Comunicado de imprensa
The fourth industrial revolution underway is forcing a rethinking of the role of micro, small and medium-sized enterprises (MSMEs) in Latin America and the Caribbean and requires policies that enable the development of capacities to successfully compete in today’s productive systems, which are characterized by their dynamism, experts agreed during a meeting organized by the Euromipyme project in Mexico City.
La cuarta revolución industrial en curso obliga a repensar el rol de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de América Latina y el Caribe y a generar políticas que les permitan desarrollar capacidades para competir exitosamente en los actuales sistemas productivos, caracterizados por su gran dinamismo, coincidieron especialistas en un encuentro organizado por el proyecto Euromipyme en Ciudad de México.
El Seminario regional América Latina y Europa ante la disrupción tecnológica: una nueva era de políticas e instituciones para las mipymes fue inaugurado hoy en México con la participación de Susana Duque, Directora General de Programas de Desarrollo Empresarial del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) de México; Rosario Paz, Primera Vicepresidenta de la Cámara de Industria, Comercio, Servicio y Turismo (CAINCO) de Bolivia; Dirk Niehaus Meinert, Presidente de la Junta Directiva de la Eurocámara; Klaus Rudischhauser, Embajador de la Unión Europea en México; y Mario Cimoli, Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL.
Los representantes destacaron, en primer lugar, la importancia del proyecto Euromipyme, desarrollado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Unión Europea, que busca acelerar los aprendizajes institucionales en materia de micro, pequeñas y medianas empresas, y llamaron a seguir profundizando la cooperación entre ambas regiones tomando en cuenta la rápida transformación tecnológica observada en el mundo.
También plantearon la necesidad de fomentar el diálogo público-privado para que las mipymes puedan adoptar nuevas tecnologías y desarrollar la innovación en el marco de la llamada industria 4.0, dominada por sistemas ciberfísicos, productos inteligentes y la irrupción de la Internet de las cosas, la hiperconectividad y la analítica de grandes datos.
“Estamos en una nueva etapa en la organización de la producción en el mundo”, alertó Mario Cimoli durante su presentación. América Latina y el Caribe está retornando a tasas positivas de crecimiento, pero aún hay grandes desafíos en materia de inversión y productividad, dijo. “La falta de competitividad de la industria se refleja en déficits comerciales importantes en maquinaria, equipo, insumos intermedios y bienes de consumo”, indicó.
Las mipymes generan más del 60% del empleo en América Latina y Latina, pero son responsables de solo el 28% del producto interno bruto (PIB) y apenas 8,4% de las exportaciones.
“Falta una estrategia de fomento industrial que defina el rol de las mipymes en América Latina y el Caribe. Es necesario impulsar la construcción o consolidación de sistemas productivos innovadores que integren a estas empresas”, sostuvo Cimoli, quien aseguró que la construcción de ciudades inteligentes -por nombrar un elemento catalizador- puede acelerar su digitalización.
Se requiere mayor coordinación entre las políticas dirigidas a las mipymes, en particular las de promoción de exportaciones, capacitación y apoyo a la gestión, insistió el funcionario de la CEPAL.
Durante el evento, que finaliza el miércoles 11 de octubre, también se subrayó el papel que están jugando los centros de tecnología avanzadas (CTA) y los centros de desarrollo empresariales, de carácter público-privado, orientados a empresas de menor tamaño.
El proyecto “Mejores políticas para las micro, pequeñas y medianas empresas en América Latina”, conocido como Euromipyme, busca mejorar las políticas de las mipymes a nivel nacional, subregional y regional en los países de América Latina para fomentar el crecimiento económico inclusivo, generando aumentos en la productividad y reduciendo la pobreza.
La iniciativa abarca a 18 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.