Para la CEPAL, la gobernanza colaborativa exige fortalecer clústeres y redes productivas, capaces de articular a múltiples actores facilitando el diálogo interinstitucional y la acción conjunta necesaria para impulsar el desarrollo productivo y afrontar desafíos como la transición energética justa.

En el evento “Retos y oportunidades de la transición energética justa y la diversificación económica en territorios con alta dependencia extractiva”, organizado por el CIDER de la Universidad de los Andes, Marco Dini, jefe de la Unidad de Desarrollo productivo territorial y gobernanza de la CEPAL, presentó los avances y hallazgos recientes del organismo en materia de desarrollo productivo para la región.

La jornada fue inaugurada por Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales, quien subrayó la importancia de analizar las tendencias emergentes de las políticas productivas en Colombia y en América Latina, así como fortalecer los esfuerzos locales para diversificar la matriz productiva. Posteriormente, Angie Pardo, del Natural Resource Governance Institute, ofreció un panorama regional sobre los desafíos de la transición energética y la diversificación económica en territorios dependientes de actividades extractivas. El panel contó también con la participación de Néstor Angelo Martínez, de la Secretaría de Competitividad de la Gobernación del Meta, quien aportó la mirada territorial sobre estos procesos.

Dini advirtió que, frente a los bajos niveles de crecimiento económico, las tres trampas estructurales, América Latina y el Caribe necesita políticas de desarrollo productivo más sólidas, coherentes y sostenidas en el tiempo. Aunque la región ha acumulado experiencias importantes, “no han sido suficientes debido a recursos limitados, falta de continuidad, excesiva fragmentación y escasa coordinación entre instituciones”, señaló.

Como respuesta, la CEPAL propone una política de desarrollo productivo renovada, basada en la integración de capacidades en ciencia y tecnología, capital humano, financiamiento, infraestructura productiva, inversión extranjera y marcos normativos, entre otros. Esta visión requiere adoptar un enfoque territorial y apostar por una gobernanza participativa que articule a actores públicos, privados, académicos y de la sociedad civil.

Dini explicó que el desarrollo productivo es, por naturaleza, policéntrico, pues involucra a múltiples ministerios y niveles del Estado. En este escenario, la gobernanza colaborativa se vuelve un elemento central. “No existe una receta única. Cada territorio debe construir su propio modelo colaborativo, partiendo del problema y no de la estructura institucional”, afirmó Dini. Para lograr políticas efectivas, añadió, es fundamental definir metas claras, medir resultados y generar incentivos que faciliten la cooperación interinstitucional.

En esta línea, la CEPAL destaca el rol estratégico de las iniciativas de articulación productiva, como los clústeres, las redes empresariales y las cadenas productivas, que permiten coordinar esfuerzos y dinamizar la productividad. 

Agenda desarrollo productivo de la CEPAL

La CEPAL ha desarrollado una Plataforma Regional de Iniciativas de Articulación Productiva, que ya mapea 411 experiencias en América Latina y el Caribe, y ofrece talleres, intercambios de buenas prácticas y asistencia técnica para fortalecer su capacidad de gestión y su impacto territorial.

Dini también presentó el trabajo de la Red de Gobiernos Subnacionales para el Desarrollo Productivo, impulsada por la CEPAL, que reúne a gobernadores, prefectos y autoridades locales para promover políticas productivas colaborativas, atraer inversiones y avanzar en áreas como innovación, economía circular y transición verde.

Finalmente, invitó a consultar el nuevo informe “Panorama de Políticas de Desarrollo Productivo 2025”, que analiza la institucionalidad productiva de los 33 países de la región y propone herramientas para mejorar la coordinación y la efectividad de estas políticas. “El desarrollo productivo requiere aprendizaje continuo, evidencia y cooperación real entre actores. Solo así podremos transformar las estructuras económicas y aprovechar la transición energética como una oportunidad”, concluyó.