Los países de América Latina y el Caribe afrontaron la pandemia de COVID-19 con sistemas de salud que ya presentaban importantes debilidades estructurales. La población de la región enfrentó, y aún enfrenta, diversos obstáculos para acceder a los servicios de salud debido a sistemas de salud subfinanciados, segmentados y fragmentados que tienen dificultades de coordinación y organización, reproduciendo así las desigualdades (CEPAL, 2022). La crisis gatillada en la región por la pandemia puso de manifiesto estas carencias estructurales, así como las dificultades de coordinación que tiene este sector con los sistemas de protección social. La pandemia y la subsecuente crisis pusieron al descubierto estas debilidades, además de profundizarlas, y aumentaron las dificultades para acceder a la salud de manera oportuna, especialmente para quienes viven en condiciones vulnerables. Considerando que la salud es fundamental para el desarrollo social inclusivo, para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico, la CEPAL ha señalado la centralidad invertir en sus sistemas de salud para garantizar el derecho a la salud de la población y lograr sociedades saludables. En línea con este llamado a los países de la región, este proyecto tiene como objetivo mejorar la capacidad de países de América Latina y el Caribe, específicamente Chile, Colombia, Guatemala y México, para diseñar, adaptar e implementar marcos institucionales y de políticas para avanzar hacia sistemas de salud universales, integrales, sostenibles y resilientes, con el fin de disminuir las desigualdades en salud de la región.
El proyecto se implementará entre 2023 y 2026 e identificará las necesidades críticas pero específicas en los países que participen en el proyecto, centrándose en el desarrollo y fortalecimiento de capacidades de los funcionarios gubernamentales en áreas centrales como: i) implementar estrategias y políticas más efectivas para lograr la cobertura y el acceso universal a la salud en áreas institucionales críticas y específicas, como la salud mental, identificadas por los países desde una perspectiva de universalismo sensible a las diferencias, considerando las barreras que enfrentan grupos en situación de vulnerabilidad, como las personas con discapacidad u otros; ii) fortalecer el compromiso y/o consenso social para lograr gradualmente la cobertura universal de salud, y iii) mejorar la coordinación institucional dentro de los sistemas de salud y con los sistemas de protección social, especialmente para enfrentar los impactos de la pandemia y/o eventos catastróficos.
El proyecto es parte de la Cuenta de Desarrollo de la Secretaría de las Naciones Unidas, que es un programa de desarrollo de capacidades que tiene como objetivo mejorar las capacidades de los países en desarrollo en las áreas prioritarias de la Agenda de Desarrollo de las Naciones Unidas.
Antecedentes
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