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Autoridades, representantes de organismos internacionales y académicos analizaron este miércoles 13 de marzo de 2024 el estado de las políticas de desarrollo productivo (PDPs) y sus perspectivas, así como su impacto sobre la productividad, el crecimiento económico y las transformaciones estructurales que requiere la región, durante seminario organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y UNU-WIDER en Santiago, Chile.
El evento, titulado Conectando el reto de la productividad con las políticas de desarrollo productivo en América Latina y el Caribe, contó con intervenciones iniciales de José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, y Kunal Sen, Director de UNU-WIDER.
“Tenemos la fuerte convicción, y la fuerte recomendación a los países, de que para lograr un patrón de desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible, urge escalar las políticas de desarrollo productivo. Es algo que va al corazón de los modelos de desarrollo en la región, y que es esencial para su transformación”, resumió José Manuel Salazar-Xirinachs.
“En las políticas de desarrollo productivo está la caja de herramientas para orientar el crecimiento en ciertas direcciones y hacia tasas más altas y sostenidas, es decir, para incidir en los procesos de transformación económica hacia patrones de desarrollo más inclusivos y sostenibles”, explicó la máxima autoridad de la CEPAL, quien ofreció una presentación titulada “El reto de escalar y mejorar las políticas de desarrollo productivo en América Latina y el Caribe”.
América Latina y el Caribe, indicó José Manuel Salazar-Xirinachs, está en una crisis del desarrollo que se expresa en tres trampas o síndromes principales: una trampa de bajo crecimiento; una trampa de alta desigualdad; y una trampa de bajas capacidades institucionales y de gobernanza.
En 1960, dijo, el PIB per cápita de América Latina y el Caribe era de US$ 3.295 (en dólares constantes de 2015), tres veces mayor que el de países como la República de Corea, Taiwán, China y Vietnam. Sin embargo, en 1990 solo se logró elevarlo a US$ 6.000 y hoy, 30 años después, a solo US$ 8.500 dólares, lo que significa una tasa de crecimiento de solo 1,2% por año. Esto se suma a hecho de que, del 2014 a la fecha, el PIB per cápita de la región se contrajo en 0,1%, reflejando una década de empobrecimiento.
En este marco, la CEPAL está proponiendo una decena de áreas prioritarias para transformar el modelo de desarrollo de la región, así como un portafolio de sectores impulsores o dinamizadores, entendidos como áreas de oportunidad para el crecimiento y la colaboración.
Entre estos sectores dinamizadores se destacan la transición energética, la electromovilidad, la economía circular, el turismo sostenible, la industria farmacéutica y de ciencias de la vida, la industria de dispositivos médicos, la exportación de servicios modernos o habilitados por las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y la sociedad del cuidado, por nombrar solo algunos.
De igual forma, José Manuel Salazar-Xirinachs compartió seis lineamientos para las políticas de desarrollo productivo: 1) Profundizar y mejorar las PDPs bajo una visión de nueva generación; 2) Definir prioridades productivas; 3) Balancear el enfoque centralizado con el enfoque territorial; 4) Utilizar iniciativas clúster y de articulación productiva territorial como una forma efectiva de organizar los procesos de gestión y colaboración para el desarrollo productivo; 5) Mejorar la gobernanza de las PDPs en línea con el enfoque de gobernanza experimentalista; 6) Evaluar.
“En América Latina y el Caribe se observa una desindustrialización creciente, sin embargo, a la región le ha ido relativamente bien en el sector de servicios comerciales transables”, indicó, por su parte, Kunal Sen, Director de UNU-WIDER, durante su presentación titulada “Productividad y variaciones del cambio estructural en América Latina y el Caribe”.
“Dentro del continente se observan grandes variaciones en materia de transformación estructural”, indicó Kunal Sen. Y lo mismo sucede en el ámbito de la productividad, ya que, dijo, hay un grupo de países con buenos resultados (Chile, Colombia, Costa Rica) y otro con resultados no tan favorables, como Brasil, Ecuador y Perú.
“Excepto en el caso de Costa Rica y México (donde la industria manufacturera sigue siendo importante), los servicios modernos transables pueden ser la vía hacia la transformación estructural productiva, si la productividad de la economía se mantiene estable”, aseguró el Director de UNU-WIDER.
El encuentro contó con dos paneles que incluyeron intervenciones de Javiera Petersen, Subsecretaria de Economía y Empresas de Menor Tamaño de Chile; William Maloney, Economista Jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial; Daniel Samaan, Economista Senior del Departamento de Estudios de la Organización Internacional del Trabajo; Andrés Solimano, Presidente de CIGLOB; Juan Carlos Hallak, Profesor de la Universidad de Buenos Aires; Tomasso Ciarli, Investigador de UNU-MERIT; Chiara Criscuolo, Jefa de la División de Productividad, Innovación y Emprendimiento de la OECD; Marco Llinás, Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL; y Felipe Correa, Investigador de la misma División.