Comunicado de imprensa
En este momento en que la comunidad internacional se afana en acelerar sus iniciativas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y definir una agenda con posterioridad a 2015, incluido un conjunto de objetivos para el desarrollo sostenible, el agua y la biodiversidad constituyen importantes vertientes del debate.
Pareciera que el agua abunda. Sin embargo, solo una ínfima parte del agua de nuestro planeta se nos presenta fácilmente disponible en forma de agua dulce. Vivimos en un mundo en el que la inseguridad hídrica no cesa de aumentar, en el que la demanda a menudo excede la oferta y en el que con frecuencia el agua no llega a los niveles mínimos de calidad. De mantenerse la tendencia actual, la demanda futura de agua no se satisfará.
La biodiversidad y los servicios de los ecosistemas son fundamentales para materializar la visión de un mundo con seguridad hídrica, puesto que los ecosistemas influyen tanto en la disponibilidad como en la calidad del agua a nivel local, regional y mundial. Los bosques ayudan a regular la erosión de los suelos y a proteger el abastecimiento y la calidad del agua. Los humedales pueden reducir el riesgo de inundación. La biodiversidad de los suelos ayuda a retener el agua para los cultivos. La integración de soluciones basadas en la naturaleza en la planificación urbana nos puede ayudar también a labrar un mejor futuro hídrico para las ciudades, en las que la escasez de agua podría resultar particularmente aguda dado el rápido ritmo de urbanización.
Reconociendo la importancia de la biodiversidad, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha promovido el uso del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 del Convenio sobre la Diversidad Biológica y sus Metas de Aichi para la elaboración de la agenda para el desarrollo después de 2015. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), celebrada el año pasado, también reconoció la función de los ecosistemas en el mantenimiento de la cantidad y la calidad del agua. Antes la atención se centraba en la disyuntiva entre el uso del agua y la biodiversidad. Sin embargo, hoy estamos empezando a entender que la biodiversidad y la seguridad hídrica se refuerzan mutuamente.
Este paso del conflicto a la sinergia resulta especialmente oportuno en este año que se celebra el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua.
En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, insto también a todos los Estados Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica que aún no lo hayan hecho a que ratifiquen el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización, y por tanto nos ayuden a trabajar en aras del futuro que queremos.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas