En un marco de creciente relevancia del impacto del desarrollo de herramientas tecnológicas sustentadas en el uso de inteligencia artificial, las estructuras de gobierno corporativo se ven en la tarea de incorporar mecanismos que permitan controlar y monitorear las actividades e impactos que dichas herramientas tienen sobre la estrategia y la gestión de los negocios. Por tanto, la identificación de los riesgos del negocio ya sean estos normativos, financieros, tecnológicos, cibernéticos, climáticos, entre otros, obliga a la adopción de mecanismos transversales de control transparentes y eficientes. Por otro lado, la influencia de los grupos relacionados en la gobernanza de los negocios también es importante ya que, muchas veces, son parte de la cadena de valor y responde a un interés público.
Un sistema de inteligencia artificial del gobierno corporativo plantea importantes desafíos. La secuencia de actividades debe darse dentro de un esquema de ciclo de vida, esto es desde su inicio, pasando por su concepción hasta el uso final del sistema. Lo que va a permitir identificar oportunidades de mejora que afecten al menos a una fase del ciclo de vida. Para ello se requiere de construcción de talento, capacitación de los empleados y la construcción de una cultura organizacional, por un lado, y por otro un sentido compartido de la responsabilidad y de la rendición de cuentas para avanzar en la implementación de herramientas de inteligencia artificial. Se requiere que dentro de los consejos de administración o directorios se asegure un uso de la inteligencia artificial justo, transparente y respetuoso de las normas, es decir que haya un cumplimiento ético y legal de los modelos de inteligencia artificial, que incluye la equidad y mitigación de sesgos y que sean sostenibles en el largo plazo.