El estudio implicó diferentes etapas, con productos y actividades que se realizaron durante el año 2022: desde la propuesta de indicadores, basada en un marco conceptual y metodológico; luego el procesamiento de las fuentes de datos (censos de población y vivienda y encuestas de hogares disponibles a la fecha) para la generación de indicadores, tabulados y su mapeo; por último, el análisis de los resultados que resultó en un documento pronto a publicarse.
Etapas del estudio
Propuesta de indicadores
La primera etapa, la propuesta de indicadores, se basó en un marco conceptual centrado en la igualdad, como uno de los valores rectores de todas las políticas y agendas propuestas a nivel internacional. Tanto en la Agenda 2030 como en el Consenso de Montevideo, que son las agendas prioritarias en materia de población y desarrollo, la igualdad emerge como uno de los principios fundamentales y transversales a ser alcanzado, haciéndose presente en cada uno de los ODS y en cada una de las Medidas prioritarias del CM.
Las desigualdades, por su parte, conspiran contra el desarrollo y son una poderosa barrera para la erradicación de la pobreza. Se destaca la importancia en América Latina por ser la región más desigual del mundo. El llamado a “que nadie se quede atrás” es particularmente importante en la Amazonía por ser una región con sus propias características que trascienden las fronteras de los ocho Estados que la componen (Estado Plurinacional de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y República Bolivariana de Venezuela), y con una realidad particular producto de la riqueza y abundancia de recursos naturales escasos y la explotación ilegal e indiscriminada que de ellos se hace, dando origen a problemáticas vinculadas a la contaminación, la migración, la pobreza, la precariedad de las condiciones de vida y de trabajo, el acceso limitado a servicios y al ejercicio de derechos fundamentales.
Marco conceptual del estudio
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Criterios clave de los indicadores
Para pensar el sistema de indicadores que permitiera visibilizar las brechas sociodemográficas de la región Amazónica, se consideró que cada indicador debe cumplir con algunos criterios clave, entre ellos:
-. Dada la relevancia de la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del Consenso de Montevideo en la Región Amazónica, reconocida como una región de especial vulnerabilidad, se propuso que el sistema de indicadores incluyera a todos aquellos indicadores ODS y del CdM a nivel de población, que fueran factibles de calcular para la región Amazónica con información de censos de población y vivienda y de encuestas de hogares que permitieran una visibilidad desagregada y territorial de las brechas existentes.
-. Los indicadores debían permitir la comparabilidad entre grupos y, para un mismo grupo, en diferentes momentos de tiempo. Una recomendación internacional refiere a la conveniencia de que los indicadores sean comparables, no solo entre diferentes grupos poblacionales al interior de la región, sino también con los promedios nacionales e internacionales, lo que permite visibilizar desigualdades y temas prioritarios. Además, la necesidad de comparabilidad temporal, esto es, un mismo indicador replicado en distintos momentos de tiempo, necesario para medir la evolución de una determinada situación. Si bien la primera versión del sistema de indicadores contó con una única medición en el tiempo, se espera que el sistema se actualice periódicamente, conforme los países publiquen sus datos.
-. Los indicadores contaran con información, en lo posible, en la totalidad de países. Se seleccionaron indicadores posibles de calcular a partir de los censos de población y vivienda y/o de las encuestas de hogares, ambas fuentes existentes y disponibles para procesamiento interno en el Banco de Datos de CEPAL.
-. Se propuso la inclusión de indicadores ya implementados por la CEPAL en otros contextos y que a la vez fueran pertinentes para Amazonía, cuyos datos provinieran de fuentes oficiales, sobre la base de conceptos, definiciones y metodologías coherentes.
Así, los indicadores se plantearon en nueve dimensiones, tratando de visualizar las desigualdades entre y dentro de los territorios, particularmente la que ocurre entre zonas urbanas y rurales, entre diferentes grupos étnicos, y entre varones y mujeres.
Dimensiones de los indicadores:
- Estructura demográfica
- Fecundidad y mortalidad
- Pobreza, ingresos
- Actividad, empleo y desempleo
- Protección de niños, niñas y adolescentes
- Protección social
- Educación y cultura
- Tecnologías de la información y comunicación
- Vivienda y servicios básicos
Procesamiento y mapeo de indicadores
En cuanto a la segunda etapa, la de procesamiento y mapeo, los indicadores sociodemográficos para la Región Amazónica fueron calculados sobre la base de microdatos de los últimos censos de población y vivienda (desde 2010) y las últimas encuestas de hogares que se llevan a cabo de manera regular en el marco de los sistemas estadísticos nacionales, fuentes de microdatos que se encuentran disponibles en el Banco de Datos de la CEPAL para su uso y procesamiento interno.
Los aportes de los censos de población y vivienda para la planificación y la investigación adquieren particular relevancia en el contexto de la Agenda 2030, ya que permiten construir indicadores directos o complementarios al listado definido para su seguimiento de la Agenda 2030. Los censos ofrecen la ventaja comparativa de permitir obtener, para la mayoría de los indicadores que son factibles de calcular con esta fuente, las desagregaciones establecidas en el ODS 17.18, particularmente para la condición migratoria, los pueblos indígenas, las poblaciones afrodescendientes y las personas con discapacidad, con la ventaja adicional de disponer de esta información a escalas territoriales menores.
