Comunicado de imprensa
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, destacó hoy las oportunidades y áreas temáticas para estrechar la cooperación entre Latinoamérica y África, sobre todo frente a los desafíos que plantea la actual crisis global desatada por la pandemia del coronavirus, durante un encuentro virtual organizado por el Instituto para a la Promoción de América Latina y el Caribe (IPDAL), con sede en Portugal .
La alta funcionaria de las Naciones Unidas fue una de las panelistas principales del IX Encuentro del Triángulo Estratégico América Latina-Europa-África, en el cual también participaron Bornito de Sousa, Vicepresidente de la República de Angola; Susana Malcorra, ex Ministra de Relaciones Exteriores de Argentina y Jefa de Gabinete del ex Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon; Enrique Iglesias, ex Secretario General Iberoamericano; Manuel Rodríguez Cuadros, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Perú; y Rebeca Grynspan, actual Secretaria General Iberoamericana. La reunión fue moderada por Paulo Neves, Presidente de IPDAL.
“Hay temas en los que debemos estrechar nuestra cooperación entre África y América Latina y el Caribe. Uno de los más importantes es cómo enfrentar las desigualdades de ingreso, de riqueza, de acceso a la educación, a la salud y a la tecnología digital que afectan a ambas regiones”, declaró Alicia Bárcena en su intervención.
Según la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en África, pero sobre todo en América Latina y el Caribe, la actual crisis derivada del COVID-19 ha evidenciado la gran fragmentación que existe en los sistemas de salud y protección social. “Eso ha sido muy evidente y nos conmueve a ver cómo garantizar un acceso más equitativo en ambas regiones”, dijo.
Otro gran tema en que ambos continentes deben colaborar es cómo evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria, añadió Bárcena. La pandemia va a causar un aumento de la pobreza de 231 millones de personas, y 96 millones de ellas van a estar en la pobreza extrema con riesgo de hambre, con riesgo de una crisis alimentaria, explicó.
Alicia Bárcena señaló que, en conjunto con la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la CEPAL ha hecho un trabajo de evaluación sobre cómo confrontar esta crisis sanitaria y alimentaria y ha propuesto una serie de medidas entre las que se incluyen la distribución de un ingreso básico de emergencia por seis meses equivalente a una línea de pobreza (alrededor de 146 dólares por mes), complementado con un bono contra el hambre, que equivale al 70% de una línea de pobreza extrema. “Estas dos medidas pueden ayudar a la población más vulnerable y no costarían mucho en términos del PIB”, indicó.
Bárcena también explicó que los recursos nacionales locales no van a ser suficientes para enfrentar los efectos de la crisis, y que muchos países de África hoy ya no son naciones de bajos ingresos sino de ingreso medio, al igual que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe. “Va a ser fundamental que unamos esfuerzos para lograr un acceso a financiamiento internacional en condiciones favorables”, enfatizó.
Asimismo, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL declaró que es urgente repensar la integración regional dentro de América Latina y el Caribe, pero también respecto de la región hacia otros bloques regionales. “Se está creando una nueva geografía económica debido a la fragmentación de las cadenas de valor y muchas empresas transnacionales están relocalizándose para buscar más resiliencia en vez de eficiencia, acercando sus insumos hacia sus centros de producción”, precisó.
En este sentido, destacó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) pueden jugar un rol importante para generar diálogos sobre seguridad alimentaria y otros temas con otras regiones como África y Europa. Además, la conversación intra-bloques con agrupaciones como el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM), por ejemplo, puede jugar un rol fundamental para comprender cuáles son los impactos que está teniendo la pandemia en el tejido productivo y en el ámbito social, y cómo podemos generar una política industrial que se base en nuevos sectores asociados al Gran Impulso Ambiental, con una transición energética que considere soluciones basadas en la naturaleza.
“Sí; estamos ante una década perdida. El PIB per cápita de 2020 será idéntico al de 2010. Y en materia social (niveles de pobreza) el retroceso es de 15 años. Por eso es tan urgente actuar sobre la oferta, para echar a andar la reactivación económica lo más pronto posible, con sostenibilidad ambiental, y sobre la demanda, para proteger a las familias más vulnerables y a la clase media: en América Latina, 8 de cada 10 personas viven bajo el nivel de tres líneas de pobreza (aproximadamente 500 dólares al mes), es decir, 491 millones de latinoamericanos”, señaló.
“También tenemos mucho por vencer en ambas regiones (África y América Latina y el Caribe), sobre todo la cultura del privilegio, la cultura de las élites, que no nos permite avanzar en la igualdad, y que naturaliza la discriminación y las desigualdades”, dijo Alicia Bárcena. “Esa cultura del privilegio debemos vencerla con políticas públicas, y con la reconstrucción de los Estados, con más transparencia y menos corrupción. Porque la sociedad está desencantada, está buscando nuevos caminos”, concluyó.