Comunicado de imprensa
Hace un siglo, cuando el mundo conmemoró por primera vez el Día Internacional de la Mujer, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer eran ideas bastante radicales. En este centenario celebramos los notables progresos que se han hecho gracias a una promoción enérgica de éstas ideas, la adopción de medidas prácticas y la formulación de políticas progresistas. A pesar de ello, son demasiados los países y sociedades en los que la mujer continúa siendo un ciudadano de segunda clase.
Aunque se está cerrando la brecha de género en la educación, existen diferencias muy grandes dentro de los países y entre ellos, y son demasiadas las niñas a quienes se les niega el acceso a los estudios, los abandonan antes de tiempo o los terminan con pocas aptitudes y menos oportunidades. Las mujeres y las niñas también continúan sufriendo una discriminación y violencia inaceptables, a menudo a manos de sus parejas o familiares. En el hogar y en la escuela, en el lugar de trabajo y en el seno de la comunidad, ser mujer significa demasiado a menudo ser vulnerable. Y en muchas zonas en conflicto se usa la violencia sexual de forma deliberada y sistemática para intimidar a mujeres y comunidades enteras.
Mi campaña Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres, junto con su Red de hombres líderes, se está esforzando por poner fin a la impunidad y por cambiar las ideas. También está aumentando la determinación internacional de castigar y prevenir las agresiones sexuales durante los conflictos y de promover la aplicación de la resolución fundamental 1325 (2005) del Consejo de Seguridad sobre la mujer, la paz y la seguridad, que destaca la importancia de promover la participación de la mujer en todos los aspectos del mantenimiento y la consolidación de la paz.
Otro ámbito en el que es urgente hacer progresos considerables es el de la salud de las mujeres y los niños. En la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio celebrada en septiembre de 2010 se reconoció la importancia crucial de esta cuestión, y los Estados Miembros y la comunidad de donantes han prometido apoyar firmemente mi estrategia global para salvar vidas y mejorar la salud de las mujeres y los niños durante los próximos cuatro años.
En cuanto a la adopción de decisiones, un mayor número de mujeres en un mayor número de países están ocupando escaños en los parlamentos. Sin embargo, menos del 10% de los países tienen jefas de Estado o de gobierno. Incluso en los países en los que las mujeres ocupan cargos destacados en la vida política, las mujeres suelen estar muy poco representadas en otros ámbitos de la adopción de decisiones, especialmente en los cargos más altos del mundo empresarial e industrial. Una iniciativa reciente de las Naciones Unidas, los Principios para el Empoderamiento de la Mujer, aceptada por más de 130 grandes empresas, intenta corregir este desequilibrio.
Las actividades del Día Internacional de la Mujer que se desarrollarán este año se centran en la igualdad de acceso a la educación, la formación y la ciencia y la tecnología. Los teléfonos celulares y la Internet, por ejemplo, pueden ayudar a las mujeres a mejorar la salud y el bienestar de sus familias, a aprovechar oportunidades para obtener ingresos y a protegerse de la explotación y la vulnerabilidad. El acceso a estos medios, con el apoyo de la educación y la formación, puede ayudar a las mujeres a romper el ciclo de la pobreza, a combatir la injusticia y a ejercer sus derechos.
Este año, la creación de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad entre los Géneros y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres) demuestra nuestra intención de profundizar este programa. Sólo cuando las mujeres participen plenamente y en pie de igualdad en todos los sectores de la vida pública y privada podremos esperar tener la sociedad sostenible, pacífica y justa prometida en la Carta de las Naciones Unidas.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas