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Infancia afrodescendiente en Colombia

30 de setembro de 2019|Nota informativa

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niña escolar afrodescendiente saltando
© UNICEF Chile/2019/E. González

DORA INÉS VIVANCO JULIO
Maestrante en Gerencia para el Desarrollo, Consultora e Investigadora

"Mamá yo quiero salir a jugar con mis amigos (…)
A la lleva y al quemado, jugando mamá jugando
Jugué a la gallina ciega, jugando mamá jugando”.

Zully Murillo, Jugando

La oralidad de los pueblos afrocolombianos recoge tradiciones con las que han crecido niños y niñas afro que, desde las diferentes regiones, comparten elementos simbólicos e historias que denotan la conexión con ríos y mares en torno a los cuales, hace siglos, los ancestros cimarrones [1] constituyeron Palenques como territorios libres de la trata esclavista. Estos territorios aún conservan grandes riquezas y recursos naturales de los cuales los pueblos afrodescendientes son salvaguarda dada la historia, la espiritualidad y el vínculo con sus ancestros. Esta sabiduría se ha transmitido por generaciones a través de los cuentos de las y los mayores, de la medicina tradicional, la partería (reconocida hoy como patrimonio cultural e inmaterial), las lenguas criollas (creole y palenquero) y las rondas infantiles, arrullos y alabaos que perviven en las familias extensas conformadas por padres, abuelos, primos, tíos, compadres, vecinos y amigos que tejen lazos de hermandad y solidaridad a lo largo de la vida.

Pero estas familias extensas han ido cambiando. Si bien los procesos de pervivencia y resistencia han posibilitado mantener las tradiciones y defender el territorio, la violencia a causa del conflicto armado ha conllevado explotación, despojo y desplazamiento forzado. Niñas, niños y jóvenes afrodescendientes han sido afectados de manera desproporcionada. Tal y como reconoce la Comisión de Seguimiento del Auto 005 de la Sentencia T025 de la Corte Constitucional, la población afro representa el 22,5% (con un subregistro aproximado del 12%) del total de víctimas -que hoy son ya 8.8 millones a 2019- y alrededor del 52% de este total son niños, niñas y adolescentes. No existe a la fecha desagregación étnica de esta cifra (CODHES, 2013). Las cifras del censo de 2005 reportadas por el DANE indican que los afrocolombianos eran el 10,6% de la población colombiana (DANE, s/f) [2].

Con el despojo de los territorios colectivos, las niñas y niños afrodescendientes experimentan cambios en su estilo de vida y arriban a ciudades donde su cultura no es comprendida y su etnicidad (el color de la piel, el cabello rizado y los dialectos) no se reconoce como riqueza,  sino como un factor diferenciador que es recalcado desde el rechazo, la segregación y los comportamientos racistas. Esta situación no solo la viven quienes se desplazan, sino también los que nacen en esas ciudades. Se observa también que la malnutrición materno-infantil, la desescolarización, el reclutamiento armado infantil y las afectaciones psicosociales se han incrementado.  A pesar de que en Colombia la diversidad étnica y cultural se reconoce como principio fundamental del Estado Social y Democrático de Derecho, frente a la estigmatización de las costumbres, saberes ancestrales y la cultura hay pérdida de la identidad. Por lo tanto, la memoria colectiva se ha debilitado y aún es invisible en la historia de construcción de la nación.

Entre los  grandes desafíos de Colombia para reconocer y garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes afrodescendientes se pueden mencionar:

  • Implementar un plan de acción estructural del Decenio Internacional para los Afrodescendientes.
  • Garantizar cifras estadísticas desagregadas étnicamente y con análisis intersectorial.
  • Desplegar políticas públicas con enfoque étnico afro, con indicadores, metas y presupuestos.
  • Fortalecer la estructura institucional con oferta y redes interorganizacionales con las diferentes expresiones organizativas afrocolombianas, garantizando su gobernanza como pueblo étnico.
  • Promover el autorreconocimiento étnico y el empoderamiento de los derechos colectivos de la infancia afro (Convenio 169 de la OIT). Se resalta el trabajo de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA) que ha trazado lineamientos e incidido en la agenda nacional para la protección integral de los derechos de la infancia afro y ha co-creado material lúdico -pedagógico con niños y niñas.
  • La agenda 2030 marca un horizonte. Es fundamental abrir espacios y ser puentes para que sean los niños, niñas y jóvenes afro los gestores de su desarrollo, de manera que el goce efectivo de sus derechos deje de ser un privilegio.

 

Bibliografía

CODHES (Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento) (2013), Reparación integral a pueblos y comunidades afrocolombianas. Informe sobre el proceso de consulta previa y construcción del Decreto Ley 4635 de 2011, relativo a la asistencia, atención y reparación integral y restitución de tierras de las víctimas de comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. Documento CODHES N° 27, Bogotá. Disponible [en línea] 

DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) (s/f), “La visibilización estadística de los grupos étnicos colombianos”, Bogotá. Disponible [en línea]

CEPAL/OPS/UNFPA/RMAAD (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización Panamericana de la Salud/Fondo de Población de las Naciones Unidas/Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora)(2017), Situación de las personas afrodescendientes en América Latina y desafíos de políticas para la garantía de sus derechos (LC/TS.2017/121), Santiago.


[1] Desde el siglo XVI se utilizaba esta denominación para señalar a las personas esclavizadas que se refugiaban en esos espacios y luchaban contra el régimen esclavista (CEPAL/OPS/UNFPA/RMAAD, 2017).

[2] Los resultados del censo 2018 estarán disponibles en el mes de septiembre próximo.