidado y la igualdad de género", brindará un espacio clave para profundizar las estrategias necesarias y consolidar este enfoque en toda la región.
Por ello en esta segunda conmemoración del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la CEPAL subraya la relevancia de movilizar esfuerzos y recursos para avanzar en la sociedad del cuidado. Este día es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de garantizar la sostenibilidad de la vida y del planeta, y construir un futuro más inclusivo, productivo y sostenible.