Comunicado de imprensa
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, recalcó hoy que reconstruir mejor en la región significa hacerlo con igualdad y sostenibilidad ambiental, asegurando que nadie quede atrás, durante un evento internacional de alto nivel organizado por el SDG Lab de la Sede de las Naciones Unidas en Ginebra.
En el evento titulado “Desigualdades y la Economía Informal. Pasando de la crisis a la resiliencia de largo plazo” (“Inequalities and Informal Economy. Moving from crisis to long-term resilience”), Alicia Bárcena fue una de las oradoras principales, junto con Tatiana Valovaya, Directora General de ONU-Ginebra, y Guy Ryder, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También participaron los representantes de Jordania, Mohammad Mazen Suleiman, Asesor para migrantes y trabajadores refugiados; de Portugal, Henrique Barros, Jefe del Consejo Nacional de Salud de Portugal y Director del Instituto de Salud Pública; y de Sudáfrica, Kate Philip, Jefa del Pilar de Crecimiento Inclusivo de la Iniciativa Presidencial para el Empleo de los Jóvenes.
En su presentación, Alicia Bárcena recordó que América Latina y el Caribe tiene los niveles de desigualdad de ingresos más altos del mundo y se caracteriza por sus desigualdades en múltiples dimensiones relacionadas con el género, la edad, el territorio, la raza, el estatus migratorio, e incluso la riqueza, entre otras. Además, indicó que el 54% de la población vive en la informalidad, es decir, trabaja sin ninguna clase de protección social. En este ámbito, las mujeres son el grupo más afectado ya que tienen la mayor probabilidad de caer en el desempleo, agregó.
“La igualdad es una declaración política. Tenemos que huir de la cultura del privilegio, que naturaliza las desigualdades y hace creer que las personas no son iguales. Necesitamos un nuevo pacto social, un nuevo Estado de bienestar que consagre la protección social universal, con acceso a sistemas de salud de calidad, y reconstruir con igualdad y sostenibilidad”, declaró Bárcena.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL enfatizó también que la pandemia está golpeando con dureza a los grupos más vulnerables, en especial a los más pobres de la región. Según cálculos de la Comisión, en 2020 la pobreza en América Latina y el Caribe se elevará al menos 4,4 puntos porcentuales (28,7 millones de personas) comparado con el año anterior, lo que llevará a que el número total de personas viviendo en situación de pobreza hasta los 214,7 millones (34,7% de la población regional). Además, debido a la contracción estimada de la economía de -5,3%, se prevé un aumento de casi 12 millones de desempleados.
Además, América Latina y el Caribe es considerada una región de ingresos medios, pero no tiene una clase media fuerte. Grandes sectores viven en una inseguridad financiera crónica y son muy vulnerables a la pérdida de ingresos laborales, enfatizó.
“La región no debe volver a su anterior modelo de desarrollo. Se necesita adoptar un nuevo grupo de políticas articuladas que incluyan un gran impulso ambiental en tres dimensiones: social (con igualdad), económica (con aprendizaje tecnológico y transformación productiva) y ambiental (con protección del medio ambiente para las actuales y futuras generaciones)”, dijo Bárcena.
Durante su participación, la alta funcionaria de las Naciones Unidas se refirió también a las acciones globales para conseguir una vacuna contra el coronavirus y cómo podría financiarse. Al respecto explicó que los esfuerzos coordinados a nivel mundial para conseguir este objetivo son esenciales y recordó que el Secretario General de las Naciones Unidas (António Guterres) ha señalado que una vacuna debe ser tratada como un bien público global que esté disponible para todos, es decir, que sea una “vacuna del pueblo”. “Todos sin excepción, en todas partes, deben tener acceso a una eventual inmunización contra el COVID-19”, indicó Bárcena.
En el evento, Alicia Bárcena destacó además las oportunidades que ofrece la pandemia a los gobiernos para construir un futuro más sostenible, con empleos. En este sentido, realzó las posibilidades de creación de trabajo que ofrece el sector energético con las nuevas energías renovables, así como el sector de la economía del cuidado -que ha crecido sustancialmente debido a la actual crisis sanitaria- y la construcción de infraestructura para propiciar nuevas formas de movilidad, entre otros ejemplos.
“Hay una gran oportunidad después del COVID-19 ya que nos ha evidenciado las brechas estructurales de nuestra región. Por eso es tan importante reconstruir mejor y asegurar que haya un Estado social, no uno autoritario. Debe haber un futuro con empleos, con trabajo con derechos. Eso es lo que estamos buscando”, señaló finalmente.