El agua potable y la electricidad son servicios básicos que durante la crisis del COVID-19 demostraron ser esenciales para combatir sus impactos. Al mismo tiempo, representaron una oportunidad de inversión para impulsar la reactivación económica en los países de la región. Desde los primeros meses de 2022, estos sectores se encuentran especialmente amenazados debido al impacto de la guerra en Ucrania sobre el precio mundial de los combustibles fósiles, insumos básicos para ambos sectores, lo que junto al incremento de precios de aceites, cereales y fertilizantes derivan en aumento de la...