Las exportaciones de bienes del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) aumentaron un 18,2% en 2022 y superaron en 43,9% su nivel de 2019, impulsadas por el notable crecimiento de los precios de las materias primas a raíz de la guerra en Ucrania, acompañados a su vez por el aumento de los volúmenes en un 3,2%, señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un nuevo documento dado a conocer hoy.
En una nueva edición del Boletín de Comercio Exterior del Mercosur (N⁰ 6): “Nuevos canales para la integración en la postpandemia”, la CEPAL destaca que el MERCOSUR experimentó un crecimiento de la actividad económica del 1,3% (2,0% al incluir a Venezuela) en 2022, que fue menor al del año previo, en línea con la ralentización de la economía global.
Según informa el organismo regional de las Naciones Unidas, los valores importados también aumentaron de forma significativa el año pasado. A partir del crecimiento de la actividad económica, el volumen de las compras externas se elevó 4,0% en el año, mientras que el aumento en los precios internacionales, especialmente de la energía y los fertilizantes, resultó en un incremento del 20,1% en los precios de importación, dando lugar a un ascenso del 24,9% del valor importado por la subregión.
“Los desafíos en 2023 siguen vinculados al fortalecimiento del espacio interno en la búsqueda de una mayor integración productiva que promueva la diversificación, el dinamismo exportador, y el aumento de la participación de servicios modernos y digitales”, recalca el documento.
De acuerdo con la publicación, el comercio exterior de servicios, que no había superado el retroceso sufrido por la pandemia de COVID-19, terminó de recomponerse en 2022 gracias al impulso de la actividad turística, tanto emisiva como receptiva, el dinamismo de los servicios modernos y el alza de los costos del transporte. Tanto las exportaciones como las importaciones de servicios registraron aumentos de 33,4% y 40,9%, respectivamente.
La recuperación del comercio de servicios, estructuralmente deficitario para el MERCOSUR, propició un resultado negativo para el bloque del 1,8% del PIB, el mismo que fue compensado plenamente por el saldo superavitario alcanzado por el comercio de bienes, lo que se expresó en un equilibrio en la balanza comercial general, luego de dos años de superávit.
En 2023, la CEPAL prevé mayores desafíos para la actividad económica y el comercio exterior del MERCOSUR en un contexto de bajo crecimiento internacional, precios de las materias primas de exportación en disminución y el sostenimiento de la conflictividad internacional. A ello se añaden los efectos negativos causados por la sequía sobre la producción agropecuaria de Argentina y Uruguay, aunque al nivel del bloque podrían verse compensados por el buen desempeño del sector en el Brasil.
La Comisión advierte que el crecimiento de las cantidades exportadas por el bloque en la última década fue de apenas 2,1% anual, inferior al volumen de las exportaciones globales (2,8% anual) y que el desempeño de las ventas externas del MERCOSUR depende del impacto de los precios de los productos internacionales y las condiciones climáticas, reflejándose de esta forma la vulnerabilidad resultante de una inserción externa altamente concentrada en recursos naturales en todos los países del bloque.
En línea con ediciones previas de este Boletín, se remarca que la creciente especialización primaria se asocia en buena medida con el retroceso del comercio al interior del bloque, el que continuó perdiendo peso en el total, alcanzando un mínimo histórico del 10,5% de las ventas externas totales en 2022, mientras que ganaron terreno destinos fuera del bloque como la Alianza del Pacífico, la Unión Europea, Asia (con excepción de China, cuyos volúmenes importados se redujeron como producto de la política “COVID cero”) y Estados Unidos.
De allí que la CEPAL aborda en esta nueva edición del Boletín de Comercio Exterior del MERCOSUR nuevas estrategias para potenciar la integración, haciendo foco en la oportunidad que representa el comercio electrónico. Siendo el MERCOSUR una de las regiones de mayor dinamismo en materia de comercio electrónico a nivel nacional y habiendo sido pionero en la región respecto a la inclusión del comercio digital en su agenda, los avances efectivos en el comercio electrónico entre miembros del bloque son aún limitados.
Aprovechar los acuerdos existentes requiere superar diversos tipos de obstáculos de orden regulatorio, restricciones a la importación de servicios o para la compra en plataformas de otro país del bloque y la realización de pagos a los socios del exterior, señala el organismo. El informe resalta la necesidad de mejorar la conectividad, fortalecer las habilidades digitales, el acceso a la información y a dispositivos electrónicos, además de avanzar en materia de logística y facilitación de comercio, en particular en lo que respecta a la interoperabilidad de los sistemas de pagos. En esa agenda debe, además, promoverse la inclusión financiera y apoyarse la digitalización e internacionalización de las PyME.
Finalmente, la Comisión advierte que, además de la facilitación del comercio y una mayor armonización regulatoria, los esfuerzos por profundizar la integración regional demandan de una agenda más ambiciosa de articulación entre las estrategias de los países. Tal agenda ha de quedar respaldada por políticas de transformación productiva que permitan explotar las complementariedades nacionales entre los países miembros, diversificar las demandas de bienes y servicios al interno del bloque y, con ello, el conjunto de su oferta exportadora.