Descrição
Resumen
Frente a una elevada y persistente desocupación, y significativas
dificultades de los países de América Latina para sostener un patrón
de crecimiento económico sostenido en las dos últimas décadas, el
problema de la protección frente al desempleo ha sido uno de los
principales temas que ha concentrado la atención de los gobiernos, y
se ha instalado como uno de los objetivos de las políticas públicas. Sin
embargo, debido a que las economías latinoamericanas exhiben una
significativa segmentación derivada de la existencia de un sector
informal, que bordea en promedio el 47% del empleo no agrícola, así
como por la existencia de un segmento de trabajadores que presenta
una alta inestabilidad en sus ocupaciones, la búsqueda de soluciones
eficaces en esta materia enfrenta particulares grados de complejidad.
En efecto, y no obstante el marcado esfuerzo de los últimos
años en la Región por desarrollar nuevas herramientas para
proporcionar una mayor protección a quienes pierden su empleo y
buscan su reinserción laboral, y que van desde los tradicionales
esquemas de indemnizaciones por despido o seguros de desempleo
hasta la creación más reciente de cuentas de ahorro individual, los
resultados siguen siendo modestos, lo que se expresa en una baja
cobertura de trabajadores protegidos. El análisis del instrumental
disponible sugiere que ello sería la consecuencia directa del uso de
diseños convencionales que suponen la existencia de relaciones
laborales formales y relativamente estables, y requieren además que el
desempleo se mantenga dentro de rangos compatibles con las
posibilidades de financiamiento contributivo, y que su duración no sea
prolongada.
En definitiva, avances significativos de la protección frente al desempleo están
condicionados no sólo a la incorporación de programas no contributivos que permitan ampliar la protección a grupos no considerados en los diseños convencionales, sino que también con la aplicación de políticas activas de mercados de trabajo, ya que en estos casos las condiciones de elegibilidad no están definidas como una contrapartida de una relación asalariada formal sino que, precisamente, obedecen al criterio de favorecer a quienes no cuentan con ella. Y es esta combinación entre políticas activas y pasivas, la que presenta el potencial de lograr resultados mayores que el posible de obtener con cada instrumento individualmente considerado, teniendo en cuenta que la combinación óptima de ellos, dependerá de las características económicas e institucionales de cada uno de los países.