Comunicado de imprensa
Este año el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se celebra en un momento en que la comunidad internacional trata de alcanzar dos objetivos: intensificar los esfuerzos por lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio y formular el siguiente conjunto de objetivos que oriente nuestros esfuerzos una vez superado el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2015. Esta agenda para el desarrollo después de 2015 debe dar maxima prioridad a la erradicación de la pobreza y girar en torno al desarrollo sostenible. Después de todo, la única forma de hacer que la erradicación de la pobreza sea irreversible es que el mundo se encamine hacia el desarrollo sostenible.
Tenemos mucho trabajo por delante. Si bien los niveles de pobreza han disminuido considerablemente, los progresos han sido desiguales. Nuestro
notable progreso en la reducción de la pobreza a la mitad no debe hacernos perder de vista el hecho de que más de 1.200 millones de personas aún viven en la pobreza extrema en todo el mundo. A demasiadas personas, especialmente mujeres y niñas, se les sigue negando el acceso a una atención de la salud y un saneamiento adecuados, una enseñanza de calidad y una vivienda digna. Demasiados jóvenes carecen de trabajo y de aptitudes que atiendan las demandas del mercado. El aumento de la desigualdad en muchos países, tanto ricos como pobres, fomenta la exclusión de las esferas económica, social y política, y sabemos que los efectos del cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica afectan especialmente a los más pobres. Todo esto justifica la necesidad de contar con instituciones sólidas y receptivas.
Tenemos que hacer más para escuchar y tomar medidas a favor de aquellas personas cuya voz a menudo pasa inadvertida: las personas que viven en la pobreza y en particular, entre estas, los pueblos indígenas, las personas mayores y las personas que viven con discapacidad, los desempleados, los migrantes y las minorías. Tenemos que apoyarlos en sus esfuerzos por salir de la pobreza y construir una vida mejor para sí mismos y para sus familias.
Si queremos lograr el futuro que queremos para todos, debemos escuchar y atender los llamamientos de los marginados. Durante el último año, las Naciones Unidas han venido haciendo precisamente eso mediante la promoción de un diálogo mundial sin precedentes sobre el mundo que la gente quiere. Ese diálogo debe continuar, y conducir a la inclusión activa y significativa de las personas que viven en la pobreza, al trazar el camino para erradicar la pobreza en todo el mundo.
Juntos podemos construir un mundo sostenible de prosperidad y paz, justicia e igualdad que asegure una vida digna para todos.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas