Descrição
La producción industrial de derivados del tomate y el cultivo del camarón son dos segmentos de la industria agroalimentaria cubana que han transitado históricamente por sendas productivas muy distintas. Si bien se trata de producciones de naturaleza muy diversa, con antecedentes, estructuras, coyunturas y perspectivas distintas, ambas ramas son representativas de una realidad heterogénea de la industria agroalimentaria cubana. En un extremo se encuentran las industrias maduras, de lento crecimiento, baja productividad, alta generación de empleo, caracterizadas por un bajo ritmo de cambio tecnológico e innovación, que sustituyen importaciones en alguna medida y ofrecen bienes de consumo esencial a la mayoría de la población. Es el caso, precisamente, de buena parte de la producción industrial-alimentaria de Cuba y, en particular, de la industria de conservas de tomate. En el otro extremo se encuentra un segmento menos amplio, que crece a un ritmo mayor que la economía, invierte en tecnología e innovación, con exportaciones netas positivas, que contribuyen a paliar la restricción del sector externo y que, justamente por lo anterior, muestran un dinamismo de la productividad y la eficiencia superior al primer segmento. La industria del cultivo del camarón pertenece a este segundo grupo. Para el caso cubano resulta conveniente estudiar ambos tipos de cadenas, representativas de realidades diversas, pero igualmente trascendentes para el desarrollo industrial de un país que integra lo económico y lo social de manera simultánea en el diseño y la ejecución de las políticas públicas. Es decir, no prima el criterio económico sobre el social (como suele suceder en otras economías de la región), sino que se consideran las consecuencias de una determinada política pública en el bienestar social. En alusión a la propuesta de cambio estructural progresivo que ha lanzado la CEPAL, el caso cubano incluye en la ecuación a la progresividad social de las políticas, además de la económica.