En la apertura de la actividad participaron por parte del gobierno del Uruguay, Beatriz Ramírez Abella, Directora de INMUJERES y Laura Nalbarte, Directora del INE, quienes se refirieron a la importancia para las políticas públicas de esta segunda encuesta, luego de la primera Encuesta del Uso del Tiempo (EUT) realizada en 2007, en la generación de información sobre el trabajo no remunerado y uso del tiempo, visibilizando la desigualdad en la carga del trabajo doméstico y de cuidado entre hombres y mujeres, y según los distintos niveles de ingreso, ya que las mujeres pobres son las más afectadas. Pamela Villalobos, Oficial de Asuntos Sociales, en representación de la División de Asuntos de Género de CEPAL, destacó el trabajo exitoso y coordinado intersectorialmente en el gobierno, con la academia y las agencias participantes, finalmente analizando los próximos desafíos que incluyen mejorar el uso de la información proveniente de las Encuestas de uso del tiempo en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. Por otra parte, la presentación de los resultados estuvo a cargo de Diego Pieri, Jefe del Sistema de Información de Género del INMUJERES y los comentarios fueron realizados por la experta Karina Batthyany de FCS-UDELAR.
A partir de los resultados de la Encuesta de uso del tiempo relevada durante el 2013, se evidencia la permanencia de la división sexual del trabajo al interior de las familias. En este sentido, las mujeres tienen una carga de trabajo no remunerado que duplica las horas dedicadas por los varones, estando este trabajo relacionado con el cuidado y el trabajo doméstico.
Más aún, se demostró que si bien los hombres trabajan remuneradamente más horas que las mujeres, al incorporar las horas de trabajo no remunerado, las mujeres terminan teniendo una carga global de trabajo semanal significativamente mayor a la de los varones.
Comparando los resultados de esta encuesta con los datos registrados en la EUT 2007, se observa que mientras los hombres aumentaron levemente su participación en los trabajos no remunerados, esta sigue siendo la mitad que la participación de las mujeres, medida en horas. El involucramiento equitativo en el trabajo doméstico y de cuidados sigue siendo una gran deuda en las relaciones de género que implica nuevo trato entre hombres y mujeres, con un abordaje de la responsabilidad social del cuidado, así como la provisión de servicios públicos.