Descrição
El volumen número 64 del Estudio económico consta de cuatro capítulos. En el primero se revisa la evolución económica de América Latina y el Caribe durante el primer semestre de 2012, en el contexto de una desaceleración del crecimiento mundial y una elevada incertidumbre sobre las perspectivas de sus economías más grandes. Este contexto incidió en una moderada reducción de la expansión de la actividad a nivel regional, sobre todo a través del canal comercial. En general, el consumo de los hogares ha sido el principal componente que ha mantenido cierto dinamismo de la demanda, mientras una mayor inversión o un aporte positivo de las exportaciones netas incidieron en que las economías de varios países continuaron creciendo con tasas elevadas. En el capítulo también se revisa cómo las políticas macroeconómicas se adaptaron a este entorno desfavorable y trataron de ampliar los espacios para enfrentar un contexto externo que podría empeorarse aún más. En el segundo capítulo se analizan las políticas económicas aplicadas en los países de la región en el contexto de tres situaciones de adversidad externa: el alza de los alimentos y combustibles en 2008, la crisis financiera mundial, que tuvo sus mayores consecuencias entre septiembre de 2008 y el final de 2009, y la incertidumbre internacional y la desaceleración del crecimiento económico mundial a partir del segundo semestre de 2011. Se muestra cómo la región ha desarrollado la capacidad de responder a los diferentes retos derivados de estas situaciones, si bien los espacios para las políticas varían significativamente entre los países. Un factor clave para alcanzar un crecimiento elevado y sostenible y reducir las vulnerabilidades frente a un contexto externo adverso es la inversión. En el tercer capítulo se pasa revista a la evolución de la inversión regional en un largo plazo. Para ello se diferencian sus componentes y se analiza la evolución del ahorro para su financiamiento. Las situaciones de adversidad reciente han subrayado no solo la necesidad de formular políticas adecuadas a nivel nacional para enfrentarlas, sino también la importancia de fortalecer la capacidad de respuestas a nivel regional. En el cuarto capítulo se analizan los retos y avances en cuatro áreas relevantes: la respuesta contracíclica de los bancos regionales de desarrollo, los nuevos instrumentos para facilitar el comercio intrarregional, las modificaciones en el Fondo de Reservas Regional y la creación o el fortalecimiento de instancias de cooperación para el intercambio de información y la formulación de lineamientos compartidos por parte de autoridades monetarias o de las finanzas públicas.