El trabajo es la llave maestra de la igualdad, eje de la integración social y económica, la superación de la pobreza, y el mecanismo clave para la recuperación transformadora. Sin embargo, el mundo del trabajo también puede producir y exacerbar desigualdades. En este sentido, es imperioso que la inclusión laboral se dé en condiciones de trabajo decente, donde los ingresos laborales y de las pensiones contributivas superen la línea de la pobreza, en línea con el Objetivo 8 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (“Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”) y con la Agenda Regional de Desarrollo Social Inclusivo aprobada por los Estados miembros de la CEPAL.