Comunicado de imprensa
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) valoró hoy la condena definitiva de la Corte Suprema de Chile por el homicidio de Carmelo Soria, economista y diplomático español, funcionario del organismo regional de las Naciones Unidas, que fue secuestrado, torturado y luego asesinado por agentes de la dictadura el 16 de julio de 1976.
Entre los condenados se encuentran seis exagentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y dos exintegrantes del Ejército.
El fallo de la Justicia chilena afirma que Carmelo Soria “fue privado de su libertad por agentes armados de la DINA, los que lo trasladaron a un lugar oculto, donde se le mantuvo por horas vendado y amarrado, siendo sometido a interrogatorio bajo apremios físicos que le produjeron la muerte, de manera que resulta claramente identificable que los agentes realizaron dos cúmulos de acción ilícitas, completamente diversas, las primeras realizadas con el propósito de privar de libertad al Sr. Soria Espinoza, en tanto que las segundas, fueron perpetradas para ocasionarle la muerte”.
La CEPAL valora los esfuerzos desplegados por la familia de Carmelo Soria, la sociedad civil, las organizaciones de defensa de los derechos humanos y la justicia chilena, que permitieron determinar la verdad y la justicia en torno a su secuestro y posterior asesinato.
A 47 años de su muerte, la Comisión rinde un sentido homenaje y reafirma que el respeto por la memoria y el compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia son esenciales para el pleno desarrollo de los pueblos.
El conjunto de los antecedentes que acopió la CEPAL sobre el caso que investigó el asesinato de Carmelo Soria fueron donados al acervo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, donde se encuentran disponibles para la consulta de todos y todas.
La memoria y la presencia de Carmelo Soria acompañan siempre el quehacer de la CEPAL, en cuya sede está erigida una placa con su nombre, como mudo testigo de su ausencia.