Descripción
La presente publicación es un aporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en respuesta a la solicitud del Gobierno de México, al quinto Foro Ministerial del Arco del Pacífico Latinoamericano y complementa el informe previo presentado a la cuarta reunión de dicho foro celebrada en Santiago en octubre de 2008. Este documento tiene por objeto brindar a los gobiernos una perspectiva actualizada del impacto de la crisis financiera internacional, tanto en los países asiáticos como en los latinoamericanos, sus implicancias para los futuros vínculos económicos y comerciales, y los esfuerzos destinados a lograr una mayor complementariedad productiva y comercial entre ambas regiones después de la crisis. La crisis económica global ha afectado fuertemente el comercio internacional, la inversión extranjera directa y los créditos bancarios privados, esbozando en el corto plazo un escenario de parcial desglobalización. Las tendencias previas, de mayor dinamismo, demorarán un par de años en restablecerse, pero lo más probable es que esta desglobalización sea transitoria, pues primarán las tendencias estructurales del intenso cambio tecnológico y su más rápida aplicación a las actividades productivas, ámbito en que las economías asiáticas cuentan con ventajas competitivas particulares. Por ende, en la etapa posterior a la crisis será necesario actualizar los modelos de negocios productivos y de comercio exterior. La reacción defensiva de las empresas en el corto plazo frente a la crisis, enfocada principalmente a la reducción de los costos, la postergación de las inversiones, el recorte del horizonte de sus decisiones y la protección de sus principales mercados y clientes, además de considerar adecuadamente las oportunidades que se presentan, debería ir acompañada de medidas para reformular el modelo de negocios a largo plazo. Es deseable detectar y aprovechar las nuevas oportunidades y utilizar las nuevas herramientas tecnológicas y de organización empresariales que podrían ayudar a redefinir las ventajas competitivas de las empresas. En ese sentido, el fortalecimiento de las alianzas público-privadas orientadas a estimular la innovación y el desarrollo exportador podría ser un importante catalizador del nuevo crecimiento después de la crisis. Desde esa perspectiva, Asia-Pacífico ofrece a América Latina y el Caribe grandes oportunidades y formidables desafíos. La región de Asia-Pacífico volverá a ser la más dinámica en la economía mundial, en términos de crecimiento, comercio internacional, inversión extranjera directa, innovación tecnológica y fuente de recursos financieros para mantener los equilibrios internacionales, y se consolidará como centro fundamental en la economía mundial del siglo XXI. Como consecuencia de la crisis global, China, la India y el resto de Asia pasarán a ser la principal fuente de crecimiento de las exportaciones de América Latina y el Caribe. La posibilidad de establecer vínculos estratégicos con estas economías ha sido poco explotada, hasta ahora, por la mayoría de los países del Arco del Pacífico Latinoamericano, salvo en el caso de algunos sectores de productos primarios. Por otro lado, el rol protagónico que juega Asia-Pacífico en la economía mundial obliga a América Latina y el Caribe a avanzar más rápido en la adaptación de nuevos modelos de negocios, competitividad, cambio tecnológico e innovación. Para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece la región de Asia-Pacífico, es necesario que las empresas regionales se inserten mejor en las cadenas asiáticas o globales de valor. Esta acción debería comenzar por aquellas actividades más ligadas a los principales productos de exportación, explorando sus eslabonamientos hacia atrás y hacia delante, y desarrollando ventajas competitivas en la ingeniería y la biotecnología asociadas al producto o en los servicios empresariales conexos. Esta mejor inserción en las cadenas asiáticas debería permitir una diversificación exportadora de México y de los países centroamericanos en manufacturas hacia mayor valor agregado y contenido tecnológico, facilitando así las inversiones birregionales en torno a una matriz de comercio con mayores interrelaciones, como la que muestran con las economías asiáticas. Un comercio más diversificado del Arco del Pacífico Latinoamericano con Asia-Pacífico abre más oportunidades de comercio intraindustrial y de inversiones recíprocas. En ese sentido, los países del Arco del Pacífico Latinoamericano deberían privilegiar estas líneas de trabajo, reforzando primero las alianzas productivas y la cooperación en negocios tecnológicos entre ellos, con miras a ir avanzando hacia vínculos más estrechos y funcionales con Asia-Pacífico, idealmente con una estrategia compartida. Esta cooperación dentro del Arco del Pacífico Latinoamericano bien puede contribuir a renovar el propio esfuerzo de integración regional, colocando el énfasis, por ahora, en aspectos de cooperación en infraestructura, conectividad, innovación y facilitación del comercio. El análisis se complementa con abundante material estadístico y gráfico, de fácil lectura, que ilustra las principales conclusiones del estudio, así como la magnitud de los desafíos que enfrentan los países del Arco del Pacífico Latinoamericano para mejorar su inserción en la economía global y los vínculos con las economías asiáticas. En el texto se exponen algunos de estos desafíos y se hace hincapié en las posibilidades de cooperación birregional en los ámbitos del comercio y la inversión, el desarrollo de la competitividad y la innovación. Por último, se destaca la importancia de trabajar en equipo para reforzar la cooperación dentro del Arco del Pacífico Latinoamericano con una visión de futuro compartida y con iniciativas concretas y evaluables que vayan testimoniando el interés genuino de los países por ir construyendo un vínculo estratégico y de beneficio mutuo con Asia-Pacífico, el continente del siglo XXI.