El evento, comenzó con una introducción al tema y destacó el papel transformador del tratamiento de aguas residuales en el contexto del cambio climático. Se abordaron los esfuerzos globales liderados por el PNUMA y otras entidades internacionales para resaltar las oportunidades de mitigación del cambio climático que pueden surgir de una gestión adecuada de las aguas residuales.
La participación de la Dra. Silvia Saravia Matus de la CEPAL se centró en compartir los resultados de un análisis exhaustivo sobre la implementación de prácticas de economía circular en plantas de tratamiento de aguas residuales de América Latina y el Caribe. En su presentación, la oficial explicó cómo menos del 50% de las aguas residuales de la región recibe tratamiento adecuado, lo que contribuye a altos niveles de contaminación, con el 25% de los ríos experimentando impactos severos. Este panorama, agravado por el creciente estrés hídrico en las áreas urbanas y las ineficiencias de infraestructura, subraya la necesidad de una transformación estructural en la gestión de recursos hídricos.
La Dra. Silvia Saravia Matus destacó un estudio realizado en 75 plantas de tratamiento en ciudades intermedias de países como México, Costa Rica, Colombia, Perú y Bolivia. Según el análisis, se requerirían inversiones de aproximadamente 250 millones de dólares para recuperar metano en estas instalaciones, lo que permitiría un ahorro energético anual estimado en 46 millones de dólares. Los cálculos sugirieron períodos de recuperación de seis años y una relación beneficio-costo positiva. Además, se expusieron los resultados de un proyecto similar en municipios más pequeños de México y El Salvador, donde inversiones más modestas de 5 millones de dólares demostraron ser altamente rentables con ahorros anuales significativos y períodos de recuperación inferiores a seis años.
La ponencia también destacó ejemplos concretos de implementación. El Salvador ha decidido avanzar en inversiones en plantas específicas evaluadas por la CEPAL, mientras que Colombia ha solicitado ampliar el estudio a 100 plantas adicionales en ciudades intermedias, en colaboración con el PNUMA. Estas iniciativas no solo apuntan a generar beneficios económicos, sino también a reducir la contaminación del aire y el agua, y a mitigar la pérdida de biodiversidad en la región.
El evento concluyó con un animado intercambio de preguntas y respuestas, donde los participantes discutieron la viabilidad de escalar estas soluciones y los retos para cerrar la brecha de capacidades técnicas y financieras en el sector. La Dra. Saravia subrayó la importancia de proporcionar evidencia sólida a los responsables políticos para acelerar la incorporación de principios de economía circular en el tratamiento de aguas residuales en diferentes escalas. El evento sirvió como un llamado a la acción para priorizar la gestión sostenible de aguas residuales como un pilar estratégico en la agenda climática global.