Descrição
Resumen
Los procesos de urbanización en Centroamérica tuvieron un lento
despegue a inicios del siglo XX en función de las localizaciones del poder
político central en las ciudades capitales de la región y las demandas de nuevos
servicios que requería el naciente empresariado agroexportador. Las ciudades
surgieron vinculadas a las necesidades de las actividades agrícolas.
El proceso de urbanización se hizo más rápido y se intensificó
con el desarrollo de las políticas de industrialización aplicadas en la fase de
sustitución de exportaciones. Entre las décadas de 1950 y 1970 las tasas de
urbanización fueron más altas que las de crecimiento nacional y rural. La
trayectoria ascendente se desaceleró en los años ochenta como resultado de la
interrupción del proceso de integración regional, la crisis de la deuda externa
y la agudización extrema de los conflictos sociopolíticos, en particular en
Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
A partir de los años noventa, las políticas de apertura
económica contribuyeron a revigorizar la urbanización en Centroamérica. En
especial, se ha fortalecido la concentración de las actividades industriales en
las áreas metropolitanas de los países de la región, y ello ha multiplicado las
actividades contaminantes por emisiones, efluentes y generación de desechos
sólidos.
La situación de deterioro ambiental, en particular en las zonas
urbanas de la región, es el resultado conjunto de la conformación histórica de
las estructuras socioeconómicas y de la evolución de una política de crecimiento
económico que hasta la fecha no ha incorporado adecuadamente los problemas
ambientales para configurar una auténtica estrategia de desarrollo sostenible.
Las metrópolis de la región tienden a presentar estructuras
policéntricas, con una ocupación del suelo de baja densidad y dispersa. Esa
situación magnifica los impactos ambientales en los ecosistemas que sirve n de
soporte a sus actividades.
Los sistemas urbanos y productivos de la región son sumamente
derrochadores de recursos, sobre todo del agua y la energía. La industria, la
agricultura y las familias tienen niveles insostenibles de consumo de agua por
habitante. Se suman a lo anterior las pérdidas generadas en los sistemas de
suministro de agua, lo que pone en riesgo el balance hídrico del recurso y eleva
los niveles de contaminación por efluentes domiciliarios e industriales. El
manejo adecuado y la reducción de la contaminación del agua se convierten en el
principal reto ambiental de la región centroamericana.
La creciente contaminación por la generación y mal manejo de los
desechos sólidos se explica principalmente por la incapacidad de los municipios
para afrontar con eficacia esta problemática.
Los aparatos jurídicos institucionales del ambiente,
estructurados en torno a las políticas de protección de la biodiversidad,
afrontan dificultades legales y de capacidad institucional para encarar los
temas relacionados con la contaminación ambiental urbana y para la gestión
sostenible de los conglomerados urbanos.