Las encuestas de hogares, por su parte, son una valiosa fuente de información para el estudio de las condiciones de vida de personas y hogares. La cantidad de variables recolectadas permite elaborar diversos análisis cruzados, brindando la posibilidad de estudiar poblaciones focalizadas.
El desglose desde una mirada interseccional (por ejemplo, para visualizar desigualdades de género, étnicas, generacionales y territoriales de manera simultánea) suele ser factible únicamente con los censos, por su carácter universal. Las EH son diseñadas considerando un número limitado de desagregaciones. Si bien es viable producir indicadores y estudiarlos en desagregaciones distintas, se debe ser consciente de las limitaciones del instrumento.
Países de la Amazonía. Censos y encuestas utilizadas en el proyecto
Las desagregaciones territoriales en base a censos y encuestas
Los indicadores provenientes de censos de población y vivienda fueron procesados con REDATAM y permitieron identificar situaciones de vulnerabilidad y pobreza con un alto grado de desagregación geográfica de la Amazonía, ya que fueron aplicados al universo poblacional de todo el país. En base a esta fuente, la unidad geográfica mínima con la cual se trabajó comparativamente con todos los países fue la de División Administrativa Menor (DAME). En base a esta fuente, no solo es posible identificar el territorio, sino que también es posible desagregar por otros criterios (etnicidad, género) a este nivel. Esto permitió realizar mapas temáticos por cada uno de los indicadores y cada desagregación adicional, a nivel de DAME.
División Administrativa Menor (DAME) según país
Las encuestas de hogares, por su parte, tienen diseños complejos. Se caracterizan por la estratificación, multietapas y probabilidades de inclusión no uniformes. A causa de ello, las estimaciones producidas a partir de dichos datos están sujetas a errores muestrales. Se optó por no realizar desagregaciones territoriales en base a esta fuente, pero sí algunas desagregaciones socio culturales (etnicidad, género, entre otras). Se procesaron indicadores del Banco de Datos de Encuestas de Hogares (BADEHOG) de la CEPAL. Este emprendimiento reúne las encuestas de hogares de América Latina que los países utilizan para calcular de manera oficial la pobreza. Cuenta con un conjunto de indicadores estandarizados para las personas (características demográficas, educación, empleo e ingresos) y para el hogar (organización, jefatura, ingresos, tenencia de la vivienda y pobreza monetaria). Fueron procesados con STATA.
Análisis de resultado. La importancia de leer los datos más allá de los promedios nacionales
El análisis de los resultados resultó en un documento pronto a publicarse en conjunto CEPAL-OTCA. Podemos adelantar que, para cada una de las dimensiones propuestas, el trabajo intentó mostrar las brechas sociodemográficas existentes entre la Región Amazónica y la no amazónica de cada uno de los países: mayor precariedad en las condiciones de vida; menor acceso a agua potable y saneamiento; mayor nivel de trabajo infantil; para mencionar algunos ejemplos. Esto podría considerarse un patrón común que atraviesa a todos los países, ubicando a la región Amazónica en una clara desventaja, en comparación a la no amazónica.
Los indicadores de desarrollo de los ocho países, basados en promedios nacionales, esconden una realidad, la de la Región Amazónica, que es necesario visibilizar ya que los patrones de desigualdad se reproducen a lo largo de todas las dimensiones analizadas. De esta manera, los indicadores nacionales carecen de sentido si no son acompañados de medidas que muestren las grandes brechas existentes entre la población amazónica y la no amazónica.
Por otra parte, al profundizar en cada dimensión, el análisis se enfoca en la Región Amazónica. Así, el denominador común de precariedad de la Región Amazónica se agudiza al interior de la región, donde se producen y reproducen otras brechas sociomodegráficas (entre poblaciones indígenas, Afrodescendientes, mujeres y hombres) y territoriales que obstaculizan avanzar hacia un desarrollo sostenible.
Conclusiones
Este estudio ha sido una primera aproximación a sistematizar la medición de vulnerabilidades en la región amazónica partir de fuentes de datos poblacionales existentes en todos los países permitiendo así su comparabilidad. Es importante complementar con otras dimensiones y fuentes de información, que permitan captar situaciones vinculadas a la salud (estado de salud y acceso al sistema de salud), la nutrición, la salud sexual y reproductiva, la fecundidad deseada, el derecho a la identidad, las violencias, entre otras temáticas, posibles de conocer en base a otras fuentes de datos que actualmente producen los países y que resultan clave para avanzar en el desarrollo de la región.
Antes de finalizar, es importante mencionar la necesidad de actualización periódica del sistema de indicadores, de manera de visibilizar avances en relación a la evolución y avance sobre la reducción de las brechas sociodemográficas, como resultado de las políticas públicas de los países y la cooperación internacional para avanzar en el cumplimiento de los compromisos asumidos en relación a las agendas de desarrollo.
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[1] Estas magnitudes deben tomarse con cautela porque en algunos casos pueden estar representando pisos mínimos poblacionales, ya que, si bien los censos de población han avanzado progresivamente en la inclusión de estos pueblos, persisten las subestimaciones.