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(15 de febrero 2010) Sólo 2% de las niñas y los niños haitianos menores de cinco años recibe educación preescolar, siendo a menudo sus hermanos mayores los encargados del cuidado mientras las madres trabajan, señala el estudio de la CEPAL "La economía del cuidado infantil en Haití", disponible en Internet a partir de hoy.
Menos de 1% de las madres con trabajo remunerado dejan a sus hijos en guarderías infantiles, señala este informe. En Haití, la familia es la principal encargada de brindar cuidado a los menores, seguido por niños y niñas mayores que trabajan en los hogares, amigos o vecinos.
La tendencia a que los niños y las niñas asuman la responsabilidad de cuidar a terceros, incluidos sus hermanos menores, es una práctica generalizada en Haití. Niños de ambos sexos y jóvenes que deberían estar estudiando a menudo se quedan a cargo de sus hermanos menores o trabajan en otros hogares cuidando a otros niños o en labores domésticas. Casi 60% del mercado de trabajo infantil corresponde a niñas dedicadas al cuidado, dice el estudio.
Las políticas estatales para el cuidado de la primera infancia son muy débiles, y las condiciones de extrema pobreza en la que vive la vasta mayoría de la población - y que se ha agravado tras el terremoto de enero - no sólo impiden la escolaridad de niñas, niños y jóvenes, sino que también ha llevado a la desintegración de las familias.
Por la ausencia del Estado y la necesidad de las madres de trabajar, los niños son frecuentemente entregados al cuidado de familiares o de familias del mismo país o incluso de países vecinos. Las mujeres jefas de familia se convierten en proveedoras, quedando los niños bajo la responsabilidad de otras familias que a menudo están a cargo, además, de sus propios hijos.
La "transnacionalización" de las familias a causa de las urgencias económicas es aprovechada por traficantes de todo tipo, incluido el tráfico sexual, alerta el estudio, que fue coordinado por la consultora haitiana Nathalie Lamaute-Brisson.
El informe aborda la problemática de la formulación de políticas públicas de apoyo al cuidado de niñas y niños, enfatizando el análisis de la familia como lugar central de cuidado y la necesidad de avanzar hacia un modelo de protección social universal. En este contexto, las políticas de educación preescolar son prioritarias, afirma el estudio.
Esta publicación servirá para tomar en cuenta el papel crucial de las mujeres en la economía en las políticas de reconstrucción de Haití, afirmó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
"Así como la infraestructura física debe ser levantada, es necesario invertir en infraestructura social para facilitar el trabajo de cuidado de niños. Uno de los pilares de la reconstrucción de Haití deben ser políticas sociales orientadas a facilitar el cuidado, evitando que este recaiga sobre las mujeres exclusivamente," señaló.
El estudio es además, dijo Bárcena, un homenaje a las miles de mujeres víctimas y sobrevivientes del sismo que deben enfrentar la vida cotidiana en condiciones de extrema desigualdad y pobreza.
En el terremoto perdieron la vida tres valiosas mujeres haitianas: Myriam Merlet, Anne-Marie Coriolan y Magalie Marcelin, fundadoras de tres de las organizaciones de mujeres más importantes de Haití.
Poco antes de su muerte, Merlet fue jefa de personal del Ministerio Haitiano de Género y Derechos de la Mujer y aún servía como consultora principal. Se dedicó a temas económicos, asuntos de la mujer y sociología política y fue una de las fundadoras de la ONG Enfofam.
Al igual que Merlet, Coriolan también fue consultora principal del mismo ministerio. Fundó la organización de promoción y servicios para la mujer Solidaridad con la Mujer Haitiana (SOFA). Coriolan fue crucial en lograr que los tribunales haitianos dejaran de tratar el delito de la violación como sólo un "crimen pasional".
Marcelin, abogada y actriz, fundó Kay Fanm, una organización pro derechos de la mujer enfocada en la violencia doméstica que brinda servicios y refugio a las mujeres, además de microcréditos a mujeres trabajadoras.
Para consultas, contactar a los Servicios de Información de la CEPAL en Santiago. Email: dpisantiago@cepal.org; teléfono: (56-2) 210-2149.