¿Qué mantiene unidas a las sociedades? ¿Qué identifica y motiva a las personas a convivir voluntariamente sin necesidad de una coerción externa permanente o de un interés material inmediato?
En tiempos de gran incertidumbre, de crisis en cascada y de desafíos a la sostenibilidad de las sociedades, la cohesión social adquiere una posición central en el camino de los países de América Latina y el Caribe hacia un desarrollo sostenible sin dejar a nadie atrás.
A un desempeño económico y social con modestos avances y algunos retrocesos en el desarrollo sostenible de América Latina durante los últimos años, se suma un elevado malestar social que ha llegado a manifestarse en desconfianza, polarización e incluso estallidos sociales, al tiempo que la pandemia de coronavirus inauguró una crisis sanitaria, social y económica cuyas secuelas aún se resienten.
Asimismo, múltiples conflictos políticos y también otros relacionados con el aumento de situaciones de violencia han provocado vulneraciones de derechos humanos en la región, al tiempo que el aumento de la movilidad migratoria interregional e intrarregional se ha vuelto fuente de tensión en muchos países. A este contexto se suman además las consecuencias, sobre todo para las poblaciones más vulnerables, de los efectos del cambio climático y los desastres naturales que afectan periódicamente a los países de la región.
Estas transformaciones e impactos alteran la cotidianeidad de las personas, las estructuras que conforman la sociedad y, por tanto, la cohesión social. De este modo, incorporar la noción de cohesión social en el horizonte de la agenda social tiene como objetivo incentivar la implementación de políticas que apunten al bienestar social y la gobernanza democrática que promuevan relaciones sociales de igualdad y el goce efectivo de derechos, y que construyan un sentido de pertenencia y una orientación al bien común sobre dicha base.
El proyecto
Desde 2018, la CEPAL, junto con el Centro de Formación de la Cooperación Española en Santa Cruz, Estado Plurinacional de Bolivia (CFCSZ), en el contexto de la iniciativa INTERCOONECTA (Plan de Transferencia, Intercambio y Gestión de Conocimiento para el Desarrollo de la Cooperación Española en América Latina y el Caribe), ha trabajado en el avance del análisis y la discusión de la cohesión social en la región. Esto se ha llevado a cabo de la mano de dos Proyectos de Conocimiento para el Desarrollo, “Análisis de la inclusión y la cohesión social en América Latina y el Caribe a la luz del pilar social de la Agenda 2030” (2018-2022) y “Políticas de cohesión social para un desarrollo social inclusivo en América Latina: seguimiento, desafíos y oportunidades en un contexto de incertidumbres” (2023-2025).
El objetivo del proyecto en curso es posicionar y promover la cohesión social dentro de la agenda social y de políticas públicas de la región, y darle seguimiento al marco de análisis, de medición y de políticas de cohesión social en América Latina. Se busca lograr dicho objetivo mediante: i) el análisis e intercambio de experiencias concretas respecto a políticas para la cohesión social y su institucionalidad; ii) la actualización y perfeccionamiento de los indicadores relativos a la medición de la cohesión social, y iii) el establecimiento de procesos de diálogo e intercambios de experiencias en la región que dialoguen con España y la Unión Europea, buscando enriquecer los debates y la agenda de políticas en América Latina.
Para ello, en el marco del proyecto se desarrollarán las siguientes acciones:
- Fomentar procesos de diálogo mediante laboratorios de ideas, intercambios de experiencias sobre políticas de inclusión y cohesión social, reuniones con gobiernos y actores sociales clave y la difusión de material innovador.
- Actualizar y ampliar la base de indicadores respecto a la medición de la cohesión social en la región para contar con un panorama vigente de la cohesión social.
- Ahondar en el análisis de políticas de cohesión social exitosas en la región y también en Europa, por medio de la elaboración de un documento que contenga experiencias innovadoras en las agendas públicas y sociales de ambas regiones respecto a cohesión social.
- Posicionar el análisis de la institucionalidad social como un eje central para comprender y avanzar hacia una mayor cohesión social, mediante la publicación de un estudio regional sobre institucionalidad social de las políticas sociales de cohesión social.
- Elaborar un segundo panorama regional de la cohesión social en América Latina y el Caribe, con base en una aproximación revisitada del concepto por medio de nuevos indicadores y datos actualizados al menos hasta el año 2022-2023, que tomen en cuenta el impacto de la pandemia y las crisis antes mencionadas.
El marco de análisis, de medición y de políticas sobre la cohesión social en América Latina
La cohesión social se entiende como la capacidad de una sociedad y sus instituciones democráticas de promover relaciones sociales de igualdad y generar sobre esa base un sentido de pertenencia y una orientación hacia el bien común de una forma percibida como legítima por sus miembros. Para ello requiere, en el marco de un Estado de derecho y una democracia de calidad, de la presencia de algunos elementos habilitadores: garantías de bienestar, la promoción activa de una cultura de la igualdad y mecanismos para la reducción de las desigualdades, de reconocimiento, de participación y para la resolución pacífica de conflictos y de adaptación a los cambios.
A su vez, las políticas de cohesión social son aquellas que contribuyen a fortalecer tales elementos habilitadores, o bien a mitigar los impactos negativos de numerosos factores disruptivos que los afectan. En esa tarea intervienen varios sectores de política pública, ocupando un lugar central los sistemas de protección social y desarrollo de capacidades humanas, las políticas de inclusión social y laboral, y las políticas de acción afirmativa y las políticas antidiscriminatorias. En el ámbito de la gobernabilidad democrática, destacan los mecanismos de reconocimiento, participación y resolución de conflictos, así como las políticas de gobierno abierto y participativo y los mecanismos de rendición de cuentas y de la eficiencia en todos los niveles.
El marco de medición combina indicadores nacionales cuantitativos y cualitativos de forma sistemática y se organiza en tres pilares (brechas de inclusión social y laboral, brechas de institucionalidad y brechas de pertenencia) que intentan dar cuenta de las múltiples dimensiones de la cohesión social, desde la presencia de garantías de bienestar y de una democracia de calidad hasta la presencia de relaciones sociales de igualdad y confianza.