Descrição
Resumen
El documento destaca la forma como el proceso de transición demográfica, unido a la dinámica del mercado de trabajo, debiera considerarse en el diseño de los sistemas de protección social. En tanto que el indicador de dependencia demográfica tradicional relaciona el número de individuos en edades inactivas de la población con el número en edades activas, esta investigación elabora una variante para analizar las brechas de protección social en los países de América Latina y el Caribe. Se trata del indicador de dependencia formal, que relaciona el número de individuos dependientes de la economía con el de los trabajadores que tienen un empleo formal, considerando como
dependientes a todos aquellos que no son empleados formales entre 15 y 59 años de edad.
Un análisis de la dinámica de este indicador, conforme a los estadios de desarrollo de los países, indica que las necesidades de protección social están inversamente relacionadas con el nivel de ingreso per cápita. Esto permite resaltar el enorme desafío que representa para el Estado, ya que se constata que la oferta potencial de servicios sociales es, por su parte, creciente con los recursos de la economía medidos por el ingreso per cápita. De este modo en los países de menor producto existen mayores necesidades y menor oferta y lo contrario sucede en los países de mayor producto. Se dimensionan así brechas entre necesidades y posibilidades de protección social pública que llaman a considerar, en el diseño de las instituciones de bienestar, el papel que debieran jugar la familia y el mercado de trabajo.
A partir de la magnitud de estas brechas, se construye una tipología que permite formar tres grupos de países en la región. La evidencia denota un bajo desarrollo social de acuerdo con los indicadores y amplias necesidades sociales insatisfechas, lo que implica que las instituciones existentes no han sido capaces de brindar la protección necesaria para atender las necesidades de los dependientes. El desarrollo de nuevas instituciones de protección social que tomen en consideración las complejas relaciones entre el mercado de trabajo, las familias y el Estado es una tarea pendiente en la región.