Historia Oral | El recorrido de José Besa en la Biblioteca de la CEPAL
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En esta entrevista de Historia Oral, José Besa recuerda sus cuatro décadas en la CEPAL: de mensajero de la biblioteca a custodio del archivo de Raúl Prebisch.

Como parte del proyecto Historia Oral de la CEPAL—impulsado por el equipo de la Biblioteca Hernán Santa Cruz—, continuamos compartiendo las voces que han dado forma a la memoria institucional de la Comisión. En este episodio, escuchamos a José Besa, quien ingresó a la CEPAL en 1952 y dedicó casi cuatro décadas a preservar y proteger el patrimonio intelectual de la institución, liderando la Biblioteca y a su equipo.
De mensajero a bibliotecario
José Besa comenzó su trayectoria en la CEPAL con solo 18 años, como asistente de biblioteca en Santiago. Recuerda cómo aquellos primeros días, organizando la correspondencia y cuidando la colección de la Biblioteca, despertaron una pasión que guiaría toda su carrera.
“Cuando llegué por primera vez a la CEPAL, trabajé como mensajero. Cada mañana recogía la correspondencia y luego pasaba horas en la Biblioteca, ordenando y limpiando la colección. Paso a paso fui ascendiendo: de asistente a bibliotecario, y finalmente Jefe de la Biblioteca. No era solo un trabajo: era una vocación que creció conmigo a lo largo de los años”, comparte Besa en el video.
La preservación del archivo de Raúl Prebisch
Al mirar atrás en su carrera, Besa recuerda una tarea especialmente significativa:
“Una de las tareas más significativas de mi carrera fue la salvaguarda del Archivo de Raúl Prebisch. A petición de su familia y de investigadores, organicé miles de documentos —escritos, discursos y recortes— que hoy constituyen una fuente esencial para académicos de todo el mundo. Proteger este legado fue tanto un honor como una responsabilidad.”
Raúl Prebisch fue un economista argentino, primer Secretario Ejecutivo de la CEPAL y uno de los principales pensadores sobre el desarrollo económico de América Latina.
Un libro para la institución
“En 1988, para conmemorar el 40º aniversario de la CEPAL, compilé y edité el volumen Antecedentes de la creación de la CEPAL. Para mí, este libro no fue solo una recopilación de documentos: fue una forma de asegurar que nuestra historia pudiera ser estudiada y recordada, incluso en tiempos difíciles en Chile cuando las reuniones internacionales estaban limitadas. El reconocimiento que recibió sigue siendo uno de los momentos más orgullosos de mi carrera”, recuerda.
El trabajo de Besa ayudó a resguardar la memoria institucional de la CEPAL, ofreciendo a investigadores y responsables de políticas un registro fundamental de los primeros esfuerzos de la organización por dar forma al desarrollo de América Latina.
Recuerdos de colegas y líderes
Al reflexionar sobre su tiempo en la CEPAL, Besa destaca a las personas que marcaron tanto su carrera como a la institución misma:
“A lo largo de los años, tuve el privilegio de trabajar con colegas y líderes destacados: Raúl Prebisch, Hernán Santa Cruz, Gert Rosenthal, Enrique Iglesias y muchos otros. Cada encuentro me recordó que la CEPAL era más que una institución: era una comunidad de personas comprometidas con el desarrollo y el conocimiento”.
Protegiendo el legado de la CEPAL en tiempos difíciles
Sus décadas en la CEPAL no estuvieron exentas de desafíos, pues crisis políticas y ambientales pusieron a prueba tanto a la institución como a su personal.
“Mi paso por la CEPAL también estuvo marcado por desafíos: convulsiones políticas, desastres naturales y momentos de incertidumbre. Recuerdo los días del golpe de 1973 en Chile, cuando el personal tuvo que abandonar el edificio de manera abrupta. Y en 1982, cuando las inundaciones dañaron parte de nuestras instalaciones, trabajamos incansablemente para proteger los documentos y evitar su pérdida. Estos momentos me demostraron la resiliencia de nuestro personal y la importancia de salvaguardar nuestros archivos”, comparte Besa en la entrevista.
Estas experiencias revelan no solo los desafíos que enfrentó la CEPAL, sino también la dedicación y la resiliencia de quienes trabajaron por proteger su memoria institucional.
Un mensaje para las futuras generaciones
“Al mirar hacia atrás, dudo en dar consejos, porque los tiempos son distintos. Pero sí diré esto: trabajar en la CEPAL es un privilegio. A lo largo de mis años aquí, vi entusiasmo, compromiso y un sentido de propósito que nos sostuvo en las dificultades. Espero que las nuevas generaciones continúen valorando esta institución y el conocimiento que resguarda”, concluye Besa.
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