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“La recuperación de América Latina y el Caribe pospandemia será feminista o no será”, dijo este martes Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante la cuarta edición de la Jornada Internacional Mujeres que Hacen e Inspiran (Beijing+25), organizada por Fundación Global, una organización sin fines de lucro basada en Argentina.
“El papel del Estado y las políticas públicas serán fundamentales para generar una economía del cuidado, que es clave en la recuperación. Para ello se va a requerir un pacto fiscal con foco en las mujeres, reorientando recursos a la inversión, a la creación de empleo y a la inclusión digital y financiera de las mujeres”, enfatizó la máxima representante de la CEPAL.
Bárcena abogó especialmente por la construcción de sistemas integrales de cuidado y que se considere al trabajo de cuidado como un bien público.
La Secretaria Ejecutiva participó en el panel “Más mujeres más economía: la gestión en tiempos de pandemia”, con Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB); Silvia Tenazinha, Gerente Principal de Banca Comercial Santander Río; Claudia Álvarez Argüelles, CEO de Alvarez Argüelles Hoteles; y Cecilia Nahón, Representante de Argentina y el Cono Sur del Banco Mundial y Ex Embajadora Argentina en los Estados Unidos, con la moderación de Fabiana Ricagno, Abogada, Empresaria y Líder de la Iniciativa Pollera Pantalón.
Junto con resaltar que la pandemia ha visibilizado y seguramente va a profundizar los nudos estructurales de la desigualdad de género en la región, Bárcena subrayó el importante rol que las mujeres pueden jugar en la actual etapa de convivencia con el virus y de transición hacia el eventual logro de una vacuna, para llevar adelante hábitos de prevención y cuidado de la salud, sin que ello signifique una sobrecarga de trabajo y pérdida de su autonomía.
“Estamos frente a un modelo de desarrollo que se asocia a la concentración de la riqueza, a la desigualdad, al deterioro ambiental y a la postergación de la autonomía de las mujeres, tanto en el ámbito físico como político y económico”, dijo la máxima representante de la CEPAL.
“En nuestra región, el PIB (producto interno bruto) va a caer -9,1%, el desempleo va a llegar a 44 millones de personas, la pobreza va a aumentar hasta llegar a 230 millones de personas (de los cuales 118 millones van a ser mujeres) y, sobre todo, la sobrecarga del trabajo de cuidados se va a concentrar en los hogares más pobres”, detalló.
Una de cada tres mujeres de la región no tiene ingresos propios y la crisis derivada del COVID-19 puede significar un retroceso de más de 10 años en la participación de las mujeres en el mercado laboral, aseguró Bárcena, ya que los sectores de riesgo alto concentran alrededor de un 57,2% del empleo de las mujeres (frente a un 40,3% del empleo de los hombres).
Se proyecta, además, el cierre de más de 2,7 millones de microempresas formales en la región, con gran impacto para las mujeres comerciantes y productoras, dijo.
En la región se ha avanzado en políticas, pero debemos concentrar más el apoyo hacia las mujeres, sostuvo Bárcena.
“Necesitamos un pacto social, una transformación cultural ante esta crisis civilizatoria que nos está mostrando que lo más importante es la infraestructura básica de la vida: la salud, la nutrición, la educación. Somos las mujeres quienes damos esta infraestructura, por eso es necesario crear una sociedad del cuidado. Hay que tomar medidas muy concretas, por ejemplo, garantizar un ingreso básico a mujeres en situación de pobreza que están en la economía del cuidado, comenzando con el primer y segundo quintil, y al menos garantizar un salario mínimo a las y los trabajadores en servicios esenciales, lo que puede realmente impulsar el PIB”, concluyó.