Descrição
La República Popular China (RPC); acrecienta cada día más su influencia en la economía global. Su acceso a la Organización Mundial del Comercio en el año 2001, le permitió consolidar su dinámica de crecimiento económico y aumentar su participación en el comercio y las inversiones internacionales. Los nuevos parámetros que definen la apertura china a la economía internacional y la dinámica del crecimiento chino están desplazando los ejes motores de la economía internacional y de la región de Asia Pacifico, al tiempo que la RPC asume una política activa de negociación de acuerdos de libre comercio en el Este de Asia y posiblemente en otros continentes. América Latina y el Caribe han sentido las influencias positivas del dinamismo de la economía china, reflejadas en el auge de las exportaciones de materias primas hacia este país asiático. Los países más avanzados del continente, en especial Brasil, están incursionando en proyectos más atractivos de comercio y cooperación técnica, que pueden sentar las bases de relaciones transpacíficas más estrechas en el futuro, conformadas también por alianzas estratégicas, comercio intraindustrial y, eventualmente, la apertura en el marco de acuerdos comerciales que generen un entorno más propicio y predecible de los negocios.
No obstante lo anteriormente señalado, las relaciones con la RPC también han estado atravesadas por tensiones y obstáculos aún no resueltos. México, Centro América y el Caribe han sentido el impacto de la competencia china en el mercado de los Estados Unidos, planteando un desafío por reconstruir las bases de su inserción en las cadenas globales de producción. Países como Chile, Argentina y Brasil, grandes exportadores de productos agrícolas, siguen confrontando barreras fitosanitarias que dificultan el acceso al mercado chino. Un eventual acuerdo de libre comercio entre la RPC y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y otros países de la región, por otra parte, puede tener un efecto importante de desviación de comercio en perjuicio de varias economías latinoamericanas y caribeñas. Las perspectivas que se abren con el ingreso de China a la OMC se proyectan también en el plano de las negociaciones comerciales multilaterales, donde China ofrece una relevante interlocución en su calidad de economía en transición. En general, América Latina y el Caribe deben consolidar una nueva diplomacia económica hacia la RPC, para aprovechar las ventajas y mejorar cualitativamente sus vínculos económicos y de cooperación.